Capitulo 7

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Cuando logró por fin localizarlo, él se encontraba tomando el sol en la piscina junto a su prima, se llevaban muy bien al parecer, bueno como no llevarse bien si están cortados por la misma tijera, tienen el mismo carácter y la misma sangre.

Ella se acercó hacia ellos, le tenía que pasar la llave del coche a Tom.

   -Aquí tienes tus llaves, sin ningún rasguño ni nada – comunicó Sara a Tom, quien se encontraba sentado en una de las tumbonas.

   -Así me gusta – añadió este - ¿Cómo ha llegado Millie a la escuela? – preguntó.

   -Bien, por supuesto – dijo Sara en un modo más o menos cortante.

   - ¿Me podrías traer un zumo natural de naranja? – pido la rubia.

   -Claro, ahora mismo se lo traigo – dijo Sara retirándose.

   -A mí también – gritó desde lo lejos, Tom.

Sara fue hacia la cocina donde estaba Meryl preparando la comida, hace bastante rato que no hablaba con ella, estaba bastante ocupada como para mantener una conversación amistosa, y Meryl siempre andaba de allí para acá haciendo cosas, esa mujer no descansaba jamás y ya tenia una edad ya bastante avanzada debería de tener un poco mas de descanso a su edad no le vendría mal unos días de vacaciones.

   -Hola Meryl – saludó Sara a la mujer.

   -Sara, ¿Cómo estás? – preguntó Meryl mientras picaba y revisaba la olla de la comida.

   -Yo bien... ¿Tu no descansas? – preguntó.

   -El descanso no esta echo para mi Sara – dijo la mujer en un tono de desilusión.

   -Quizás si hablas con la señora Barbara, seguramente ella te entenderá y te dará unos días de descanso – mencionó Sara, mientras partía unas naranjas y las exprimía.

   -Si se las pido, ¿Quién se quedará en la cocina? Tu no puedes hacerte cargo de todo, te volverías loca – dijo Meryl en un tono dramático.

   -Si lo sé, pero ellos podrían buscar un remplazo o tu misma – dijo Sara mientras echaba zumo de naranja en dos vasos que tenía en una bandeja.

   -Bueno, se lo comentare a la señora Barbara. Pero no te prometo nada – añadió Meryl sonriendo.

   -Quiero que descanses, te lo mereces Meryl, voy a dejar esto y te ayudo – avisó Sara mientras salía de la cocina.

Con la bandeja entre sus manos, salió hacia la piscina donde se encontraban los mas delicados de la familia. Cuando llegó, dejó los zumos en una pequeña mesita.

   - ¿Desean algo más? – preguntó Sara.

   -Que Meryl cocine más rápido, tengo hambre – dijo un Tom indiferente, con la vista fija en el agua de la piscina.

   -Se lo diré a Meryl – dijo Sara y se retiró.

Cuando iba entrando a la sala justo venia Noah entrando, con muchos cuadernos y carpetas en las manos.

Ella caminó rápido hacia él y le ayudo con los cuadernos que traía.

   -Te han dado mucho trabajo hoy por lo que parece – dijo Sara mientras depositaba los libros en la mesa.

   -Demasiado, siento que me va a explotar el cerebro – se quejó Noah.

   -Si quieres te puedo ayudar en lo que no entiendas – ofreció amablemente Sara.

   -A veces te comparo con un ángel ¿lo sabes? – menciono Noah, al momento en que sonreía.

   -Eres un encanto Noah, ¿y porque me comparas con un ángel? – preguntó Sara con mucha alegría.

   -Porque eres buena, ayudas en todo, eres perfecta como mujer... - añadió tiernamente Noah.

   -Gracias – dijo Sara – ve a lavarte las manos para que puedas almorzar.

   - ¿Y los demás? – preguntó.

   -Tom y Cameron están en la piscina, los llamare para almorzar.

   -Bueno, enseguida bajo, me muero de hambre.

Ella se quedo pensando en las palabras de Noah, él era un amor, le hubiera gustado tener un hermano como él, tan atento y cariñoso.

Él y Millie eran tan distintos a su otro hermano y a sus padres, desde que había llegado a trabajar a la casa jamás había intercambiado palabras con su jefe.

Eran todos tan fríos jamás los había visto salir juntos en familia, casa quien se concentraba en su mundo, y se olvidaban de los demás miembros de la familia.

Sara siempre se daba tiempo en salir con su familia aun lugar a comer o a pasear. Le daba mucha pena ver a la pequeña Millie aburrida todo el día y a Noah todo el día estudiando para sacar buenas notas y ser alguien importante, todo lo contrario de su hermano, era un perezoso.

Solo soy una empleadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora