Un nuevo día estaba comenzando y Sara se iba despertando para un nuevo día de trabajo. No podía olvidar la rehabilitación de su hermana, en el cual la acompañaría Millie.
Estiro su cuerpo y se puso algo cómodo. Era un día soleado por lo cual no era necesario llevar suéter o un abrigo.
Cuando termino de vestirse, tocaron la puerta de su habitación, camino un poco hacia la puerta y la abrigo para encontrarse con la presencia de Meryl.
- ¿Meryl, que haces por aquí? – pregunto Sara mientras se amarraba el cabello en una coleta - ¿puedo ayudarte en algo?
-Sara, solo venia para avisarte que voy a la farmacia, para que te encargues de la cocina un rato.
-Si claro Meryl – sonrió - ¿puedo saber a qué vas?
-Tom amaneció enfermo y tengo que comprar algunos medicamentos – informo la mujer con una cara de angustia. ¿Tom enfermo?
- ¿Tom? – pregunto - ¿Qué le pasa?
-Está resfriado y le duele absolutamente todo el cuerpo.
-Está bien Meryl, entonces ve rápido.
- ¿Puedes llevarle tú el desayuno? – pregunto – hace poco le ofrecí, pero no quiso, pero debe comer algo.
-No te preocupes, yo me encargo.
Meryl salió de la casa directamente hacia la farmacia, mientras Sara veía por la ventana como Meryl caminaba por el jardín. Sintió curiosidad de saber como se encontraba Tom, el estaba enfermo y necesitaba que alguien lo cuidase, ¿Por qué ella no lo podía hacer?, sonrió y subió las escaleras hasta llegar a la habitación de él. Dio unos suaves golpes a la puerta y entro.
Al instante en lo que lo vio se dio cuenta de lo mal que estaba, temblaba del frío y transpiraba helado, tenia un resfriado bastante fuerte. El al instante se dio cuenta de la presencia de ella, por lo cual se acomodo en la cama pegando su espalda en el respaldo.
-Meryl me dijo que estabas enfermo – le dijo ella sentándose en la orilla de la cama.
-Si – su voz era ronca, obviamente le dolía – pero me encuentro bien.
-Te voy a traer el desayuno – la joven se levantó de la cama.
-No, no Sara – negó – no tengo hambre.
-Pero tienes que comer algo, no puedes estar todo el día sin comer nada.
-Lo sé, solo simplemente quiero dormir todo el día – tocio y se recostó, dejando reposar su cuerpo en la cama.
-Tom, estas sudando y tu cama esta toda desordenada. Levántate – Tom obedeció sin negaciones, se sentó en el sofá de su habitación mientras veía como Sara ordenada su cama. Se sentía fatal, hace mucho tiempo que no tenía un refriado como ese.
-Ya está – dijo ella dando los últimos retoques a la cama, se acerco a Tom y tomo el borde de la camiseta de él, levantándola un poco.
- ¿Qué haces? – pregunto el un poco confundido a lo que ella estaba haciendo.
-Te voy a quitar la camiseta – dijo ella como si la respuesta fuera tan obvia – esta empapada y si te quedas con ella podías ponerte peor – no dijo mas y poco a poco saco completamente la camiseta, camino hacia uno de los cajones de Tom y saco una camiseta limpia, volvió hacia el y le ayudo a ponérsela.
-Gracias – le dijo el mientras se dirigía hacia su cama para posteriormente recostarse en ella.
-De nada – sonrió – ahora acuéstate y descansa un poco, te voy a traer el desayuno...
-Sara – él la interrumpió.
-Sara nada, tienes que comer algo, encima estas enfermo.
- ¿Tu ya has desayunado? – le pregunto.
-No, todavía no.
-Entonces solo voy a desayunar con una condición.
- ¿Cuál? – pregunto ella y lo observó con una ceja enarcada.
-Que traigas el desayuno... pero para dos – pidió Tom.
- ¿Para dos? – la joven se encontraba bastante confusa ante la petición de él, ¿dos desayunos? ¿para qué? ¿Qué es lo que el tramaba?
-Si, para dos, uno para ti y el otro para mí – sonrió – tomare el desayuno solo si tu lo tomas conmigo, aquí.
Ella sonrió y asintió, ¿no era hermoso? Con la sonrisa pegada en el rostro salió de la habitación para ir a hacer el desayuno, sería un desayuno distinto... muy distinto.
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Solo soy una empleada
RomanceSara Hyland una muchacha de veintidós años, humilde, de buen corazón. Ella decide trabajar en una casa de ricos, la casa de los "Hiddleston". Una familia que se deja llevar por la avaricia, las apariencias y la ambición. Jamás pensó que trabajar en...