CAPÍTULO 70

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Arturo había obligado a las dos hermanas a irse, quedándose él con Morgana. Alana se había dirigido de inmediato a su habitación, las venas habían descendido notoriamente, ahora solo llegaban hasta los codos, lo cual Alana agradecía. Ella se había quedado dormida enseguida, por suerte la noche no había finalizado y todavía podía descansar un par de horas.

Mientras dormía escuchó un ruido, el cual la hizo despertarse. Al no volver a oírle, creyó que era producto de su imaginación, pero unos minutos después le volvió a escuchar. Con sigilo se levanto y miro a su alrededor. Quería saber que había sido. Con discreción salió fuera de su habitación y vio como Arturo caminaba, apoyándose en las paredes. Al verle Alana corrió hacia él, veía la sangre y eso la alarmaba.

-¿Que ha pasado? ¿Estas bien?- Preguntó Alana preocupada.
-Morgana....- Empezó a decir él.
-¿Que ha pasado?- Preguntó Alana alarmada.
-Me atacó, quiere Narnia. Quiere tu poder.- Dijo Arturo mostrando una mano ensangrentada.
-¿Que podemos hacer?- Preguntó Alana mirándole.
-Su poder reside en la oscuridad. Atacara de noche. Alana, debes de impedirlo.- Pidió Arturo.
-¡Alisa!- Grito Alana.

Unos minutos después su hermana apareció. Y alarmada ayudo a su hermana y a Arturo. Entre las dos lo llevaron a la enfermería.

-¿Que ha pasado?- Pregunto Alisa asustada.
-Alana, tienes que evitar que ella use su magia.- Dijo débilmente Arturo.
-¿Como lo hago?- Preguntó la pelinegra.
-Un escudo. Te debilitara, pero hasta que no sea de día no podréis hacer nada.- Respondió él.
-No, no puedes hacer un hechizo ahora. Sigues débil.- Grito Alisa mirándola.
-Alisa, protejo a Narnia y a ti. Siempre cuidamos la una de la otra, tu de día yo de noche. Es mi momento de protegerte.- Rió Alana mirándola.

Alisa suspiro, y asintió. Alana salió al exterior y se sentó en el césped mientras creaba el escudo protector. Alisa, miraba a Arturo, el cual era curado por una ninfa. La herida que tenia era profunda, pero posible de curar.

-Alisa, tu hermana posee luz.- Dijo él mirándola.
-¿A que te refieres?- Preguntó desconcertada la mayor.
-He visto lo que ha sucedido. Tu hermana podía haber destruido a Narnia. No lo hizo, jamás lo haría. El juramente que hizo para ser Guardiana, no lo hizo como muchos por deber u obligación, sino por que quería. Adora a Narnia y a su pueblo, le protegería y lucharía por él si con ello le mantuviera eternamente seguro. En verdad la oscuridad esta desapareciendo de ella, de alguna forma lo esta neutralizando.- Explicó Arturo mientras hacia una pausa. -Digo, que posee luz, porque ha conseguido usar tu anillo. Esta claro que tu también posees algo de oscuridad, es lógico, debido a son hermanas. Pero hasta que no controles tu poder, no conseguirás despertar el otro.- Añadió Arturo mirándola.
-Haré lo que pueda. Pero no la puedes pedir, a Alana, que use continuamente su poder, abusar de él, incluso para el bien, no la ayuda.- Aclaro Alisa mirándole.

Antes de que Arturo pudiera responder, es escucho como algo rebotaba contra una especie de escudo. Alisa corrió hacia la ventana, y observo como un grupo de sombras intentaban entrar. Alana estaba abajo, sentada en la hierba, mientras su anillo brillaba con intensidad. Desde su posición observo como las finas venas volvían a expandirse.

-¿Que sucede?- Preguntó Arturo.
-¿Hay alguna forma de matar a Morgana?- Pregunto Alisa alarmada.
-No lo se. Ella siempre ha luchado contra la luz. Puede que desaparezca si.... ¡Pues claro! Ahora esta usando la oscuridad, debe de desaparecer ahora, si ahora hay luz ella se debilitara y podrá morir.- Explicó él.

Alisa asintió corrió hacia el exterior. Al llegar se acerco a su hermana y la explicó lo que sucedía. Alana asintió y acepto que su hermana levantara al sol antes de tiempo. Alisa se puso de pies y con todas sus fuerzas intento alzar al astro, pero no podía.

-Alisa, escuchame. Canalizame.- Alego su hermana.
-No, puedo hacerlo.- Aclaro Alisa decidida.
-No seas tonta. Hazlo, no va a pasar nada. Juntas somos mas poderosas.- Alego Alana mirándola.

Alisa, a regañadientes aceptó canalizarla. Ambas hermanas se dieron la mano, haciendo que un destello rojizo surgiera. Alisa comenzó a canalizar a su hermana, mientras Alana se mantenía quita mirando como la luna comenzaba a desaparecer por la luz. A lo lejos se podía ver como las sombras desaparecían y como, Morgana, gritaba al ver como su poder desaparecía.

-Ya esta.- Dijo Alisa soltando a su hermana.
-Ves no ha pasado nada.- Mintió Alana.

La menor no podía decirla que por dentro la dolía todo, y que se sentía muy débil, lo mejor sería proseguir con la mentira. Las dos hermanas se acercaron donde se hallaba Morgana. Ella, estaba tumbada en el suelo, débil y sin apenas gota de magia.

-Vas a pagar por lo que has hecho, Alana. Ceder a la luz parte de la oscuridad es un alto preció.- Dijo la pelirroja mirándola.
-Esperó que esto te quede claro. Me da igual que precio que deba de pagar, pero si atacas contraatacamos. Si matas te matamos. Así que espero que seas sensata.- Alego Alana mirándola.
-Ve a descansar. Yo la llevare a dentro.- Alego Alisa.
-No, no me fió de dejarla sola contigo. Yo la llevare.- Dictó Alana mirándola.
-Llevala a la sala del consejo. Y después iras a descansar.- Dicto Alisa mirándola, Alana solamente rodó los ojos.

La Narniana agarro a Morgana, y la condujo por los pasillos hasta llegar a la sala del consejo.

-Sabes, pensaba que eras mas débil. Veo que no. Soportar el dolor de una canalización es algo difícil.- Rió Morgana.
-No sabes nada de mi.- Alego Alana mirándola con un profundo despreció.
-Oh, joven reina, se mucho mas de lo que crees. Conozco tus miedos, tus sueños, tu pasado y tu lado oscuro. Conozco mucho mas de lo que crees, mucho mas que tu hermana.- Rió ella mirándola.
-Creeme, no me conoces. Antes lo único que quería era huir, alejarme de Narnia, no puedo huir del único lugar que me acepta tal y como soy. He matado sin piedad, lo admito, he disfrutado, también lo admito. Temo perder a mi familia y a mis amigos, también lo admito, también temo no estar a la altura de mis antepasados. Pero sabes que, no te tengo miedo. Ni a ti ni a Jadis ni a mi misma. La oscuridad es parte de mi, como lo es de ti, simplemente debo aprender a convivir con ella. Mis padres me enseñaron que no hay nada imposible, solo lo hacemos imposible nosotros.- Alego Alana mirándola fijamente.
-Vaya, sabes bien lo que se. Pero que pasaría si Alisa se enterase que quieres irte. Huir. ¿Eres una cobarde?- Alego ella retándola con la mirada.
-Piensa lo que quieras, huiría por el bien de mi hermana. Eso es lo que se hace por los que amamos, protegerles. ¿Sabes tu lo que es eso? Porque he visto tu alma y tu corazón y es completamente negro.- Rió Alana con algo de maldad.

Morgana intento atacarla, pero Alana fue mas rápida y la hechizo, evitando que usara sus poderes o que pudiera huir, solo podría huir si ella, lo quería y lo ordenaba. Mientras tanto esa sala seria su cárcel.

𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 𝐘 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora