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—¡Elijah!— vociferé haciendo que Shannon se sonrojara. —¿Qué pasó?

—Emm... hola Riley, ¿qué harás esta noche?— sonaba dubitativo.

—Nada más que atender mi casa ¿porqué?

—Es que, ¿Recuerdas a Thompson?

—Ah sí. ¿qué con él?

—Bueno, él se acaba de unir a la unidad y pues quería darle la bienvenida, y como esta noche quedé en cenar con Shannon se me hizo a la idea de que tú también pudieras venir y conversar con Cristoph, ¿qué te parece?

—No lo sé, la cita era de ustedes dos nada más...

—Seguirá siendo de nosotros, pero tú estás libre igual que él, pero si no quieres lo sabré entender...

—Okey— respondí rendida. —Iré a arreglarme y voy con ustedes.

—¡Muchas gracias! Te veo al rato.

—Y a Shannon también— le guiñé a mi amiga y estoy casi segura que él se sonrojó y colgó.

—¿Qué te dijo ese idiota?— bufó pero una risita la delató.

—Será cena en dos parejas, tú con él y yo con Cristoph.

—¿Con ese cara de tonto?— solté una escandalosa carcajada.

—Efectivamente— saqué las llaves de  mi auto y tomé mi bolso. —Vendré por ti y nos vamos juntas, allá veremos a los galanes ¿sí?

—A los idiotas querrás decir, pero bueno. Ya entendí.

—Ya Shannon pobresitos deja de ofenderlos— abrí la puerta de su casa y me fui riendo hasta mi coche.

Dentro de mi habitación me fijé en toda la ropa que tenía almacenada. No tenía muchas ganas de salir pero ya había dicho que sí y no tenía retroceso.

Así que decidí ponerme un vestido verde con un moño negro en el frente, me gustó ese vestido porque era muy sencillo y casual. Me puse zapatillas negras y me maquillé razonablemente.

Le escribí a Elijah para avisarle que yo iría por Shannon y él aceptó.

Fui por mi loca amiga y ambas nos fuimos cantando canciones de rock and roll como locas y a todo volumen. Shannon me hacía reír a carcajadas y yo sólo posaba una de mis manos en mi estómago pues ya me dolía de tanto reírme fuerte.

Aparqué y entramos en el restaurante. Shannon seguía diciendo tonterías que me provocaban risa. Ya estando a punto de abrir la puerta del establecimiento, le tuve que dar un codazo, pero como no mermaba su risa, entré dejándola atrás. Pregunté por los chicos y para mi sorpresa ya estaban allí. Shannon entró y me jaló del hombro.

—Tonta, se suponía que entraríamos juntas— finge molestia.

—En vista de que no te callabas— le di un golpecito en la nariz.

Elijah y Cristoph fueron por nosotras, y aunque sólo faltaban unos metros para llegar a la mesa, quisieron ser caballerosos.

Nos sentamos los 4 a la mesa e inmediatamente Shannon les sacó plática antes de que cayeramos en un ámbito de aburrimiento, haciendo que todos estuviéramos entretenidos.

Después de probar los platos y discutir sobre ellos, Elijah y Shannon comenzaron a platicar personalmente. Y yo me quedé jugando con el sorbete de mi refresco.

—¿Riley es su nombre verdad?— habló el chico de voz gruesa.

—Así es— sonreí. —¿Qué le trae por aquí?

Agente PrescottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora