Temprano por la mañana, Mayra Palacios se apresuraba encaminándose hacia la casa de la tía de Eliseo.
Estaba nerviosa, pero poco a poco controlaba mejor sus nervios.
Hubo una época en la cual ella jamás se atrevería a buscar al chico en aquella casa.
Y si ahora podía ir a buscarlo, quizá fue más porque ella estuvo un tiempo viviendo ahí donde se dirigía.
De todos modos, conforme se iba acercando parecía caminar más lentamente.
Esperaba encontrarse con Eliseo de camino para no tener que ir hasta la casa.
Pero no sucedió y eventualmente la chica llegó.
Ahí estaba Mayra Palacios, parada frente a la puerta de la casa de la tía de Eliseo, esperando algo que no iba a suceder.
Miró hacia ambos lados como si fuera a cruzar la calle.
Finalmente se resignó y tocó el timbre.
Le abrió la puerta la tía de Eliseo.
─¡Hola mija! ─saludó afanosamente la señora como si no la hubiera visto en años─ ¡Qué milagro que venes a vernos!, ¡Pásale ándale, ya casi termino de preparar el desayuno!
Mayra, que por lo general no estaba tan acostumbrada a que la trataran tan bien, quizá porque no era muy común, y se sentía un poco incomoda con eso, se disculpó.
─Buenos días... disculpe, pero solo venía a buscar a Eliseo.
─No está mija ─respondió la tía de Eliseo─ Salió desde temprano, quesque fue a hacerle un favorcito a la otra chica, la que se parece un montón a ti.
─¿La otra Mayra?... espere ¿un favor?
─¡Ah, caray! ─preguntó la señora─ ¿También se llama como tú?
─Si ─respondió Mayra y siguió hablando en voz baja como si hablara consigo misma─ Nos parecemos en muchas cosas, hasta en el hecho de que ambas le pedimos favores al mismo chico.
─¿No le dijo a qué clase de favor se refería? ─preguntó la chica mientras unos incipientes celos la invadían─ ¿O a qué hora volvería?
─La verdad no sabría decirte mija ─respondió─ Podría tardar un poco ¿Por qué no lo esperas aquí? Sirve que desayunas con nosotros.
─De verdad se lo agradezco mucho señora ─dijo Mayra─ Me gusta su comida pero acabo de desayunar.
─Pos cuando queras, puedes venir a comer con nosotros mija ─le dijo la señora─ Ya sabes que eres benvenida en esta casa cuando gustes.
Mayra se despidió y abandonó el domicilio.
A partir de ese punto, Mayra estuvo decidiendo que hacer o a dónde ir.
Podría ir a buscar al chico a la base del grupo de la otra Mayra, sabía dónde quedaba.
Pero algo dentro de ella le decía que no era buena idea, que quizá si iba, vería algo desagradable.
Era inevitable pensar de ese modo sintiendo lo que ella sentía por el chico.
Pero también, si se quedaba ahí sin hacer nada, el sentimiento era el mismo.
Le daba curiosidad saber qué clase de "favor" haría Eliseo por Mayra Páez.
Pero también tenía miedo de saberlo.
Al final la chica suspiró y murmuró resignada:
─Supongo que se lo diré mañana.
Rindiéndose de una manera sumamente fácil y decidiendo rápidamente qué hacer, la chica decidió cambiar de plan y dirigirse a la tienda para comprar sus acostumbradas frituras y demás productos.
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Yatareni (PRIMERA VERSION)
Fiksi RemajaEliseo es un egresado de la carrera de arquitectura que, contra sus propios deseos, tiene que mudarse a un remoto pueblito campestre mexicano llamado Yatareni, para trabajar como dibujante arquitecto, así que llega con la idea de que su estancia en...