Sara abrió la puerta de su casa, ya que tenia una copia que su madre le había dado. Al entrar se encontró con su extrañada familia, cenando.
Le sorprendió que ellos no se vieran contentos de verla nuevamente en casa, su hermana la fulmino con la mirada ¿Qué le pasaba?
-Hola a todos – saludo ella contenta dejando sus maletas a un lado y tirando las llaves al mueble cercano - ¿Qué pasa? ¿Por qué esas caras?
-Hoy no pude ir a rehabilitación ya que nadie – reclamo su hermana recalcando el "nadie" – se dio el tiempo de llevarme.
¡Joder! Se me olvido completamente la rehabilitación de Mckenna, ¿Cómo se me pudo olvidar algo tan importante?
-Mckenna... - susurro Sara.
-Sabes que nosotros no podemos porque estamos trabajando Sara, tu también lo haces, pero tú tienes la oportunidad de que te den permiso – exclamo la madre con tono de regaño en su voz.
-Lo siento – dijo ella un poco apenada.
-Ya no importa, ya paso – exclamo su padre.
-Os prometo que no volverá a pasar – aun se reprimía de olvidar algo tan importante como la rehabilitación de su hermana.
-No te preocupes Sara, todos cometemos errores – le dijo su hermana, Sara se acerco a ella y la estrecho en sus brazos, la extraño tanto – te he echado mucho de menos.
-Créeme que yo más – beso su frente - ¿Cómo habéis estado?
-Con mucho trabajo, pero bien – le respondió su padre sonriente.
- ¿Vas a comer algo? – pregunto su madre con el ceño fruncido – estas mas delgada, ¿no comías bien en esa casa?
-Estoy bien mama, sirveme algo de comer.
Unos minutos después se encontraba sola con su madre en la sala, su hermanita se había ido a dormir al igual que su padre.
-Y dime, ¿Quién es el afortunado? - ¿Afortunado? ¿de que estaba hablando su madre?
- ¿De qué hablas mama?
-Tus ojos Sara, una madre conoce muy bien a sus hijos, y te noto mucho más contenta, tus ojos están brillantes, eso demuestra que estás enamorada o te gusta alguien – las palabras de su madre la habían sorprendido completamente ¡Su madre la conocía muy bien!
-Mama... -susurro.
-Cuéntame – acaricio tiernamente el cabello de su hija – confía en mi como siempre lo hago en ti.
-Se que esto es una locura y no se como lo vas a tomar – estaba decidida, le contaría todo a su madre, de todos modos, era su madre y tenia derecho a saberlo, quizás ella supiera aconsejarla bien – creo que me estoy enamorando.
- ¿De quién? – pregunto la madre sonriente. Por una parte, estaba emocionada de que su pequeña Sara por fin conociera el amor.
-Mama... - susurro.
-Vamos Sara, dímelo, no tengas miedo.
-Me estoy enamorando de Tom, el hijo mayor de los Hiddleston.
- ¿El que te trata mal? ¿El que es más mayor que tú? – pregunto la madre realmente sorprendida.
-Si, aunque ya no me trata mal.
-Sara...
-Mama, no sé cómo paso, pero paso.
-Te entiendo pequeña – tomo las manos de Sara – uno no manda en el corazón y no te voy a criticar, pero dime, ¿sus padres lo saben?
-Sus padres no saben nada, y no se que es lo que el siente, es difícil para el – comento Sara.
- ¿Por qué?
-Paso por malos momentos – dio un suspiro al recordar todo lo que tuvo que pasar Tom – su novia murió en un accidente de coche – sintió como su madre se tenso al oír eso – iba en su coche y chocaron, se siente culpable de la muerte de ella, nadie lo apoyo en esos momentos, tuvo que salir de aquello el solo.
-Lo que me estas contando es horrible – admitió su madre con una mano en el pecho.
-Lo se... cuando estoy con el se me olvida todo, mama... pero también tengo miedo de ilusionarme.
-Sara, solo vive tu vida. Si de verdad te gusta, lucha por el, a si es como conquiste a tu padre, luche con uñas y dientes para quitárselo a las zorras que venían detrás – contó y Sara se sorprendió escuchar a hablar su madre así – ayúdale a superar su trauma y si lo haces, definitivamente te amara por el resto de su vida.
Sara se encerró en su habitación después de aquella conversación con su madre.
¿Escuchar a su corazón? ¿Pero que es precisamente lo que dice su corazón?, tendría que aprender a escucharlo y a entenderlo.

ESTÁS LEYENDO
Solo soy una empleada
RomantikSara Hyland una muchacha de veintidós años, humilde, de buen corazón. Ella decide trabajar en una casa de ricos, la casa de los "Hiddleston". Una familia que se deja llevar por la avaricia, las apariencias y la ambición. Jamás pensó que trabajar en...