Extra #3

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Esa noche no podía sacarme de la cabeza a esa rubia, me había robado el corazón.
Hayley me invitó a dormir con ella en su casa, pero yo no estaba con ella mentalmente.

Ella se dio cuenta que estaba pensativo, así que se sentó en la cama.

—¿Estás bien? Te ves pensativo.

—Sí, es sólo que pienso en la nueva misión que tendremos.

—Ah, ¿con la neoyorquina?

—Así es. ¿La alcanzaste a conocer?

—La vi de lejos, estaba ocupada como para estar viendo a esa— dice un tanto molesta. —No tienes porqué preocuparte, ella sabe cuidarse.

—Pues sí tienes razón— me arropo con la sábana. —Buenas noches.

Seguramente se quedó enojada, pero yo no podía estar con ella pensando en otra mujer.

Al otro día estaba preocupado por ella, sería el principio de su plan, no tenía siquiera su número para saber si estaba bien.

No me quedó más que quedarme a esperar, y esperar.

Me estaba metiendo demasiado en ese asunto y Hayley lo notó.

—Tienes que dormir— me dijo sentándose frente a mí.

—No puedo, la agente Prescott está...

—La agente Prescott aquí, la agente allá— murmura molesta. —Déjala hacer su trabajo a gusto, seguramente está disfrutando de la noche y tú aquí desvelándote.

—Debes saber que no es la primera vez que no duermo. Si quieres ve tú, yo me quedaré aquí.

—Pero yo quiero que vengas conmigo, no me iré si tú no te vas.

—Quién te entiende Hayley— llevé mi vista a la computadora. —Ve a dormirte ya.

—Ya te dije que no.

—Como quieras— seguí tecleando ignorándola.

Ella se enojó y se fue a los pocos minutos.

Quizá se dio cuenta que esa agente me estaba importando demasiado.

Por la mañana llegó a la estación con la tarjeta de memoria que sustrajo de Wyatt.

Mientras Wilson checaba los archivos, le presté atención a ella, lucía bastante mal, como si estuviera triste.

Vimos las fotos de varias muchachas y ella se echó a llorar cuando vio la foto de su hermana.

Wilson no le prestó más atención, sin embargo yo me senté a su lado para consolarla.

—Tranquila, todo va a estar bien— sobo su dorso.

—Me da tanto coraje ver eso... Mi hermana está en peligro— sigue llorando.

Tenía ganas de abrazarla y terminar con todos sus males de una vez por todas.
Pero no podía hacerlo, no ahí.

Así que como seguiría exponiéndose le ayudé con para que pudiera contactarse con nosotros lo más pronto posible.

Llegó el momento en que atraparíamos a ese delincuente.
Arrestamos a sus compañeros y cuando Riley se quitó la peluca frente a Wyatt, todo se tornó tenso.

Ellos se echaron en cara algunas cosas que sinceramente me hicieron sentir incómodo.

Pero cuando él le gritó a Riley que la odiaba, la vi desmoronarse y se acurrucó en la pared.
Me acerqué a ella y la abracé con ternura, ella correspondió mi abrazo. Sentí que estaba muy sensible y que se trataba de una pieza de porcelana fina en mis manos.

Agente PrescottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora