Capítulo 111: Otra vez, la hacienda

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Nos reunimos temprano en la base. Mayra pasó por nosotros y nos fuimos caminando hasta la hacienda abandonada.

Ahora que lo pienso, solo vine una sola vez a este lugar, y fue en la noche.

Recuerdo que cuando vine por primera vez al pueblo, mi tía quería llevarnos a mi mamá y a mí a este lugar, pero no recuerdo que pasó para que no sucediera.

Aun así, después terminé viniendo junto con los chicos para la prueba de valor.

No sé si fue porque la visitamos de noche en aquella ocasión, pero cuando llegamos a la hacienda, no parecía la misma que visitamos entonces.

Ahí estaba todavía ese letrero de hierro forjado donde se podía leer el nombre de la hacienda "La Media Luna", de eso sí me acuerdo muy bien por la bromita literaria que hice y que nadie entendió, pero eso era lo único que parecía idéntico a aquella vez.

Todo lo demás era muy diferente. Se sentía como si fuera la primera vez que la visitaba.

Como de costumbre en el pueblo, el cielo estaba cargado de nubes negras. La lluvia caería sobre nosotros en cuestión de minutos quizá.

Pero no le prestamos mucha atención, estábamos más decidiendo, dónde comenzaríamos a explorar. Porque a diferencia de esa vez en la que solo entramos Mayra Palacios y yo, esta vez, entraríamos todos.

Frente a nosotros, se abría una gran extensión de terreno perteneciente a la hacienda, posiblemente lugares donde se cultivaban muchas cosas o se pastaban animales, quien sabe, pero que ahora parecía una selva.

─Tengan cuidado ─anunció Mayra Páez─ Fíjense bien por dónde caminan porque luego hay por ahí alguna serpiente.

─¿¡Se-Serpientes!? ─se estremeció la rubia─ ¡No me dijiste que había serpientes aquí!

─¿Realmente había serpientes? ─le pregunté a Mayra.

Yo no estaba asustado, mi pregunta fue más por la molestia de que no me lo dijera cuando fue nuestra prueba de valor.

Si ahora que es de día, hay que andar con cuidado, en la noche es peor porque no se ve casi nada. Alguna podría haberme mordido y ni en cuenta.

─Por eso era una prueba de valor ─me respondió la líder.

─¿Y qué hubieras hecho si alguna nos mordía? ─increpó Mayra Palacios.

─No se preocupen ─respondió─ Yo realmente tampoco conozco este lugar, recuerden que yo tampoco soy de aquí, así que lo de las serpientes igual y ni es cierto, solo me gusta joderlos un poco.

Todas las chicas se quedaron mirando de reojo a la líder, como si conspiraran para tenderle una trampa o algo así.

Si planean vengarse, con gusto les ayudo.

Logramos hacernos camino entre toda la maleza y llegamos al edificio de la hacienda en sí.

Ahora que podíamos verla por completo, me di cuenta de que era aún más grande de lo que pensaba.

Toda la estructura en general seguía en pie, solo se habían caído algunos muros, perduraba aun un poco más del 50% de toda la techumbre y noté también que en algunos muros habían varios grafitis.

─¿Por qué no establecieron su club de anime en esta hacienda? ─nos preguntó Araceli.

La líder calló por un momento, creo que no se le había ocurrido, después de eso, supongo que se sacó algo de la manga:

─Pues... en realidad no sabemos si esto aún le pertenece a alguien, además, restaurar todo esto costaría demasiado dinero.

─Dinero que ustedes usaran para irse a Japón ─sonrió Araceli.

Yatareni (PRIMERA VERSION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora