Capitulo 48

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Si por ellos fuera, vivirían besándose.

Poco a poco se separaban, cada uno tenia sus labios hinchados y rojizos y eso hacia que ambos quisieran besarse aún más.

   -Creo que debemos ordenar esto – propuso Tom, aun pegado al cuerpo de ella. Sara solo escucho aturdida, el beso la había dejado atontada – si Meryl ve esto, seguramente le da un infarto – Tom beso cortamente los labios de Sara, para luego separarse y empezar a recoger.

   -Tienes razón – dijo ella al momento en que soltaba un gran suspiro. Estiro su brazo para alcanzar la canasta tirada, pero inmediatamente se dio cuenta de su brazo cortado, el ver la tela llena de sangre se asustó, y Tom noto lo tensa que se había puesto.

   - ¿Qué ocurre? – pregunto el mirándola, luego bajo su vista al brazo de ella - ¡Sara te has cortado! – camino hacia ella y tomo el brazo de Sara entre sus manos, examinándolo – te hiciste un corte profundo.

   -No, no es nada – exclamo ella, tratando de quitarle importancia al asunto – me encuentro bien.

   - ¿No es nada? – pregunto Tom – déjame curarte.

Sara soltó un gran suspiro, sabía que Tom no se rendiría hasta que curara su brazo.

   -Está bien.

Después de un rato de curaciones, Tom había curado el brazo de Sara, con una venda pegada para que no siga sangrando y un poco de alcohol para las infecciones.

   -En unos días estará como nuevo.

   -Muchas gracias – sonrió ella – pero ahora ordenemos esto.

Pasaron unos minutos recogiendo todo, aunque Sara pensaba que ella sola debería ordenar ya que fue ella quien tiro todo al suelo, pero si él quería ayudarla, bienvenido sea.

   -Bueno, ya esta todo en orden – le dijo Tom en un suspiro.

   -Gracias, Tom... tu no tenías que ayudarme – hizo una pausa – si no, yo, yo fui la única responsable de ese desorden.

   -No te preocupes, ya está hecho – sonrió – ahora voy a darme una ducha – le sonrió y le deposito un beso en la mejilla.

Un suspiro tembloroso salió de ella, la había besado y él no había escapado ni le dijo que era un error, ¿a el le estaba gustando los besos de ella?, sonrió y negó con la cabeza. Lo que estaba pensando era algo estúpido, le hubiera gustado seguir abrazada a él, besándolo, acariciándolo.

No podía negar que él era muy bipolar, pero cuando representaba su lado tierno y protector, daban ganas de besarlo y no soltarlo. Rio antes sus ingeniosos pensamientos.

   - ¡Hola Sara! – saludo Millie entrando a la cocina.

   -Hola pequeña – saludo ella también - ¿Cómo estás?

   - ¿Qué te ha pasado en el brazo? – exclamo Millie horrorizada.

   -Oh... - Sara miro su herida – eso es lo que pasa cuando estas en las nubes y no te das cuenta por donde caminas – mintió, no quería decirle verdaderamente lo que le paso, la pequeña rio y negó con la cabeza.

   -Tienes que tener más cuidado – advirtió Millie.

   -Lo se pequeña – acaricio tiernamente el cabello de la pequeña.

   - ¿Cuándo me llevaras a jugar de nuevo Mckenna?

    -Cuando tú quieras.

    -¿Mañana puede ser? – pregunto sonriente.

   -Mañana tiene rehabilitación, pero si quieres puedes acompañarnos.

   - ¿Enserio? – su rostro se ilumino completamente.

   -Claro.

   -Gracias – beso la mejilla de Sara y salió corriendo de la cocina.

Amaba cuando veía sonreír a esa niña, por decir que amaba a esa niña, era un hermoso angelito que tenían los Hiddleston, un angelito que tenían muy abandonada y que necesitaba de amor.

Solo soy una empleadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora