Capítulo 42: Mineros

25 6 8
                                    

Y no me equivoqué, ya mucha gente, quizá todo el pueblo estaba ya reunido en torno al kiosco.

De hecho, llevaban ya algo de tiempo de que sabían todo esto, pero solo hasta que se vieron que ya se estaba destruyendo el ecosistema, decidieron protestar.

Pero eso no significa que estuvieran en contra desde antes, había visto desde hace algunas semanas que la población de todo el municipio estaba en contra de la construcción de esta mina.

Muchos de ellos llevaban ya hechas pancartas y carteles exigiendo que se detuvieran los trabajos de la mina y que se fueran del lugar.

Vi entre toda esa población a varios conocidos, la madre de Gibrán y su hijo, algunas de las tehuanas que trabajaban en su restaurante, a Mayra Palacios y su papá, aunque estaban algo distanciados por cierto y también vi a Martina y sus abuelos, y también a mis tíos.

Y también pude ver a Angelina y a su hermana Evangelina, y a Claudio y Guadalupe junto con sus padres.

Esto significaba que había gente, no solo de Yatareni, sino de otros pueblos cercanos.

Reclamaban contra un grupo de personas que estaban en el kiosco del centro del pueblo que estaban dirigiéndose a la gente.

Casi todos los presentes eran de piel blanca, cuando se presentaron, supimos que eran de origen canadiense.

Eran el director, y también dueño, de las obras de la mina, algunos ingenieros, todos vistiendo casco y chalecos de muy buena calidad por cierto.

Con ellos estaba también el alcalde del pueblo, siendo esa la primera vez que lo veía.

El director de la obra era un tipo alto y pelirrojo, de barba y bigote, teniendo más pinta de ser leñador aunque le faltaba músculo.

Y el alcalde, aunque supongo que no quería que se notara, era evidente que estaba bastante nervioso, como su no tuviera control de la situación. Su aspecto físico era acorde con su personalidad al parecer.

Bien podría ser la única persona nativa de Yatareni que usaba traje.

─Lo siento, no puedo hacer nada ─respondió tímidamente el alcalde por medio de un microfono─ Yo tampoco tenía conocimiento de esto, pero ellos obtuvieron los permisos para explotar toda esa área y construir la mina, y si es el caso, no podemos hacer nada.

─¿Qué quieres decir con que no podemos hacer nada? ─reclamó gritando una mujer en el centro de la turba─ ¿Quién les dio permiso?

Entonces el director de la obra, viendo que el alcalde ya no podía más, decidió tomar la palabra.

Aunque hablaba español, aun se le oía el acento inglés, y también sonaba bastante seguro, aun cuando hablaba en un español bastante básico.

─Me gustaría... aclarar dudas acerca de mina que... estamos construyendo ─explicó─ Presidente municipal de... ¿Sayula? Darme permisos para construir mina.

─¿Fue el presidente municipal de Sayula? ─murmuró el alcalde─ ¿Por qué no me dijeron nada?

─Él decir que... haber documentos que acreditar pertenencia de tierras a ejidatarios... documentos desaparecieron hace mucho.

─Eso es imposible.

─Es verdad ─replicó el alcalde─ Hace algunos meses que los documentos desaparecieron del archivo del municipio. Nadie sabe dónde están, puede que los hayan robado pero sin esos documentos...

─Alcalde de Sayula... decir... al no existir documentos, tierras no ser de nadie.

─No me jodas güerito ─gritaron unos hombres aparentemente pasados de copas.

Yatareni (PRIMERA VERSION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora