CAPITULO 5

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Mientras Edmund y Peter intentaban hacer una hoguera, Alana hacia algunas trampas para brujas.

La Narniana estaba tensando una cuerda, miro hacia el cielo, y observo como algunas estrellas brillaban y otras se apagaban. Al ver aquello, Alana se dio cuenta de que algo estaba pasando, no era normal que las estrellas desaparecieran de esa forma. La morena, cogió su espada y trazo un símbolo en la hierba casi imperceptible.

Lucy observaba como, Alana dibujaba en la hierba, pero sin marcarla.

-¿Que es lo que haces?- Pregunto la mas pequeña de los Pevensie.
-Símbolos que evitaran que las Brujas nos ataquen.- Respondió ella guardando su espada.
-¿Como de débil puede ser una bruja?- Preguntó Susan mirándola.
-Una Bruja no es débil. En realidad se la puede hacer débil únicamente con plata. Ellas aborrecen la plata y eso a veces, puede ayudar a que muestre su verdadera apariencia.- Explicó Alana mirándola.
-Entonces, ¿ellas nunca muestran como son?- Dijo Lucy mirándola.
-A veces, hay brujas que pueden tomar la forma de un animal, o de otra persona, otras simplemente pueden conseguir que no se les note los signos de la putrefacción. Y luego hay Brujas que no necesitan de esos hechizos. Pero no todas las Brujas son malas, hay muchas quien son buenas, y están escondidas.- Explicó Alana mirando a las dos hermanas.
-¿Crees que esas Brujas buenas se pondrían de nuestra parte si lucháramos contra Jadis y sus aliados?- Preguntó Edmund mirándola.
-Supongo que sí. Se de muchas Brujas que odian a Jadis, simplemente por traicionarlas o por intentar matarlas. La ira de una Bruja puede llegar a incrementar su poder.- Explicó la cazadora.
-Entonces, ¿cuando mas enfadada es un Bruja mas peligrosa puede ser?- Preguntó Peter mirándola.
-Sí. Pero muchas Brujas saben controlar su ira. Las que practican Magia Negra, prefieren mostrarla continuamente. En realidad, una Bruja, normal, se vuelve mala únicamente cuando a sufrido por culpa de un ser que no hace magia.- Alego Alana justamente cuando se escuchó el crujido de una rama.

Todos se pusieron en alerta, el viento comenzó a alzarse, el cielo se nubló y se empezaron a escuchar los truenos. Alana se transformó en un León y con su oído intento escuchar lo que la rodeaba.

Alana cerro los ojos para concentrarse, y empezó a escuchar mas allá de lo que estaba a escasos metros de ella. Pudo escuchar, como algo se movía a una gran velocidad. La Leona abrió los ojos y miro hacia la oscuridad.

-¿Que es ese olor?- Pregunto Caspian oliendo el olor a podrido.
-Brujas.- Respondió Alana transformándose en humana.

La Narniana cogió su espada y la vaina de ella, quito la cuerda negra que iba a la cintura y la estiro.

-Atacar al corazón o a la cabeza.- Dijo Alana tendiéndole la especie de látigo a Lucy.
-¿Que quieres que haga con esto?- Pregunto Lucy mirándola.
-Esta hecho con tela negra de plata, con un solo roce una Bruja queda aturdida.- Explicó Alana mirándola.

Lucy asintió con determinación. Unos segundos después una bruja apareció. Ella tenia los ojos azules, el pelo puntiagudo, el rostro pálido y con venas negras. En su mano había un varita negra junto a una piedra del mismo color. Los seis chicos se prepararon para enfrentarla. Ella se movía a una gran velocidad, haciendo que quienes la mirasen acabaran mareados, pero Alana mantenía la mirada al frente con la espada en mano y con una expresión de odio. La Bruja se paro frente a ella, pero sin entrar dentro del círculo invisible, de dibujos, que había trazado la princesa unos minutos antes.

-Vaya, los rumores eran ciertos. Los reyes de antaño regresaron.- Dijo ella con una voz serpenteante.

Ninguno dijo nada, simplemente mantuvieron la vista al frente mientras la Bruja les miraba, examinandoles.

»Sabeis, Jadis nos ha hablado mucho de los cuatro chicos que consiguieron derrotarla. Al contrarió, de lo que os han hecho creer, ella no os hará nada a vosotros. Ella simplemente quería limpiar a Narnia.- Rió la Bruja.
-¿Limpiar Narnia? ¿de que, de los Narnianos que no seguían sus ordenes?- Pregunto Peter mirándola.
-De aquellos que creían en Aslan, y en su hijo. Fue muy divertido matarle, mientras su mujer, suplicaba que parásemos.- Rió ella.

Al escuchar aquello, Alana tenso la mandíbula mientras sus ojos se llenaban de lágrimas que evito que salieran.

-Tu mataste a mis padres. ¿Que os habían hecho?- Dijo Alana intentando parecer calmada.
-Necesitábamos su sangre. Para poder traer al espíritu de Jadis, y a tu hermana para que tuviera un ente. En poco la luna mas sagrada de las brujas surgirá y Jadis podrá ser libre de su prisión.- Rió ella mirándola.
-¿Porque tenéis tanta esperanza? Necesitáis el otro corazón para completarlo, y no le habéis encontrado, aún.- Alego Caspian mirándola.
-Es cuestión de tiempo. Si esa brujita esta escondida o no sabe de sus poderes, no importa, aparecerá. La Luna de Sangre despierta e intensifica el poder de todas las Brujas. Esto sera muy divertido.- Rió ella intentando atacarles.

Los hechizos que ella lanzaba desaparecían al intentar entrar dentro del circulo.

-Los símbolos creados por Brujas Blancas hacen que la Magia Negra no entre.- Alego Alana mirándola.
-Vaya, es curioso que una cazadora de Brujas tenga miedo a enfrentarse a una.- Alego ella incitando a Alana que la atacase.
-No te tengo miedo, pero no soy estúpida.- Respondió ella mirándola.
-Si tan valiente crees ser, porque no la enfrentas.- Alego Caspian.

Alana le miro con una mirada que realmente daba miedo, estaba claro que la princesa no quería enfrentarla, no porque no pudiera ganarla, sino, porque podría hacer magia, haciendo que todos supieran de su secreto.

La Bruja no dijo nada y se fue. No era de extrañar que se fuera, ya que seguramente esperaría a que se fueran para atacar.

-¿Y ahora que hacemos?- Preguntó Susan al sabe de la bruja.
-Irse. No es seguro estar aquí.- Alegó ella mirando hacia la maleza.
-¿Y lo sera, salir al bosque con ella y otras mas?- Preguntó Peter preocupándose por la seguridad de sus hermanos.
-No os obligo a seguirme. Yo me voy, esa Bruja es poderosa, y apostaría lo que sea, a que es una de las generales de Jadis.- Alegó Alana colocando la cinta de plata sobre la vaina.

La Narniana se fue en la dirección opuesta a la que se fue la Bruja. Los cinco reyes se miraron entre ellos, sin saber que hacer.

-No se vosotros, pero yo voy con ella.- Alego Lucy marchándose.

Tras ella fue Edmund y Susan, en cambio Peter y Caspian se quedaron allí sin saber que hacer. Tras ver que no regresaban, los dos fueron tras el resto, a los que no tardaron en alcanzar.

Alana, que iba en cabeza, miraba al suelo, pensando en que había podido matar a aquella Bruja y no lo había hecho, podía haber buscado venganza y no lo hizo.

"Estaba frente a mi. Podía haberla matado, buscar mi ansiada venganza. ¡Pero no lo hice! ¿Cual podría ser el motivo? Compasión, humildad..., miedo. Desde que soy heredera al trono, todo a cambiado. Yo he cambiado. Ya no soy rebelde e irresponsable, ni me enfrento directamente a las Brujas. ¿Que me esta pasando? Yo antes no era así, nunca fui así. Tal vez sea por mi naturaleza, al saber que soy Bruja, tal vez me cueste matar ahora. ¡Vaya estupidez! Las Brujas que hacen magia negra están detrás de esto. Ellas mataron a mis padres, han apresado y poseído a mi hermana. Me querrán matar a mi, en cuanto sepan que soy una Gran Bruja Blanca, quieren destruir a mi pueblo. ¿Porque no soy capaz de proteger, de luchar o de vengarme?" Pensaba Alana mientras regresaba al castillo.

Al llegar a él, se dirigió a su habitación, entro en ella cerrando la puerta y se tumbo en la cama, mirando hacia la ventana y la luna.

Las lágrimas ardían en sus ojos, pero por mas esfuerzos que hiciera por evitarlas no lo conseguía, y permitió que salieran de sus ojos humedeciendo su rostro por completo. En completo silencio, la Narniana lloraba, ya no sabia porqué, simplemente se desahogaba llorando, mostrando su lado débil y vulnerable, aquel lado, que solo sus padres, su hermana y Aslan, habían sido capaces de ver y conocer.

𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 𝐘 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora