Cuando llegamos al parque, lo tomé de la mano, pagamos los boletos de entrada y al fin podíamos disfrutar del parque.
Mi espíritu de niña salió a flote, y lo primero que hice fue llevármelo a rastras a la montaña rusa.
Su cara reflejaba miedo y yo empecé a reírme.En todo en juego él no dejó de gritar y yo de reírme, hacía tiempo que no me sentía tan viva, estar atrapada solo entre paredes blancas no era tan divertido, así que esa tarde era para disfrutarla al máximo, aparte de que llevaba un nuevo mejor amigo.
Cuando bajamos, él parecía tener náuseas. Lo llevé jalando a otro lugar donde la gente no nos viera como si estuviéramos locos.
Él solo estaba fingiendo y le di un golpecito en el hombro.Seguimos paseándonos por todo el parque de diversiones, vi que él lo estaba disfrutando de verdad y me sentí una mejor persona.
En la cabina fotográfica, nos tomamos muchas fotos haciendo caras graciosas, gestos y en poses divertidas.
Sacamos nuestras fotos y las vimos sin aguantarnos las carcajadas.Nos entró la noche en un juego extremo. No nos dimos cuenta de la hora que era hasta que nos cansamos.
Kenny ya no se quería ir, así que tenía que arrastrarlo. Estaba muy contento porque se la pasó muy bien, y aparte que vio a varios de sus pequeños pacientes disfrutando de un corazón sano, algo que me pareció bastante tierno de su parte.Me regresó a casa.
-Muchas gracias por hacerme sentir feliz.- me dedicó una gran sonrisa y yo se la devolví.-No es nada mejor amigo, cuando quieras lo podemos repetir.- sonreí juguetona.
-Siempre y cuando no me obligues a subir a ese loco juego donde casi me vomito encima de un niño.- soltamos unas carcajadas.
-Ya veremos, tendrás que convencerme.- le guiñé. -Gracias por traerme.
-No es nada mejor amiga.
Sentí una sensación de satisfacción dentro de mi y no pude evitar darle un gran beso en la mejilla y volver a agradecerle para bajarme del coche.
Entré con una sonrisa de estúpida en la cara y Riley estaba en el sofá viendo televisión.
-¿Y ahora porqué esa sonrisa?- ella me atrapó.
-Pues... porque me la pasé de maravilla.- respondí sin quitar mi sonrisa de niña.
-Cuéntame.- Riley se acomodó con una almohada y apagó la televisión.
Le conté todo con lujo de detalles, la historia tan triste de Kenny y lo que había hecho para hacerlo sentir mejor.
-Hiciste muy bien hermanita.- me dio una palmadita en el hombro. -Ojalá yo pudiera ir con Noah a un parque de diversiones.- rió.
-¿Porqué no lo planean?
-Ni hablar, siempre estamos ocupados los dos, metidos en la oficina, y nuestros días libres son diferentes...
-Que injusto.
-Lo sé, mi vida siempre es injusta.
-¿Ahora qué?
Mi hermana me contó de su día tan aburrido, traté de animarla y luego subí a descansar porque en la mañana tendría que salir temprano al hospital.
*************
Los días pasaban muy rápidos para mi, me sentía feliz por Audrey y quisiera tener su misma suerte... aunque Wyatt y yo salimos en un par de ocasiones, pero no era lo mismo. Le conté a mi nuevo amigo sobre la suerte de Audrey y él también estaba feliz.
Esa mañana de jueves llegué a la oficina con los ánimos hasta el suelo, había tenido una mala noche.
Gray me mandó a llamar a su oficina solo para regañarme por el tonto de Frank, estaba que quería explotar de coraje, le contesté mal a todo el mundo, y para completar, Mia fue a hablarme.
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Agente Prescott
No Ficción¡HISTORIA APTA PARA TODO EL PÚBLICO! Riley Prescott se convierte en agente del FBI. Su principal objetivo era conseguir el puesto de agente especial, un trabajo que la apasionaba. Ella trabaja en colaboración con otros agentes en la investigación d...