Extra #1

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—Así es que estudiaré criminología y criminalística. ¿Cómo ven?— expuse mi decisión ante mis padres.

—Yo te apoyo— Samuel y mi madre sonríen.

—¿Estás enfermo acaso?— Jeffrey me mira como si sus ojos fueran dos puñales a punto de atravesarme.—Hay tantas carreras que puedes estudiar, ni siquiera sabes en qué te estás metiendo, tienes 19 años, eres un niño que no conoce cómo es la vida real.

—Jeffrey yo creo que debes dejar que Rick tome sus propias decisiones...

—¡No lo defiendas Deborah!— él golpea la mesa.

—Yo... He leído sobre la carrera y estoy seguro que quiero dedicarme a eso el resto de mi vida— defiendo.

—No Rick. Tú vas a estudiar arquitectura, ¿me entendiste? — me señala con el dedo.

—¿Por qué no puedo hacer lo que quiero? ¡Samuel ya te hizo caso en algo que tú querías y él no lo deseaba! ¿Es que no te cansas de jodernos la vida?— reclamo con furia.

—¡No me hables de esa manera!— se pone de pie y apoya ambas manos en la mesa.

—¡Pues veo necesario hacerlo! Yo quiero eso,¡quiero seguir mis sueños! ¿Tan difícil es que lo entiendas?

Me incoporo y subo a mi habitación.

Una vez ahí, me pongo a pensar en lo que me ha dicho. Precisamente me quedé un año sin ir a la universidad para cumplir con mi sueño, prepararme y ser el mejor, y ahora que estaba a punto de hacerlo, pasa esto.

Odiaba que Jeffrey se metiera en mi vida, pero nada iba a hacer que cambiara de opinión, estaba loco si creía que iba a desistir de mi sueño.

Varios meses después.

Primer día de universidad.

—Ya me voy— besé la mejilla de mi madre.

—Que te vaya bien hijo, te quiero— acomoda mi chaqueta.

—Vámonos, te entregaré a ese safari llamado universidad— mi hermano y yo nos echamos a reír y vamos al auto.

Nos subimos y él conduce rumbo a mi facultad, la cual era un campus bastante grande donde estaban otras facultades como la de administración pública y la de derecho.

Estaba muy emocionado con lo que me esperaba en la universidad en esa carrera que había elegido, sólo quería demostrarle a Jeffrey que era un tipo brillante.

Sí, me encantaba todo, pero como siempre, dejaban demasiadas tareas y la mayor parte del día estaba en mi habitación haciéndolas.

Una noche, cuando iba en tercer semestre más o menos, fui por un vaso de leche a la cocina puesto que no había cenado nada.

Entonces escuché una llamada de Jeffrey, él estaba en uno de los cuartos de la casa, en la obscuridad.

—Sí mi amor, ya te dije que llevaré el pastel para el cumpleaños de Arizona— fruncí el entrecejo, ¿quién carajos era Arizona? ¿La ciudad? Continué escuchando.
—Claro, tengo reservado el salón Vivian, ahí será la fiesta. Asegúrate que Marco esté listo con el conjunto que le compré, me lo había pedido desde hace mucho tiempo— risas. —Claro mi amor, ahí estaré puntual, no puedo perderme el cumpleaños 3 de mi hija adorada. Bueno, debo dejarte, tengo que subir a dormir con la vieja esta.

¡VIEJA TU MADRE MALDITO DESCARADO!

Salí corriendo, furioso de vuelta a mi habitación, no podía creerlo, Jeffrey llevaba años viéndonos la cara a todos, viéndole la cara a mi madre que siempre había sido tan buena con él y nosotros. Era un maldito gusano.

Agente PrescottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora