Capítulo 40✔

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Caí en un profundo sueño después de dejar todo arreglado en el juzgado donde trabajaba, al fin y al cabo me debían días de asueto.

Volví a pisar suelo neoyorquino y eso me trajo una gran familiaridad y nostalgia.

Rick ayudó a subir las maletas al taxi que nos esperaba fuera del aeropuerto, primeramente regresé a lo que era mi casa, y él me acompañó a la estación.

—Rick ¿Tú no tenía que volver a California hoy?— Pregunté de camino.

—Sí pero no importa, ya se me ocurrirá algo para inventar.

—No quiero que por mi culpa te vayas a meter en problemas— rodé los ojos.

—Despreocúpate tengo todo bajo control.

Sonreí complacida.

Después de que mis amigos me abrazaron y me hicieron llorar un poco, fui a la oficina de Randy, era hoy o nunca.

—Randy Snyder— sonreí debajo del umbral de la puerta.

—¡Riley Prescott!— se levantó a abrazarme y besar mis mejillas. —Siéntate por favor— saludó a Rick.

—Dime todo con detalles sobre Audrey.

—Verás— me dio un documento y luego juntó las manos sobre el escritorio. —Alguien consiguió un abogado que mintiera para que ella saliera libre.

—¿Fue Kenny Clarck?— Pregunté inmediatamente.

—Difícilmente. Kelley y Adams se tomaron la molestia de interrogarle. Él no quiere saber nada de Audrey.

—Eso es ganancia— suspiré aliviada. —¿No tienen sospecha alguna?

—Kylan sospecha que se trata de Julissa.

—¿La hermana de Wyatt?

—La misma, como sabes aún no damos con el asesino de Wyatt desde...

—Sí— cerré los ojos. —Todos nuestros planes se estropearon.

—Lo sé. Necesitamos dar con su paradero y sobre todo hacer que Audrey hable y se quede tras las rejas.

—¿Yo no puedo hacer nada?

—Lamentablemente no, más que dar breves declaraciones en unos momentos.

—¡Maldición!— le di un golpe al escritorio y me puse de pie dando vueltas por el pequeño espacio. —Tengo que poder hacer algo. ¡Odio sentirme inútil!

—Vamos Riley— las manos de Rick estaban sobre mis hombros. —Tienes que ayudar a tus compañeros de lejitos. Tu ayuda será muy buena— giré encontrándome con sus ojos grises y un asentimiento de cabeza de parte de Randy.

Suspiré.

—Está bien... ¿qué hay que hacer?

Randy me explicó todo y me dijo que el juicio sería en cuestión de minutos. Yo ya estaba más que lista para declarar. Nada más necesitaba las pruebas que Victoria me dio, ahí también estaba involucrada mi vida.

Rick se encargó de llevarme a casa y después al juzgado, sacaría mis garras de jurista y no sólo me quedaría de espectadora.

En la sala había mucha gente reunida, incluso estaba el doctor Clarck un poco más adelante de nuestra fila.
Tomamos asiento en el lugar del jurado.

Entonces vi a una Audrey diferente. Yo la recordaba con el cabello casi rojo y un poco más robusta, ahora tenía el cabello en su tono original, más delgada incluso la veía más demacrada. Me daba lástima ver a mi hermana en ese estado y agradecía que mamá no estuviera presente ahí pues de ser lo contrario, se echaría a llorar.

Agente PrescottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora