CAPITULO 18

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Tras haber hecho aquel hechizó Alana había estado un rato mas en el exterior, mientras que Peter observaba cada movimiento de la Narniana, desde las sombras.

Alana se percató de un extraño y conocido olor. La Narniana se dio la vuelta, y miro hacia las columnas.

-Sal de tu escondite.- Rió Alana mirándole.
-¿Como sabias que estaba aquí?- Preguntó Peter mirándola.
-Al estar aquí, hace que mis sentidos estén desarrollados, igual que cuando me transformo en un león.- Explico Alana entrando dentro del santuario.

Peter la siguió y al fin pudo observar con detenimiento la decoración. El templo estaba decorado con dibujos de las cuatro islas y sus colores característicos, junto a ello cuatro nombres femeninos.

-Annabeth, Cordelia, Julieta y Alana. ¿Que hace tu nombre aquí? ¿Y quienes eran ellas?- Preguntó Peter con curiosidad.
-Ellas son mis antepasadas. Elementales del Aire, Agua y Tierra respectivamente. Ahí de que que este mi nombre porque soy la cuarta y última Elemental. Es cierto que desciendo de Brujas y todo eso, pero la primera Gran Bruja Blanca, era una Bruja que descendía directamente de aquí. Ella fue de las primeras en surgir, y junto a ella surgieron las que controlan el hielo, ellas fueron creadas de los Fuegos Fatuos.- Explicó Alana creando fuego.
-Es confuso. Es decir, hubo tres chicas igual a ti, con la capacidad de manipular, controlar y ser un elemento. ¿Que fueron de ellas?- Alego Peter mirándola.
-Vivieron sus vidas con normalidad, a excepción de que cada provenía de un lugar diferente, y tenia extraordinarias habilidades.- Explicó Alana llegando hasta una especie de mural. -Hace mil años, cuando Cordelia murió, dijo que la próxima Elemental, no solo traería el fin de una era, sino, la destrucción y la salvación de más de un mundo. Tras su muerte, varios de las islas contiguas quisieron saber mas de la futura Elemental, pero las Brujas sólo podían saber que descendía de un rey. Cuando se supo del nacimiento de mi hermana, varias Brujas, procedentes de aquí, quisieron saber si era mi hermana, ya que descendía de un rey y una Bruja, pero cuando acercaron un poco de fuego a ella, su llanto provoco que este se congelara. A mi no me hicieron esa prueba porque se suponían que no debía de hacer magia.- Añadió Alana mientras miraba como el suelo se iluminaba.
-Es algo extraño. Es decir, sabían que la próxima seria descendiente de un rey, ¿porque no hacían la prueba a todas las princesas que habían nacido?- Alego Peter confundido.
-Es bastante arriesgado que otros reinos lo supieran, mi padre lo sabia por ser hijo de Aslan. Fue él quien se dio cuenta de que era yo.- Respondió Alana mientras el suelo iluminado se volvía de color rojo.
-¿Como se dio cuenta? Ni que fuera y jugases con el fuego.- Alego Peter con sarcasmo.
-En realidad fue así.- Rió Alana descendiendo por una escalera de lava. -No bajes por ella o morirás.- Grito ella.

Alana llego hasta una sala, en la que había un baúl con cosas para ella, allí sacó ropa y armas. Tras cambiarse y coger un arco miro su medallón y sonrió, le guardo en el bolsillo del pantalón y salió de allí con el arco de la mano.

-¿A donde vas?- Preguntó Peter mirándola.
-Me preparó, mañana iremos a ver a las Hadas, y tengo cuentas pendientes con algunas.- Alego Alana tensando la cuerda.

La Narniana alzo el brazo y tenso la cuerda, creando así una flecha de fuego, que fue directa al techo del Santuario desapareciendo. Lentamente pequeños destellos dorados descendieron, haciendo que Peter tuviera ganas de dormirse.

-Este lugar es increíble.- Alego Peter intentando vencer al sueño.
-Lo se. Esperó que cuidéis bien de él y de Narnia.- Alego Alana con una sonrisa.
-¿Porque? Para eso estarás tu.- Alego Peter mirándola.
-Mira al cielo.- Señalo Alana mirándole.

Peter alzo la cabeza y observo como la luna llena pasaba de su característico color plateado, a un tono rojizo, idéntico a la sangre.

-Es el único día que Jadis puede morir.- Alego Alana mirándole.
-Seguro que hay una solución.- Alego Peter mientras sus ojos se cerraban.
-Es mi problema y mi lucha, no la vuestra, además sino voy, ellas vendrán y os harán daño a todos. Protege de Narnia.- Rió Alana cuando Peter se desplomó, quedándose dormido.

La Narniana sonrió y se quito su colgante. Miro ambas piedras y sonrió, se acerco a Peter y le colgó, sobre el cuello, el colgante.

Alana corrió dejando el arco en el suelo, y se dirigió a la corriente de aire que la llevaría directamente a la isla de Fuego, sabia que si no iba, ellas vendrían e intentarían matar a todos, pero también sabia que podía invocar el Hechizo Prohibido, convirtiéndose en un peligro para ellas, haciendo, que de esa forma no muriera nadie o que por lo menos, Jadis fuera derrotada.

Alana llego hasta la isla de Fuego, y se dirigió hacia lo mas recóndito de ella, para poder encontrar a Jadis. La Narniana camino por la isla, mientras todo comenzaba a volverse borroso y sentía un extraño dolor y hormigueo por todo el cuerpo.

Alana cayo al suelo perdiendo el conocimiento, antes de cerrar por completo los ojos, vio una figura algo borrosa que se reía de ella.

Mientras, en el Santuario, Peter se despertaba del hechizo, miro que sobre su cuello estaba el colgante de Alana, el Magnífico le oculto y salio corriendo hacia Sky.

-¿Que sucede?- Preguntó el Pegaso.
-Alana me ha hechizado para que me durmiera y se ha ido.- Explicó Peter mirando al animal.
-Seguramente haya usado el arco de las flechas de campanilla. Es bastante efectivo. Hay que ir a avisar al resto.- Alego Sky inclinándose para que Peter se subiera sobre ella. -Sube, y agarrate.- Añadió ella.

Sky tardo segundos en llegar a la isla de aire. Allí, Sky creo una anomalía en el aire, para así poder reunir a todos. Segundos después todos los guardianes, junto al resto de reyes y Shiary.

-Peter, ¿que sucede?- Preguntó Edmund mirándole.
-¿Donde esta Alana?- Preguntó Lucy.

Antes de que Sky o Peter pudieran responder, el cielo se volvió de un tono anaranjado, con nubes y una enorme luna llena de color rojo. Tras aquello se oyó un ensordecedor rugido, producido por el dolor.

-Es Alana. La tienen.- Dijo Sky mientras empezaba a ponerse nerviosa.
-Hay que ir de inmediato.- Alego Valería alarmada.
-Avisare al resto de islas.- Dijo Isabella marchándose.

Todos pusieron rumbo a la isla de fuego, estaba claro que debían de sacar a Alana de allí de inmediato.

Mientras, la Narniana observaba como los doce niños Narnianos eran asesinados, mientras ella estaba atada a una gran roca. En las cadenas, había símbolos gravados, los cuales impedían que pudiera hacer magia, tanto Negra como Blanca.

-¡Sueltales!- Grito Alana enfadada.
-No, pequeña. Esto esta por comenzar. Primero sera tu muerte, luego la liberación de los Fuegos Fastos, la muerte de todos aquellos que me han retado, Narnia y por ultimo Aslan. Tu maldita familia desaparecerá.- Rió Jadis mirándola, mientras una bruja la hacia un lago y profundo corte en la pierna, seguido de un grito de Alana.

Jadis desapareció indicando al resto de brujas, que dejaran de maltratarla, y que trajeran al siguiente ingrediente.

Alana observo como varias Brujas arrastraban a Shiary, la reina Elfa lloraba, ante el escozor que las heridas la causaban. Las Brujas comenzaron a reírse de ella, haciendo que Alana se enfadara.

-¡Dejarles en paz!- Grito Alana intentando librarse de las cadenas, cosa que no funciono y causo que de sus manos resbalara sangre.
-Sabes, pones mas resistencia que tu madre o hermana. Ambas débiles por el amor, en cambió, tu no eres así. Tu corazón esta mas frío que el mio, y eso extraño. He conocido a grandes cazadores, pero ninguno con una mirada de odio, de desprecio, de venganza y de sangre. ¿Que es lo que viste?- Rió la ex reina de Narnia.
-¿Que es lo que vi? Espera que piense. Así, a todas estas traidoras matar a mi padre, obligando, de esa forma, a mi madre a hacer el Hechizo Prohibido, y luego matarla. Eres un monstruo, pero creeme, tu vas a morir.- Respondió Alana mientras sus ojos abandonaban su color dorado.

Jadis ahogo una carcajada, mientras mataba a Shiary a sangre fría, y extraía de ella toda su sangre. Alana no pudo gritar, ya que sus ojos se llenaron de lágrimas y la ira la empezaba a recorrer todo el cuerpo, el hecho de ver a Shiary, allí, muerta, sin vida, pálida y con una expresión de tristeza, dolor y con un brillo de felicidad, produjo que Alana recordase la muerte de sus padres y las demás muertes, de todos aquellos a los que no pudo salvar.

Las Brujas comenzaban a acercarse, mientras que Jadis, lentamente se iba acercando a donde ella estaba. En aquel momento Alana sintió miedo, el mismo, que cuando se vio, por primera vez sola, decepcionada de si misma e humillada.

𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 𝐘 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora