𝐇𝐈𝐄𝐋𝐎 𝐘 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎

CAPITULO 34

Antes de que amaneciera ya había movimiento en el castillo, Aslan ya se iba, pues Narnia, requería de su presencia. Él y Alana caminaban por los pasillos, ya que la morena quería saber en que estado estaba su pueblo, y el león debía de decirle la verdad, ya que engañarla supondría que se enfadara y que algo malo sucediera.

Poco después de que amaneciera Aslan se fue, y Alana salió afuera con un vestido de color azul oscuro. Sobre su cintura había un cinturón con dos Sais, armas que realmente Alana adoraba usar, mas que una espada.

Isabella, junto a Alisa y Shiary se acercaron a ella saludándola. La elfa junto a Alisa se sentaron, observando como Isabella y Alana entrenaban. La Gárgola con una espada y la Narniana con los Sais.

-No sabia que supieras usarles.- Comentó Isabella mirándola.
-Bueno, aprendí. Un viejo amigo me enseño de pequeña.- Explico la Narniana.
-Es difícil, y requiere de años...- Comento Isabella de nuevo.
-No acabe mi formación, pero aprendí lo necesario cono para saber usarles.- Alego ella ocultando información como solía hacer continuamente.
-Bueno, entrenemos.- Dicto la Guardiana.

Ambas se pusieron enfrente y se prepararon para luchar. Pero antes de que alguna pudiera hacer algo, ambas Narnianas se tensaron y sus dorados ojos cambiaron, los ojos de Alisa siguieron siendo dorados, pero su brillo aumento, mientras que los de Alana se volvieron grises, pero también brillantes; su respiración era imperceptible; y sus latidos algo acelerados.

Alisa y Alana miraron a su alrededor desorientadas. Estaban en un bosque, cerca del mar, ya que se podía oler la salitre. Las gemelas comenzaron a caminar juntas, dadas de la mano, hasta la playa. Al llagar alzaron sus cabezas al cielo, una terrible tormenta iba a azotar aquel lugar en cualquier momento, cuando de pronto una fuerza las separo, mandando al suelo a Alisa y al fondo del agua a Alana.

La ex Guardiana, intentaba salir a la superficie, pero no podía, el aire se la cortaba y las lágrimas se fusionaban con el mar. Lentamente sobre su mente pasaron una serie de recuerdos, en ellos vio a un chico, de nuevo con su rostro borroso, pero era él, el chico del que estaba comenzando a recordar.

-Hola.- Dijo él ante ella.
-Hola. Soy Alana Lions.- Dijo la Narniana tendiendo su mano.
-Soy Peter. Peter Pevensie.- Respondió él con el gesto.

Al escuchar aquel nombre Alana intento tomar bocanadas de aire, pero no podía, el agua entraba y su vida de esfumaba. Su corazón empezó a palpitar mas rápido mientras sus ojos se cerraban lentamente.

En cambio Alisa, caminaba atraída hacia algo que no sabia que era. Camino alejándose del mar y de su hermana, la cual se estaba muriendo. La mayor se las mellizas llego ante una mujer, ella tenia el pelo rubio y rizado, la piel blanca y los ojos azules. Ella llevaba un vestido negro y una corona del mismo color.

Al verla, Alisa se paro, mirándola desconfiada, ya que por alguna razón recordaba aquella gélida mirada.

-¿Quien eres?- Preguntó Alisa mirándola.
-Fui conocida por muchos nombres. Pequeña, Alisa.- Rió ella acercándose.
-Jadis..., estas viva...- Dijo Alisa asustada mientras retrocedía.

Antes de que pudiera salir corriendo, Jadis empezó a congelar a Alisa, mientras se acercaba a ella riéndose.

-Muy pronto, ambas dejareis de ser un problema.- Rió ella congelando su corazón.

Mientras el hielo invadía el cuerpo de Alisa, su respiración se acelero al preocuparse por su hermana, mientras una lágrima resbalo por su mejilla mientras el hielo la cubría por completo.

Ambas regresaron a la normalidad, tanto Shiary y Isabella observaban a ambas asustadas. Ya que durante ese proceso, la respiración y latidos de ambas habían cambiado. Acelerándose, volviéndose lentas e incluso desapareciendo.

-¿Estais bien?- Preguntó Isabella mirando a ambas.
-¿Que fue eso?- Preguntó Alisa mirando a su hermana.
-No lo se, pero fue lo peor que he vivido.- Alego ella mirándola.
-¿Que ha sucedido?- Preguntó Shiary alarmada.
-Vi mi mayor miedo.- Respondieron ambas al unisono.
-¿Miedo? ¿Cual es vuestro mayor miedo?- Preguntó Isabella intentando parecer serena.
-Jadis.- Respondió Alisa mirándola.
-Ahogarme.- Respondió Alana recordando aquel recuerdo.
-Ir a descansar. Ambas lo necesitáis.- Comentó Shiary.

Ambas obedecieron a la Elfa, mientras Alana cogía sus Sais y se dirigían a la habitación de una de las dos. Al llegar a la de Alisa, ambas se tumbaron en la cama, sin decir nada, ninguna quería hablar de ello y mucho menos recordarlo. Mientras, Isabella había reunido con urgencia a Lyria y a Catalina, junto al resto de reyes. Era importante que supieran lo que había ocurrido.

-¿Que sucede, Isabella?- Preguntó la reina de las Ondinas.
-¿Recordáis lo que Aslan nos explicó?- Preguntó ella alarmada.
-¿Cual de todo?- Preguntó Catalina rodando sus ojos.
-Las visiones de Alisa y Alana.- Alego Shiary mirándoles.
-Sí, ¿porque?- Respondió Caspian por todos.
-Hace unos segundos ambas han tenido una, una de su propia muerte. A sido tan real, que incluso sus propios cuerpos mostraban el temor. Por unos segundos, ambas han estado como muertas.- Explicó Isabella mirándoles.
-Durante esos segundos, ni respiraban ni su corazón latía. Si es cierto que son reencarnaciones de Acheron, tenemos un serio problema.- Explico Shiary mirando a todos.
-¿A que te refieres?- Preguntó Susan mirándola.
-Hace varios años, mi madre, la antigua reina. Me dijo, que Sigrid bloqueo temporalmente los poderes de sus hijas. Pensé que se refería a los de Bruja, pero creo que era a los de Acheron. Mi madre, me dijo que solo se rompería ese hechizo cuando volvieran a estar juntas. Puede, que al haber sacado a Alisa de aquel lugar, no solo se haya liberado a una de las nietas de Aslan, sino, un legendario poder.- Comentó Isabella mirando a todos.
-¿Y que podemos hacer?- Preguntó Edmund.
-Nada.- Respondió Catalina.
-El poder de Acheron no tiene maestro ni libro. Aprenderán solas o el poder las consumirá por completo.- Explicó Isabella mirándoles.
-Si el poder las llegara a consumir, ¿que pasaría?- Dijo Peter alarmado.
-Destrucción.- Respondió fríamente Lyria.
-¿De que?- Preguntó Lucy asustada.
-De vuestro mundo, y puede que, hasta Narnia y las islas.- Comentó Shiary miradores.
-¿Entonces ellas son mas poderosas que Allende?- Preguntó Edmund con curiosidad.
-Sí. Acheron era poderoso, tanto como Allende, pero al residir en ellas el poder de Aslan, descendiente del Emperador de los Mares y de Acheron, eso provoca que ambas sean más poderosas. Mas que Aslan, Jadis y que los Elemtales.- Explicó Catalina.
-Bueno, hay algo bueno tras todo esto...- Comentó pensativa Isabella.
-¿El que?- Preguntó Caspian abriendo los ojos.
-Alana me a dicho que tras encontrar el último legendario, renunciara a todo lo que la involucre con las islas.- Explicó la Gárgola.

El silencio se hizo presente y todos intercambiaron una mirada, preguntándose lo que la estaba sucediendo a la menor de la familia de Aslan. Algo no iba bien, no solo por el hecho de que ella renunciara a su poder, sino que, no fuera capaz de tener aquella responsabilidad. Todos sabían que ella ocultaba algo, pero no podían saberlo hasta que ella fuera capaz de decirlo.