Capítulo 35: Cambio de rol

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─¿Y qué respondiste? ─me preguntó Mayra Palacios después de contarle todo lo sucedió el día anterior.

─Le contesté que lo pensaría ─respondí─ Y que le daría mi respuesta en unos días.

─¿Y qué ... piensas hacer? ─me preguntó tímidamente mientras desviaba un poco la mirada, como si hubiera preferido no preguntarme eso.

─No lo sé ─respondí─ La idea de que hagan un anime de mi novela es muy tentadora, pero eso significaría dejar SPEED, y no quiero, ya me encariñé con todos los chicos, me agrada reunirme con ellos y hacer las cosas que hacemos.

─¿Conmigo igual?... ─dijo y de repente cambió su tono de voz sonrojándose un poco─ Es decir... quiero decir, que... si se lo comentas a Gibrán, quizá él entienda, ya sabes, es tu sueño.

─Es posible ─dije─ Pero aun así, no quiero dejar la Sociedad.

─Yo tampoco ─dijo Mayra.

─Pero tú no te vas a salir del grupo solo porque yo me salga ─le comenté─ ¿O sí?

Mayra se puso aún más roja de lo que ya estaba y desvió la mirada, dejó de hablar.

Por un momento ignoré el hecho de que haya dicho que no abandonaría la Sociedad... a menos que yo me salga.

Creo que estaba logrando lo que me propuse.

─Ehhmm, bueno ─dijo después de un rato─ Es sólo que... fuiste tú quien me metió a la Sociedad a la fuerza, así que si te vas, lo normal es que yo te siga... digo, también me salga.

─No necesitas salirte también ─le dije─ Si te gusta estar con ellos te puedes quedar, de hecho, fue esa la razón por la cual desde un inicio te metí a la fuerza.

─¿Qué quieres decir?

─Que curioso que no te percataras ─le dije sonriendo por su inocencia─ No me vas a negar que desde que te uniste a SPEED te has juntado más con la gente y has sido más abierta, creo que hablas un poco más.

Mayra volvió a callar pero esbozó una ligera sonrisa.

─Y a propósito ─cambié de tema porque pensé que ya se estaba incomodando─ ¿Hablaste con tu papá?

Creo que no fue buena idea, quizá toque un tema más incómodo para ella.

La chica frunció el ceño, quizá yo tenía razón, sin embargo, me respondió:

─Ayer en la tarde, me cansé de leer manga y regresé a mi casa, mi papá ya estaba despierto y estaba recogiendo todo su tiradero, quiso hablarme y disculparse pero lo ignoré y me fui directo a mi habitación.

─¿Por qué no lo escuchaste?

─Porque ya lo conozco ─respondió─ siempre hace lo mismo, no es la primera vez me dice que lo siente ─y suspiro─ Y no creo que sea la última.

La chica calló.

─Ayer que fui a trabajar ─le dije─ Él no dijo nada, sólo me dejó trabajo y se fue de nuevo a Sayula, pero la verdad creo que ya no podrá continuar con la obra, parece ser que el dueño piensa contratar a alguien más, o eso me pareció escuchar.

─Como de costumbre ─dijo mientras miraba al infinito con unos ojos muy tristes, más de los que suele tener.

Era un rostro de resignación.

─Pues, ojala las cosas entre tú y tu papá se arreglen ─comenté como para tratar de animarla.

─Quizá ─dijo─ Pero no durará mucho tiempo así.

Yatareni (PRIMERA VERSION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora