Sara Hyland una muchacha de veintidós años, humilde, de buen corazón. Ella decide trabajar en una casa de ricos, la casa de los "Hiddleston". Una familia que se deja llevar por la avaricia, las apariencias y la ambición.
Jamás pensó que trabajar en...
Sara despertó, le dolía la cabeza y aun tenia un poco de frío. Lo vivido de ayer jamás lo iba a olvidar, no olvidaría tal experiencia, estuvo por segunda vez cerca de la muerte, le dio miedo al pensar que la tercera era la vencida.
Se levanto de la cama, refregándose los ojos, camino hacia al baño donde se dio una relajada ducha, salió en toalla para ponerse algo cómodo. Cuando ya estuvo completamente lista salió de la habitación rumbo a la cocina a tomar el desayuno, lo necesitaba, se sentía débil.
-Hola Meryl – saludo Sara un tanto desanimada.
- ¿Qué te pasa?, tienes una cara, como si no hubieras dormido en toda la noche – dijo Meryl mientras limpiaba unos vasos - ¿o es que acaso Tom de nuevo salió y llegó tarde?
-No, nada de eso, no te imaginas lo que ocurrió anoche, fue horrible – detalló Sara, sentándose en la barra.
- ¿Qué paso?
-Anoche casi me muero – dijo Sara tomando un sorbo de café, que Meryl le había servido.
- ¿Por qué? Cuéntame – decía Meryl dejando los vasos de lado y sentándose con Sara prestándole atención.
-Anoche estuve mirando la piscina, estaba en el filo, solo miraba, tu sabes que no se nadar y además la noche estaba muy fría para darse un baño.
-Ve al grano – pidió Meryl.
-Bueno esta mirando la piscina hundida en mis pensamientos, cuando escuche un ruido atrás mío, obviamente me gire para ver de donde provenía pero no vi nada, así que volvía a girarme, pasaron como tres o cinco minutos, no lo sé, cuando volvía a escuchar un ruido – Meryl escuchaba asombrada cada palabra – me gire de nuevo pero esta vez, me encontré con alguien, no lo reconocí, estaba enmascarado y vestía de negro, quise reaccionar pero no pude, me empujo y caí a la piscina, el agua estaba demasiado fría. Después perdí el conocimiento y cuando desperté estaba en una tumbona con Millie, Noah y Tom al lado mía.
-Aun no entiendo quien puedo hacer aquella barbaridad – dijo Meryl - ¿y Cameron donde estaba? – pregunto.
-Noah dijo que estaba durmiendo en su habitación – respondió Sara dándole un mordisco a su tostada.
- ¿Y quién te saco de la piscina?
-Creo que Noah y Tom – respondió Sara.
- ¿Tom? – pregunto.
-Si, de hecho, fue muy atento, estaba muriéndome de frío y ¿Sabes lo que hizo?
- ¿Qué?
-Se quito la camiseta y me dio calor con su cuerpo – le dijo Sara.
-No me lo puedo creer – dijo Meryl atónita.
-Pues creértelo, porque lo hizo, si tu estas sorprendida imagínate como estoy yo – menciono Sara.
-Bueno, espero que nada de eso vuelva a suceder – detalló Meryl, levantándose de su asiento volviendo a limpiar los vasos.
-Eso espero.
Después de una mañana entera limpiando todo, Sara iba al cuarto de Millie a ver que estaba haciendo la pequeña, caminaba por los pasillos tranquilamente, cuando vio salir a Tom de su habitación, este de inmediato la vio.
- ¿A dónde vas? – preguntó él.
-Eh... a ver Millie – respondió Sara.
-Ah... - dijo él, volviendo a caminar.
- ¡Oye! – dijo Sara y él se detuvo y volteo.
- ¿Qué? – dijo seco y frio como siempre.
-Quería agradecerte por lo de anoche, me salvaste la vida, gracias... - agradeció Sara.
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-Bien – dijo este y fue.
¿Por qué es tan frio? Pensó Sara.
Anoche parecía tierno y ahora estaba como un cubo de hielo, frío como siempre, le decía gracias y el solo dice "bien" ni un "de nada" o un "no te preocupes, no fue nada", pero simplemente un "bien", quien lo entiende.
Siguió caminando hasta que llego a la habitación de Millie, llamo a la puerta y la abrió la pequeña.
-Hola Sara, pasa – saludó la pequeña dándole paso a Sara.
-Hola pequeña, ¿Qué haces? – preguntó.
-Estaba jugando con mis muñecas, pero me aburrí y ahora estoy pintando.
-Es genial, Millie...
- ¿sí?
-Anoche, ¿le viste la cara a aquella persona que me empujo a la piscina? – pregunto Sara.
-No estaba enmascarado, pero ¿sabes de que me di cuenta?
- ¿De qué?
-De que era una mujer, lo note por la forma en la que corrió, fue delicada al correr.
Sara se quedó pensando, una mujer. ¿Pero qué mujer?
Sara no tenia enemigas mujeres o eso creía ella...
