Capítulo 37✔

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Bostezé y con una mano llevaba el volante, girándolo lentamente, mi velocidad era de 60 km/hrs, muy razonable.
Los edificios pasaban lentamente a medida que me movía, me tranquilizaba poder conducir de noche, me hacía olvidar un poco mi mal día.

La idea de ir al hospital para saber si estaba ahí el doctor Carroll me estaba consumiendo, pero ya era muy tarde y no me dejarían entrar, así que mejor me esperé hasta la mañana para hablar con él.

Llegué a casa y aparqué el coche, me bajé y abrí la puerta, toda la casa estaba en una oscuridad, sólo entraba la luz de la luna por la ventana.
Dejé mis cosas en el sofá y subí a bañarme para después dormir plácidamente.

En la mañana, hice mi rutina y salí directamente al hospital.
La recepcionista era otra chica diferente a la que yo recordaba, era una morena y de ojos verdes, la hacía ver muy linda.
Saludé y ella me indicó que el doctor tardaría un poco en llegar, decidí esperar en la sala.
Tomé asiento y mi atención se centró en el noticiero de esa mañana...
La noticia hablaba de un suidicio que se llevó a cabo esa mañana y que la víctimas era... ¡Wyatt Campbell! ¡y estaban dando una especie de crónica sobre su situación legal!

Sentí un escalofrío recorriendo mi cuerpo... ¡Se había suicidado! ¿Porqué?

Ya no tenía nada más que hacer allí, él ya se había adelantado.
Salí casi corriendo hacia la casa de Wyatt, la cual estaba encintada. Me dieron acceso y entré hasta donde estaban los forense, que al parecer eran Frank, Kylan y otra doctora.

—¿Saben el porqué?— le dirigí la mirada a Kylan.

—No realmente, sus heridas son de arma blanca... esto no me parece un suicidio— respondió.

—Los demás compañeros están trabajando dentro, creo que deberías hacer lo mismo— opinó Frank.

—Sí, lo haré... ¿qué equipo es?

—El de Ben, pero necesitaban elementos hace un ratito, no les caería mal tenerte por allá— me guiñó Kylan.

—Okey, nos vemos— entré a la casa en busca de Ben.

Habían unas huellas en el piso, Kylan tenía razón y eso no había sido un suicidio. Me encontré a Ben en la habitación, buscando pistas.—Hola Colleman— saludé.

—Prescott que bueno que has venido, yo no soy muy bueno en esto y estoy a cargo... ¿podrías ayudarme?

—Por supuesto, ¿en qué?

—Tú tienes más experiencia... en buscar culpables.

—Entendido.

Puse manos a la obra. La casa era enorme y  la habitación no era la excepción. La ventana estaba abierta, cualquiera pudo haber pensado que se levantó de la cama y saltó por la ventana, pero él tenía las manos esposadas. ¿Cómo pudo haberse auto lesionado? ¡Imposible!

La cama estaba distendida y enfrente estaban unas cintas como de zapatos... ¿cintas? Me extrañé bastante.

El cuchillo estaba tirado al lado del buró donde estaban los medicamentos de Wyatt. Sólo alguien que conociera muy bien esa habitación sabría dónde esconder cosas.
Caminé hasta la ducha y no había nada que nos diera pistas.

La doctora entró por el arma y la guardó en una bolsa de plástico. La alfombra tenía manchas de sangre, y el piso parecía que por ahí arrastraron a Wyatt herido.

Era un misterioso caso, sólo alguien que odiara a morir a Wyatt iba a ser capaz de hacer algo como aquello.
No había nada más que hacer en la habitación, otros compañeros buscaban en las demás habitaciones pero nada nos daba pistas...

Agente PrescottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora