Extra 7
Pasaron los días que tenía para vacaciones, Riley estaba muy ocupada y la entendía pues era parte del trabajo.
Así que fui a visitar las ciudades principales del país, como Cádiz, Ávila, entre otras.Fue muy interesante el paseo pues esas ciudades eran por sí solas mágicas.
Regresé a Barcelona y Riley me pidió que saliéramos esa noche, así que acepté. Me sentía bastante nervioso, y cuando lo estaba, llegaba más temprano al lugar de la cita.
Daba vueltas por el parque pensando en qué iba a decir, no quería parecer un tonto, pero estar con ella me ponía demasiado nervioso.
Hasta que ella apareció y vino a saludarme, lucía muy bien con su atuendo informal.
Dimos vueltas por el parque mientras ella me preguntó de mis viajes, y yo le conté lo que había visto y hecho.
Le hice una que otra broma y ella se reía, me encantaba mantenerla feliz.Cuando creí que era el momento, hice un comentario que pareciera "normal".
—Se me había olvidado decírtelo Riley... te ves preciosa bajo la luz de la noche— solté y ella me miró fijo.—Gracias por el cumplido Rick— sonrió amplio y en un segundo tomé su mano.—Eh... ¿Estás a gusto aquí?
—Más que a gusto— respondí de inmediato.
—Eso me alegra— bajó la mirada nerviosa.
—Desde que te conocí quiero decirte algo— luché porque mi voz no saliera nerviosa.
—¿Qué es?
—Me gusta todo de ti. Eres muy linda... tu forma de ser me encanta. Desde que te vi por primera vez supe que eras la indicada para mi...— le dije sin pensarlo demasiado. Había practicado esto durante meses.
—Rick no comprendo...
—Estoy enamorado de ti Riley. — confesé y sentí un tremendo alivio.
—¿Desde cuándo?
—Desde que te conocí.— repetí, pues parecía estar en una especie de shock.
—Eh... no... no sé qué decir yo... siempre salgo perdiendo en relaciones amorosas...
—Yo también, pero esta vez estoy muy seguro de lo que siento por ti, no lo había vuelto a sentir por nadie.
—Yo te aprecio mucho, pero te mereces algo mejor que yo, mi vida es un desastre.— suelta mi mano.
—No digas eso. Yo estoy completamente seguro de...— me interrumpe.
—Sí, pero puedes equivocarte.
—Lo dudo te he conocido, ¿Porqué crees que me vine hasta acá para volvera verte? Desde que supe de todo lo que pasó contigo me volví loco por buscarte...— traté de hacerle ver las cosas desde mi perspectiva.
—Y te lo agradezco mucho. Pero no entiendo cómo es que te fijaste en mi.
—Riley, eres única y especial para mi. Por favor date la oportunidad de amar nuevamente, no todo se acabó junto a Wyatt Campbell.— y me sentí tonto por decir eso, no podía echarle en cara nada.
—Eso es cierto, pero no lo sé. Déjame pensar con claridad.— miró a otro lado.
—Claro no te apresuraré.
—Perdona de verdad.— dice con tono de lástima.
—Descuida— me abrazó.
Regresé al hotel y me tiré en la cama pensando en lo que había dicho. No me sentía ni mal, ni bien. Creía que era lo correcto y era mejor llevarme una experiencia que haberme quedado con la duda de qué pudo haber sido.
Ella me gustaba, demasiado e iba a hacer lo posible por llegar a su corazón, tenía que lograrlo.
Entonces me llegó una invitación para la boda de Victoria Williams, la amiga de Riley. Por supuesto que iría, así que ese sábado busqué mi atuendo y el regalo apto para la ocasión.
Llegué al lugar que marcaba la invitación, ya habían muchas personas, y como yo no conocía a nadie tenía pena hasta de entrar. Entonces Carson vino a mí, nos saludamos y fue ahí donde tuve a alguien que pudiera presentarme con el resto.
Los señores Williams ya estaban sentados hasta adelante, así que me acerqué a saludarlos. Les agradecí la invitación y ellos me pusieron al día para que supiera quién sería su yerno.Como es costumbre, la novia entró del brazo de su padre, pero antes, las damas de honor caminaron delante para darle elegancia.
Todas las chicas lucían muy lindas con sus vestidos de color morado, pero yo en especial me fijé en esa rubia de ojos azul verdosos.
Ella iba viendo fijamente su camino, sosteniendo ese ramo que hacía juego con toda la decoración, y por un momento me la imaginé en vestido blanco. Sacudí mi cabeza, riéndome internamente de mis pensamientos, eso sí que era una locura.Entonces el señor Williams entregó a su hija con el novio, ellos estaban demasiado felices y emocionados, parecía que iban a llorar en cualquier momento.
Sin más preámbulos, la ceremonia empezó, en realidad no presté atención a lo que se decía, yo estaba perdido en esa dama de honor.
Ella estaba sonriente, escuchando con atención todas y cada una de las palabras y de verdad que eso confirmó cuánto me encantaba verla. Suspiraba de vez en cuando, hasta que me di cuenta, la ceremonia ya había concluido.Acto seguido, dieron un breve lapso de tiempo, y las damas y novios entraron a la pista para bailar el tradicional vals.
Fue uno sencillo, pero bonito, e insisto, yo estaba más perdido en Riley que en los pasos de baile.Al final, por fin se vino a sentar con nosotros a la mesa. Ya había conocido a su hermano y cuñada, quienes resultaron ser muy buenas personas... Pero igualmente malos, nos dejaron solos en la mesa, y después de lo que había pasado en el parque y esto, me sentía todavía más nervioso, y estaba como el niño que quiere que su papá esté con él todo el tiempo.
—Estuvieron geniales— comenté sin saber exactamente qué hacer o decir.
—Muchas gracias— sonrió.
—¿Bailamos?— propuse, nervioso aún.
—Me gustaría...— su celular vibró y ella se alejó para contestar.
Vi sus gatos, así que me acerqué un poco, aún respetando su privacidad.
Dio vueltas, e hizo gestos de molestia, cuando por fin colgó, me acerqué más.
—¿Todo en orden?— pregunté.
—No... necesito irme a Estados Unidos cuanto antes— regresa casi corriendo a la mesa, la seguí inmediatamente.
—Podemos irnos juntos, mi avión sale esta noche— ofrecí.
—Necesito comprar boleto antes— hace puchero.
—Ya veremos qué hacer.— traté de animarla.
—Está bien, pero tengo que avisar a mi familia.
—Te esperaré.— vi cómo se alejaba a donde su hermano.
Después salimos a su casa, la esperé mientras hacía su maleta y se cambiaba. Mientras tanto yo me quité el saco y la corbata pues me sentía incómodo andando así por las calles.
Llegamos al aeropuerto y ella fue a comprar su boleto, nos sentamos a esperar, faltaban unos minutos para que mi avión despegara, así que pensé en algo.
En otra sala estaban los que serían mis compañeros de viaje, pero ahí escuché que un hombre tendría que irse porque su esposa estaba a punto de dar a luz en esa ciudad, de modo que su lugar estaba libre.
Negocié con él y conseguí un lugar para Riley. Llaman a los pasajeros para empezar a abordarlo, así que voy a buscarla, en el camino me encuentro con un joven de servicio para ir por las maletas.
—¡Vamos!— tomo una de sus maletas.
—¿A dónde?— pregunta incrédula.
—Al avión, en unos minutos saldrá.
Obedeció y pronto estuvimos dentro, esperando al despegue.

ESTÁS LEYENDO
Agente Prescott
Non-Fiction¡HISTORIA APTA PARA TODO EL PÚBLICO! Riley Prescott se convierte en agente del FBI. Su principal objetivo era conseguir el puesto de agente especial, un trabajo que la apasionaba. Ella trabaja en colaboración con otros agentes en la investigación d...