Capítulo 112: La determinación de dos otakus

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Mayra Palacios contemplaba la caída de la lluvia desde una habitación cuyo muro se había derrumbado.

Posiblemente se trataba de una recámara porque halló restos de una cama y residuos de algunas viejas cobijas.

─¿Todo bien caperuza? ─le preguntó Araceli apareciendo desde atrás─ ¿En qué tanto piensas? ¿En aquella voz que mencionaste antes?

─No ─respondió tranquila─ Supongo que solo tengo en mi cabeza el viaje a Japón, todavía no puedo creer que vaya a ir, estoy emocionada.

─¿Enserio? ─cuestionó la rubia─ No suenas a que sea eso, hay otra cosa más ¿verdad? No me puedes engañar, eres muy fácil de leer.

Mayra volteó a ver a la rubia. Puede que aquello la molestara viniendo de ella, pero debía admitir que era cierto.

Araceli no era la única que podía "leer" con facilidad a Mayra.

Y suspiró.

─Tú ya lo sabes ─le respondió─ Sabes cuáles son mis sentimientos hacia Eliseo.

─Ahh era eso ─murmuró Araceli─ Pero si siempre has sentido eso ¿por qué te preocupa eso ahora?

─Cuando regresemos de Japón ─murmuró la chica─ Él se ira de Yatareni, y no sé si lo vuelva a ver de nuevo.

─Y tienes miedo de no decirle lo que sientes ¿verdad?

Mayra asintió.

─Tan fácil que es ir y decírselo ─replicó Araceli─ Podrías en este momento buscarlo y decirle lo que sientes.

─¿Tú crees que es tan fácil? ─respondió Mayra─ Si para una chica normal es difícil, para mí que soy... como soy, pues...

─Solo díselo y ya ─se escuchó desde atrás─ No pierdes nada con intentarlo.

Ambas chicas voltearon.

Era Guadalupe.

─Si no se lo dices ahora que está aquí ─le replicó la chica─ Te arrepentirás cuando se vaya.

Mayra permaneció dubitativa.

─Supongo que... no tengo de otra, pero... ¿qué tal si me rechaza?

─La vida es un riesgo carnala ─respondió la rubia cambiando su acento un poco al tiempo que pasaba su mano tras de ella─ Te arriesgas a mucho, pero ¿Qué tal si acepta? Tú solo mantente positiva.

Mayra sonrió.

─Sé que es inevitable que se vaya porque yo también me iré ─dijo─ Es inevitable que nos separaremos, pero quiero que, antes de que se vaya, que sepa... que lo amo.

─Oye ─le preguntó Guadalupe─ ¿Qué tanto lo amas?

─Creo que bastante ─respondió─ Se podría decir que me salvó la vida.

─¿Te salvó la vida? ─increpó Araceli─ ¿Qué quieres decir?

─No es nada ─respondió─ Olvídenlo.

***

Mayra Páez se encontraba en otra parte de la hacienda. También contemplaba la lluvia caer sobre todas las ruinas y el espacio en general.

Con ella se encontraban Martina y Angelina.

Desde hace un rato que las últimas dos notaban algo extraña a Mayra.

─En algo piensas ¿verdad? ─le preguntó la niña.

─¿Por qué lo dices enana? ─respondió Mayra sin dejar de ver caer la lluvia.

Yatareni (PRIMERA VERSION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora