Capitulo 4

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Ha pasado un mes desde que Sara ha estado trabajando en la casa de los Hiddleston y no ha sido para nada fácil, al contrario, se le ha dificultado aun mas por las actitudes de sus jefes y de su desagradable hijo mayor.

Sara se encontraba sacando las hojas de la piscina mientras que Tom se encontraba tomando el sol tendido en una silla playera con sus gafas de sol.

Sara, trataba de sacar las hojas que se encontraban al medio de la piscina, luchaba para alcanzarlas, pero era realmente imposible, se acerco mas a la orilla, tenía terror de caerse ya que no sabia nadar, con el colador de la piscina se acercó más.

Hasta que ya no pudo acercarse mas porque ya se encontraba dentro de la piscina... ahogándose.

Tom solo escuchó que alguien se metió en la piscina, pero no le dio importancia hasta que escucho el "ayúdame", se quito las gafas de sol para ver mejor hacia la piscina.

   - ¿Qué haces ahí adentro? – le dijo Tom a Sara.

Ella no respondió, solo se hundió.

Él se quedó mirando el agua para ver si ella salía, pero al ver que no lo hacía, se quitó la camiseta y se tiró a la piscina.

Narra Sara

Sentí que ya no tenía fuerzas para seguir tratando de acercarme a la orilla, la piscina era realmente profunda y el agua estaba totalmente congelada, el agua ya tapaba mi cabeza y no podía respirar, sentí que ya era mi hora, me hundí completamente, poco a poco perdía el conocimiento, sentí como unas manos se posaron en mi cintura y me abalanzaron hacia arriba y fue allí donde el conocimiento volvió a mí, enredé mis manos en el cuello de aquella persona, no podía abrir los ojos, hasta que por fin logre abrirlos, era Tom quien me había salvado de aquella oscuridad.

Narrador Omnisciente

Tom sentó en la orilla de la piscina a Sara, quien tenía la respiración agitada y tocia mucho, él todavía tenía sus manos en la cintura de ella, ahora desnuda ya que con el agua la camiseta se había subido dejando al descubierto, el plano abdomen ...

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Tom sentó en la orilla de la piscina a Sara, quien tenía la respiración agitada y tocia mucho, él todavía tenía sus manos en la cintura de ella, ahora desnuda ya que con el agua la camiseta se había subido dejando al descubierto, el plano abdomen de Sara.

   - ¿Te querías suicidar, o qué? – mencionó Tom, algo molesto.

   -L-lo siento – respondió Sara tosiendo.

   - ¿Estas bien? – preguntó él, mientras salía de la piscina.

   -Si... - dijo Sara, ya más calmada.

   -No sabes nadar, ¿cierto?

Ella solo se bastó en negar con la cabeza.

   -Entiendo... ve a cambiarte de ropa – ordenó Tom – y bájate la camiseta.

Agradeció a dios haber traído otra muda de ropa, la cual iba a utilizar para salir con su amiga, salida la cual sería cancelada.

El agua estaba muy helada y quedarse con la ropa puesta le podía traer alguna enfermedad, ojalá que nunca más le hagan hacer ese tipo de trabajos en la piscina porque tendría que estar con flotadores a los lados por si acaso sucede lo mismo que hace unos minutos, pensó.

Sara se encontraba cambiándose en el baño y al mirarse en el espejo se quedó pensando, penando en lo que ocurrió en la piscina, el mismo hombre desagradable con cara de "soyelhombremasguapodelmundo" la había salvado la vida.

No podía negar que se sentía atraída por él, pero jamás podría llegar a enamorarse del hombre mas frío del mundo, del que la humillo delante de todos cuando por accidente derramó refresco en su camiseta, le dijo palabras tan hirientes que cuando Sara se retiró, se encerró en el baño a llorar.

Solo soy una empleadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora