CAPÍTULO 27

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La pared se abrió, y el sonido ceso. Todos se destaparon sus oídos y miraron con curiosidad su interior, mientras Alana intentaba que sus oídos regresasen a la normalidad, ya que a diferencia de ellos, ella les tenia mas desarrollados lo que la causaba mayores daños que a ellos.

Tras cesar aquel insoportable pitido sobre sus oídos, Alana se acerco al interior y con una de las antorchas ilumino su interior.

-¿Es seguro?- Preguntó Caspian.
-No. Todos los Legendarios están protegidos por pruebas. Si la Guardiana de tierra era una Ninfa, la prueba sera de agilidad.- Explicó Isabella con seguridad.
-Sera fácil obtener el Legendario.- Alego Shiary queriendo entrar.

Rápidamente Alana tiro de ella, para evitar que entrara y muriera.

-Solo un Guardián del elemento de la Tierra o un Elemental pueden acceder. Si entra alguien que no lo es, muere. No con una muerte normal, sino, una muerte causada por plantas.- Explicó Sam mirándola.
-Todo tuyo.- Alegó la Elfa mirando a la Narniana.

Alana rodó sus ojos y se deshizo de la capa y la espada. Con un poco de temor entro en la cueva, y comenzó a caminar.

Desde el exterior los ocho chicos observaban los movimientos de la Narniana. Mientras en el fondo se escuchaba una melodía.

-Es la canción de Julieta.- Aclaró Alana mientras sonaba.

Alana daba saltos, giros y vuelteretas. A cada paso que daba su respiración se aceleraba y se relajaba. Por un instante, ante los ojos de Alana pasaron nítidos recuerdos, los cuales creía olvidados.

-¡Corre!- Gritaron todos.

Alana se dio la vuelta y comenzó a correr, esta vez se lo tomo en serio y acelero el ritmo.

Tras un largo rato Alana llego ante el arco. Miro el dibujo de este y sonrió.

-¡Salir ya!- Grito ella mientras le cogía.

Todos obedecieron y corrieron a la salida. Alana corrió al ver como todo temblaba, sus piernas corrieron como si tras ella fuera la misma muerte, consiguiendo adelantar a todos.

Al llegar al exterior, Shiary la dio la capa y la espada, cosas que Alana se coloco.

Al recorrer con la yema de sus dedos los dibujos del arco, los ojos de la Narniana se volvieron verdes.

Alana abrió los ojos, y vio que estaba en el castillo de los Elfos, el cual había sido de su familia.

La Narniana camino por allí, observando todo, al llegar a la habitación de sus padres se asombro al ver allí, a su padre con su hermana mayor y a Aslan. Dentro de la habitación se escuchaba como alguien gritaba de dolor, Alana entro y vio como su madre estaba alumbrando, junto a ella había varias matronas que ayudaban a la reina.

Unos segundos después, nació una niña de pelo oscuro y ojos azules. Una fauna la envolvió en una manta, segundos después nació otra niña, idéntica a la que primero había nacido. Otra fuana la cogió, ambas Narnianos acercaron ambas niñas a la reina, la cual rodeo con sus brazos.

-Mis pequeñas. Alisa y Alana.- Dijo Sigrid nombrando primero a la mayor y después a la menor.

Al ver aquello Alana retrocedió y negó, mientras sus ojos eran empañados por unas lágrimas que jamas salieron.

La Narniana regreso a la normalidad, todos la observaban expectantes de lo sucedido.

-¿Que has visto?- Pregunto Isabella.
-¿Como lo sabes?- Preguntó Alana con curiosidad.
-El arco revela recuerdos borrados.- Explicó Sam.
-Tengo una hermana.- Respondió ella.
-Eso lo sabemos.- Alegó Edmund mirándola.
-Otra hermana, una gemela. Mayor que yo.- Respondió ella con la voz entrecortada.
-No se tiene constancia de que tus padres tuvieran mas hijos.- Alego Shiary mirándola.
-Se lo que vi, Shiary. Tengo una hermana, llamada Alisa.- Respondió molesta Alana.
-¿Y donde puede estar?- Preguntó Lucy mirándola.
-No lo se.- Negó Alana negando.
-¿Allí había alguien que pudiera saberlo?- Pregunto Caspian mirándola.
-Sí, Aslan. Él estaba allí, y seguro que lo sabe.- Comentó Alana mientras su mandíbula se tensaba.

Un incómodo silencio se cernió sobre ellos. Hasta que Peter decidió romperle.

-¿Y ahora que hacemos?- Preguntó el rubio rompiendo el incómodo silencio e intentando tocar el arco.
-Nada, a diferencia de la cueva. Solo las Elementales pueden usar las armas. Es decir, solo una Elemental le puede usar, si otro Guardián o que no fuera Guardián le usase moriría instantáneamente, o seria absorbido por él.- Explicó Isabella mirando a los reyes de Antaño y a Shiary.
-¿Alguno le quiere tocar?- Preguntó sarcásticamente y riéndose Alana.

Todos negaron y retomaron su camino hacia la siguiente isla. La del Agua.

Mientras, en Narnia. Jadis observaba como el invierno, que una vez fue derrotado, regresaba y cubría de un manto blanco y frío todo a su paso.

La Bruja miraba como todo Narnia volvía a estar bajo su merced, pero ella sabia, mejor que nadie, que pronto intentarían impedir que su hermoso invierno no fuera perpetuo, por ello, esta vez, estaba preparada para acabar con todos ellos. Incluidos los Narnianos que estuvieran en su contra, ya no iba a convertirles en estatuas, sino, ahora les iba a matar.

-Mi reina. Varios Narnianos están huyendo.- Comentó una Bruja.
-Dejarles. Que huyan.- Dijo Jadis haciendo una pausa. -Estar atentas a cualquier indicio de Magia Blanca o de desequilibrio en algún elemento. Si la nieta de Aslan regresase nuestras vidas peligrarían. Estoy segura, que ya sabe lo que tengo.- Añadió Jadis mientras se reía.

De entre las manos de Jadis apareció una bola de cristal de nieve, la cual mostraba un hermoso paisaje nevado.

-¿Que es eso?- Preguntó la Bruja mirando el objeto que Jadis tenia entre sus manos.
-Esto sera nuestra moneda de cambio si nuestros planes se vieran trucados.- Respondió Jadis con maldad.
-¿Una bola de cristal? ¿Que puede influir eso con que no nos ataquen?- Pregunto la Bruja confundida.
-Mucho.- Respondió Jadis con una mirada de pocos amigos.

La Bruja se fue dejando allí a Jadis. La Bruja recorrió los pasillos del viejo castillo, hasta llegar a la única zona, donde el poder de Jadis, no llegaba. Allí ella deshizo un hechizo, mostrando su verdadera apariencia, era Rowena. La Bruja quería devolverle el favor a Sigrid y vengarse, y sabia que si Jadis la veía la atacaría y mataría, por ello usaba el hechizo. Pero lo que Rowena tenia claro era que aquella bola de cristal era mucho mas importante de lo que Jadis ya decía.

𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 𝐘 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora