Miércoles, ya estaba amaneciendo, Sara recordó que ya no estaba en la casa de los Hiddleston, ahora tenia que tomar un taxi para ir a trabajar.
Se levanto de la cama, hace mucho que no dormía tan bien como lo hizo, no cambiaba su cama por nada del mundo.
Después de darse una ducha, cepillar su cabello, lavarse los dientes, y vestirse, el día estaba muy agradable.
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Llego a la casa de los Hiddleston, la familia se encontraba en el comedor teniendo un desayuno familiar, Sara los miro de reojo y puedo ver a de inmediato a Tom, parecía estar aburrido, lo único que lo entretenía era comer.
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-Sara, hola – saludo Sam, dándole un cálido beso en la mejilla de ella.
-Hola Sam, ¿Qué tal?
-Bien, gracias ¿sabes? – ella clavo su mirada en el – quería invitarte a algo.
- ¿A si?
-Es una sorpresa, pero, ¿te gustaría? – le pregunto nervioso, le atormentaba recibir un no de parte de Sara.
-Está bien – acepto con una pequeña sonrisa para posteriormente recibir un fuerte abrazo y un sonoro beso de Sam en la frente de Sara.
Acepto sin pensar en Tom, ¿pero porque necesitaba pensar en él?
Era una cita con Sam y ella con Tom no era absolutamente nada, no debía importarle lo que pensaba él.
De todos modos, hace mucho tiempo que no salía a divertirse y lo necesitaba bastante. Últimamente se estaba auto exigiendo mucho ella misma y no era muy bueno para su salud.
-Hola Sara – ella se dio la vuelta y se encontró con esos ojos que la hacían perderse en el paraíso.
-Hola Tom... ¿Qué haces aquí? – susurro ella sin percatarse de que Sam abandonaba el lugar.
-Termine de desayunar – sonrió mostrando esos hermosos dientes, una sonrisa que derretía a Sara - ¿tienes muchas cosas que hacer? – pregunto acercándose a Sara.
-No... ósea... si... si – confirmo – tengo que ordenar toda la casa – con tan solo recordar que tenia que hacer cinco camas se le revolvía el estómago.
-Eres muy trabajadora para tu edad.
-Bueno, no soy una niña.
-Pero eres muy joven... - Tom hizo una pausa, cambiando completamente su rostro a uno mucho más serio – así que vas a salir con Sam.
¿Cómo se ha enterado? Seguramente nos estaba escuchando a escondidas.
- ¿Tiene algo de malo? – pregunto ella mientras se cruzaba de brazos.
-No, no tiene nada de malo, eres libre de hacer lo que quieras – el tono de su voz, cambio a uno mas duro de lo habitual – lo que quieras.
Ya no podía negarlo Tom estaba echando fuego por la boca, sus celos se notaban a Kilómetros. ¿Pero porque Sara era la única ciega que no lo notaba?
-Eso ya lo sé Tom – se lo dijo en la cara.
Pero lo que Sara no sabía, era que Tom planeaba vengarse, le pagaría con la misma moneda.
Invitaría a cenar a Emma. Si, la odiosa Emma. Puede ser que no le gustará, pero con ella conseguiría darles celos a Sara. ¿Sera bueno esto para ellos? ¿O solo los alejara?
Hay que tener en cuenta que los celos no son un buen sentimiento. Ansiaban tremendamente estar juntos, pero ninguno de los dos se atrevía a dar el primer paso. Son tan inmaduros que seguramente Millie era más madura que ellos.
¿No podían estar ningún día sin pelearse? Duraron tanto sin tener una discusión.
Sus corazones se estaban uniendo y ellos simplemente no se daban cuenta. Tom no lo notaba, pero poco a poco su corazón se estaba curando de toda herida, Sam se estaba encargando de hacerlo.
¿Podría llegar a enamorarse de ella? Si así fuera, definitivamente no la dejaría ir, ella era una mujer que cualquiera desearía y no solo físicamente sino sentimentalmente también, ella es una persona que sabe escuchar, que lo entiende a la perfección, que no se interesa en el por su dinero sino por lo que es, una persona como ella se merece todo lo bueno que hay en el mundo, simplemente es única.
Tom salió enojado de la cocina, Sara pudo notarlo a simple vista, lo conocía perfectamente como para darse cuenta de cuando estaba molesto y estaba feliz.
Sonrió por lo bajo, se dio cuenta de los celos de Tom hace un momento, eso le estaba diciendo muchas cosas... el estaba empezando a sentir algo en su corazón.
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Solo soy una empleada
RomanceSara Hyland una muchacha de veintidós años, humilde, de buen corazón. Ella decide trabajar en una casa de ricos, la casa de los "Hiddleston". Una familia que se deja llevar por la avaricia, las apariencias y la ambición. Jamás pensó que trabajar en...