Extra #6

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Trabajé las semanas que me faltaban para ir a España, conforme pasaban los días me ponía más ansioso y nervioso.

Hasta que el tan anhelado día llegó, mi primera parada fue en las oficinas de Nueva York, quería hacer algo.

Me permitieron pasar y una chica vino a mi encuentro.

-Hola, estoy buscando a alguien que conozca a Riley Prescott - le dije intentando ser amable.

-¿Quién eres y de dónde vienes?

-Soy Rick Ackerman, vengo de Los Ángeles.

-Creo que sé quién eres. ¿Para qué buscas a alguien que conozca a Prescott? - enarca una ceja.

-Bueno es que como voy a España a visitarla, quería llevarle un recuerdo de sus amigos, ¿podrías ayudarme?

Agranda su sonrisa y extiende su mano en saludo.
-Soy Zoe Kelley, ven por aquí.

Me dirige al patio y me indica esperar.

Tardó un rato, por un momento creí que era una broma pero llegó por fin con unas personas que estuvieron de acuerdo en grabar un video para su amiga. Después de la toma, me despido de todos y voy al aeropuerto para irme por fin.

Una vez allí en España, fui a dejar mis cosas al hotel donde me quedaría y después le llamé a Riley para avisarle que estaba ahí.

-Ya falta poco para que llegue a la dirección que me diste- sonreí como tonto.

-Está perfecto, yo también voy para allá.

-Te veo en unos minutos.- dije nervioso.

-Claro que sí-

-¡Rick!- vino corriendo hacia a mí y se colgó de mi cuello, me sentí muy bien así que la tomé de la cintura y le correspondí el abrazo.

-¡Riley!

-Me da mucho gusto verte- me miró con mucha alegría.

-A mi también- besé su mejilla.

-Andando vamos a mi mesa- tomó mi mano y me sentí muy nervioso, apenas podía mover los pies.

Ella me contó que estaba trabajando de nuevo, aunque en un juzgado y que se sentía un poco sola por su nueva vida. Quería hacer algo pero no había nada que yo pudiera solucionar.
Pero sí había algo que podía hacer, mínimo para que se sintiera bien por un momento.

-Mira me tomé la libertad de ir a Nueva York y traerte una sorpresa- saqué mi celular.

-¿En serio? ¿por eso tardaste más de la cuenta?- rió y yo asentí buscando el video en mi celular.

-Fui a tu antigua oficina de trabajo y la agente Kelley me entrevistó y resultó ser muy amiga tuya- sonríó. No llevaba ni 15 minutos en ese lugar y ya me había dado cuenta que era mi favorito ahí con la sonrisa de ella. -Entonces todos tus ex compañeros pidieron que te mostrara esto- le di mi celular y ella observó la pantalla con alegría y melancolía.

A medida que el video avanzaba, lágrimas salían de sus bonitos ojos. Entonces me di una bofetada mental por no haber llevado toallitas o pañuelos.

-Gracias por traerme esto Rick- se limpió las lágrimas.

-No es nada, sabía que te gustaría esta sorpresa.-guardé mi celular.

-¡Me fascinó! Los extrañaré bastante...

-Yo lo sé, te lo mandaré por mensaje adjunto.

-Por favor. Hubiera querido que Noah y Ben salieran en ese video.- suspiró triste de nuevo.

-No te pongas triste- me atreví a tomar su mano. -Ellos están en un lugar mejor y te cuidan.

-Puede que eso sea cierto, pero no te imaginas lo mucho que los extraño.

-Puedo verlo- sequé sus lágrimas con mis pulgares, perdiéndome de nuevo en sus ojos.

Ella se puso a hablar de Noah, aguantando las ganas de llorar otra vez. Lo describía con tanto cariño que sentí pena por su muerte, en realidad era injusto todo lo que le había pasado.

Entonces me dijo que quería presentarme a sus padres, al principio sentí miedo, pero terminé aceptando, quizá era buena idea. Así que me quedé fuera de la casa cuando ya estábamos ahí en lo que le decía a sus padres que estaba ahí. No sé, qué tal el señor salía con un palo, así podría correr.

Ella salió y me llamó sonriente.
Así que preparé mi mejor sonrisa, ella se adelantó a presentarme.
-Él es Rick Ackerman, es agente también- mi otro yo me dijo que era prudente saludar, así que estreché la mano con el señor y a la señora la saludé con un beso en la mejilla como solía hacerlo con mi madre.

-Un gusto joven- dijo el señor quien después se presentó como Harold Prescott y su esposa como Daphne Collins.

-El gusto es mío señores- respondí lo más educado posible.

-¿Tienen mucho de conocerse?- pregunta la señora.

-Un tiempo muy corto realmente- reí leve mientras miraba a Riley.

-Pues bien, ¿quieres cenar algo?- la señora junta sus manos sonriente.

-Está bien- respondí después de pensar mi respuesta.

Una vez en la mesa, ellos me preguntaron sobre mi cargo en la oficina, qué hacía, cuántas horas dormía y eso.
Les conté cómo era mi vida siendo agente y vi prudente hacer alguna que otra broma para que ellos rieran.

Llamaron a la puerta y Riley fue a abrir, mientras me quedé con los señores a la mesa, terminando mi historia de cómo una vez me quedé dormido en plena madrugada en mi auto en medio de la carretera, todo por la pereza de caminar al pueblo cercano por combustible.

Unos señores entraron a la casa, Riley me los presentó como los mejores amigos de sus padres, así que los saludé amablemente.

Los mayores se pusieron a platicar, mientras que el hijo de ellos se acercó a mí para platicar, debo admitir que me cayó muy bien.

-¡¿Así es que eres agente igual que mi amiga?!- el chico se sorprendió.

-Sí lo soy. Así fue como nos conocimos- le eché una mirada a Riley.

-Eso es genial- dijo la chica.

-Aquí falta Bentley- Carson hizo un puchero con la boca y yo me sorprendí pues no sabía quién era él.

-Él ya tiene responsabilidades mayores, es mi hermano- Riley me miró y me calmé.

-Oh... ¿es el mayor?- pregunto para saber más.

-Que va, es el menor pero se nos adelantó el muy desgraciado- los cuatro nos reímos con ganas.

-Cierto, es el menor de los tres... que mal me siento- el chico se rió.

-De los Prescott sólo falta Riley para que se case- la chica mira juguetona a su amiga y siento que me sonrojo. -La siguiente soy yo.

-No hay nadie que pueda hacerme sentir como Karelle cuando vio a Bentley a punto de cerrar su compromiso- afirmó burlona Riley.

-Sí hay pero no te das cuenta, que es diferente- Carson defendió echándome una mirada.

-Cierra la boca Carson- ella le lanzó una almohada haciendo que este se fuera de espaldas, provocando que nos riéramos aún más.

Seguimos hablando y pasando un rato muy agradable entre los chistes malos de Carson y ver a las chicas molestarse con él. Me agradaron bastante, eran buenos tipos.

Vi mi reloj y ya era muy tarde.

Pasé a despedirme de los chicos y los señores.
Tomé un taxi para ir al hotel.

Y después de darme una buena ducha, me quedé pensando en lo que acababa de vivir, esas personas me agradaron bastante, sobre todo me sentía contento de que Riley me hubiera presentado con ellos, así que me sentía como si ya tuviera otra familia, y una española.

Agente PrescottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora