Capítulo 85: Martina

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Tan pronto como salí del restaurante, me enfoqué en buscar a la niña.

Aunque no había pasado mucho tiempo desde que ella se alejó, hasta que yo salí del lugar, no pude ver hacia dónde se había ido.

Sobre todo porque ese día, era día de tianguis, había muchos puestos ambulantes en toda la calle aledaña a la plaza, de manera que había mucha gente.

Quizá era un pueblo pequeño, pero buscarla no iba a ser tarea fácil.

Pero decidí no complicarme las cosas tanto.

Se me ocurrió primero ir a su casa.

Fue el primer sitio que me vino a la mente.

Sin embargo, al llegar al lugar, ella no estaba ahí.

La abuela de Martina me dijo algo que podría haber adivinado de antemano.

Martina había salido desde hace algún rato a buscarme porque quería platicar conmigo.

Considerando lo que su madre me dijo, quiero pensar que su madre ya le había propuesto irse de Yatareni pero ella se había negado, de manera que la propuesta de su madre no fue tan "sutil" como ella lo dijo.

Y seguramente Martina quería conversar conmigo acerca de eso, o quizá hasta pedirme ayuda.

Lo curioso es que su abuela no sabía nada al respecto de eso.

Era de esperarse porque la madre de Martina sabe que si la abuela se enterara de que quiere llevarse a la niña, ella sería la primera en oponerse.

Pero como tampoco quería complicar más las cosas, decidí que yo tampoco se lo diría, al menos por ahora.

Pero ahora que sabía que Martina no estaba en su casa, se me hacía más difícil localizarla.

Así que lo único que se me ocurrió fue regresar al centro del pueblo.

Con eso de que había mucha gente reunida, supongo, que era más probable encontrarla.

O eso pensé, porque hasta después no me percaté de que, si ella se había escapado de esa forma, lo más seguro es que quisiera estar sola y alejada de la gente.

Es decir, aquel era el lugar menos probable en el que podía hallarla.

Estaba por irme cuando la vi, pero no era quien yo esperaba.

Mayra Palacios salía en ese momento de la tienda.

Llevaba en la mano izquierda una bolsa de papas fritas y en la otra un refresco.

Parecía estar algo más alegre de lo usual.

A veces envidio la vida despreocupada que lleva, aun cuando creo que tiene más problemas que yo, o que cualquier otra persona en el pueblo.

Quizá solo sea una tapadera.

En cuanto la chica me vio, se encaminó hacia mí y me saludó.

─¿Has visto a Martina? ─fue lo primero que salió de mis labios, ni siquiera le devolví el saludo.

─Ehm... No ─respondió naturalmente─ ¿Quieres un poco? ─dijo ofreciéndome lo que comía.

No pude evitar verla con un poco de incredulidad, pero también con algo de ternura, como si comer aquello fuese de lo más importante del mundo para ella.

Como de todos modos no tenía ni la menor idea de dónde buscar a la niña, me senté con Mayra en las bancas del parque y le conté todo lo sucedido.

─No creo que haya ido lejos ─comentó Mayra después de escucharme, mientras aún seguía comiendo sus frituras─ Bueno, dudo que se haya ido del pueblo jeje, creo que te preocupas demasiado, no es tonta, ella aparecerá solita.

Yatareni (PRIMERA VERSION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora