Sara cortaba las cebollas mientras Meryl cocía verduras en una olla. Mentalmente la joven agradeció a su madre que le haya enseñado a cocinar tan bien como ella lo hacia con sus manos de diosa, que dejaban las comidas riquísimas.
-Han tocado el timbre iré a abrir, deben ser lo señores de la casa – explico Meryl, el nerviosismo invadió el cuerpo de Sara, sabia que estaba a momentos de conocer a los dueños de esta gigante casa.
-Está bien – fue lo único que Sara pudo pronunciar.
Sara se quedó tensa picando cebolla, sintió las voces de personas entrar en la casa, mas no quería asomarse a ver si eran ellos o no, estaba tensa y no podía caminar... hasta que escucho pasos que venían cada vez más cerca.
-Ella es la nueva empleada que ha llegado hace unas horas atrás señora Barbara – dijo Meryl señalándole a Sara a la dueña de la casa.
-Un placer señora Barbara – Sara saludó amablemente a la señora que se encontraba mirándola de arriba hacia abajo.
-Espero que hagas tu trabajo bien, porque si no estás despedida – dijo la señora Barbara fríamente y cortante.
-No se preocupe, tratare de dar lo mejor de mi – dijo Sara ya nerviosa ante el tono frío de su nueva jefa.
Ésta no dijo nada y se retiró del lugar, Sara suspiró aliviada y miró a Meryl.
-Ella es así, debes acostumbrarte, todos en esta casa son así menos la señorita Millie, ella es un angelito tiene siete años, Noah tiene diecisiete años, todos ellos son adoptados por la señora Barbara. Pero Tom es el único hijo propio que tuvieron, él es todo un hombre, es igual que sus padres frío y de un carácter insoportable. Tom sigue viviendo en esta casa por sus hermanos – mencionó Meryl mientras se destinaba a volver a cocer los alimentos.
-Trataré de ser lo más amable con ellos para no tener problemas – acotó Sara.
-Deberías ir a hacer las habitaciones, aún no están hechas – ordenó amablemente Meryl - ¡Ah! Y esta vez tienes suerte, no te harán usar uniforme porque no tienen más y sí que trabajaras con lo puesto, solo un pequeño delantal y el cabello recogido.
-Bien... bueno voy a hacer los dormitorios.
Sonriente Sara se retiró del lugar.
Sara fue hacia el comedor y vio que sus jefes salían solos sin sus hijos.
Bueno, como toda pareja a veces necesitan su intimidad y pasar ratos a solas. Pensó Sara.
Subió las escaleras y se dio cuenta que al fondo había una habitación que decía "Noah", el hermano de al medio de los Hiddleston, la joven tocó antes de entrar y él abrió la puerta.
-Hola soy Sara, la nueva empleada – sonrió tierna al muchacho que se encontraba mirándola como si hubiera visto a un ángel parado en la puerta de su habitación – vengo a hacer tu... - ella miro hacia dentro del dormitorio – tu habitación – terminó de decir para sonreírle. Nuevamente.
-Cla-claro – tartamudeó el chico – pasa – se hizo a un lado para que ella entrara a la habitación.
-Gracias – dijo Sara entrando.
Ella miró cada rincón del cuarto, él le dijo que iba a la escuela y se retiró de la habitación, Sara se sentó en la cama de aquel muchacho.
Quería saber que se sentía al dormir en esos colchones tan suaves y cómodos, la casa es enorme y tiene una decoración increíble, es hermosa por decir algo, mis padres estarían dichosos de vivir aquí, la cuidarían como un pirata cuidando su precioso tesoro. Pensó ella.
Sara ordenó cada objeto de la habitación, la cama, el escritorio, su ropa, limpio el baño y terminó.
Dio un suspiro de alivio al ver el dormitorio totalmente ordenado, salió del dormitorio para entrar al otro que era el dormitorio donde dormía la señora junto con su esposo.
Amó totalmente la gigante cama donde cabían dos personas, pero podrían caber como seis personas más.
Cerrando la habitación del matrimonio fue a la habitación de la pequeña Millie, sentía curiosidad de conocerla.
Tocó la puerta de la habitación y entro en ella, la niña estaba sentada en un escritorio, donde Sara supuso que estaba haciendo sus deberes.
-Hola – saludó Sara entrando a la habitación.
-Hola – sonrió - ¿Quién eres? – pregunto curiosa.
-Soy Sara, la nueva empleada y vengo a ordenar tu preciosa habitación, ¿puedo? – pregunto Sara sonriente.
-Si claro, a mi no me gusta hacer mi cama – se quejó.
-Bueno, para eso estoy yo aquí.
- ¿Te gusta? – preguntó Millie alzando una hoja con un dibujo.
-Es precioso, ¿es tu familia? – preguntó Sara haciendo la cama.
-Si, solo hay una diferencia – la niña agachó la mirada.
- ¿Y cuál es la diferencia? – la curiosidad invadió a Sara.
-Que esta familia es feliz, pero mi familia no lo es, ellos siempre se pelean y yo tengo que escuchar siempre sus discusiones – a Sara se le estrujó el corazón al escuchar aquellas palabras.
El dinero no los hace realmente feliz. Pensó en sus adentros.
-Eh... ¿quieres hacer algo divertido? – dijo Sara evitando aquel tema.
-Prefiero seguir pintando – exclamó la pequeña.
-Bueno, si cambias de idea, dímelo, yo seguiré haciendo mis cosas.
Sara salió de la habitación de la pequeña con una sensación no muy buena, sentía pena por todo lo que aquella pequeña tenía que aguantar, en esta casa no todo es de color rosa, solo aparentar ser esa familia feliz pero realmente no lo son.
Entró en la última habitación que le quedaba, tocó, pero nadie abrió a si que decidió por entrar solamente, la habitación no estaba tan desordenada, solo la cama y unas pendas de vestir que estaban tiradas en el suelo. La habitación era blanca, esta habitación era mas grande que la del matrimonio, tenía un olor a perfume de hombre exquisito. Empezó a recoger cada prenda del suelo y ponerlas entre la ropa sucia y la limpia en el armario, hizo la cama y limpio los muebles de la habitación.
Ahora le tocaba ir al baño, era asombroso que cada habitación tuviera un baño, un baño para cada uno, en su casa solo tiene uno y al día hay muchas peleas por quien usará el baño primero.
Sara iba a abrir la puerta de aquel baño, pero alguien más la abrió.
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Solo soy una empleada
RomanceSara Hyland una muchacha de veintidós años, humilde, de buen corazón. Ella decide trabajar en una casa de ricos, la casa de los "Hiddleston". Una familia que se deja llevar por la avaricia, las apariencias y la ambición. Jamás pensó que trabajar en...