Capitulo 9

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Sara llegó a su casa agotada, tenía que ordenar sus maletas para mañana instalarse en la casa de los Hiddleston, aproximadamente unos tres meses, tendría unos tres meses bastantes agotadores.

Cuando entró a su casa estaban sus padres y su hermana cenando.

   -Hola Sara – saludó alegremente su hermana.

   -Hola pequeña – dijo Sara acercándose a ella para depositar un beso en la frente.

   - ¿Qué tal te fue en el trabajo? – preguntó su madre poniendo otro puesto en la mesa.

   -Agotador, pero todo bien – respondió Sara sentándose junto a ellos.

   - ¿Muchas peleas con esa gente? – preguntó su padre desde el otro extremo de la mesa.

   -No hoy no, tengo que contaros una noticia que no se si os va a gustar o no – dijo tomando en sorbo de café y untando su tostada con mermelada.

   - ¿Qué tipo de noticia? – pregunto su madre.

   -La señora Barbara y su marido se irán a trabajar fuera del país por unos tres meses y me pidieron, como empleada de la casa si podía quedarme a vivir durante esos meses con sus hijos, especialmente por la pequeña Millie – explico Sara.

   - ¿Por tres meses? – pregunto asombrada su hermana – ósea... ¿Qué no vendrás a vernos durante esos meses? – pregunto algo triste.

   -No preciosa, vendré a verte de vez en cuando y también iré contigo a tus rehabilitaciones, en eso no faltaré jamás – dijo dándole un mordisco a su tostada.

   -Espero que no te desaparezcas por mucho tiempo – detalló su padre.

   -No lo haré, vendré a dejaros un poco de dinero y a ver como estáis, espero que no os moleste el hecho de que haya aceptado quedarme tres meses allí – añadió con un tono de tristeza en la voz.

   -Claro que no mi vida, es un buen trabajo y te pagaran bien, estamos contigo – dijo su madre, al momento en que le daba un leve apretón en su pierna.

   -Y otra cosa más... he estado pensando mucho todo esto... y me gustaría entrar en la universidad... obvio después de haber juntado un buen dinero para ello – informó Sara con un leve tono de pena en la voz.

   -Es una buena opción – dijo su padre.

Después de haber ayudado a su madre a limpiar la mesa, Sara se fue a su habitación donde saco dos maletas y metió todo lo que necesitaba para esos tres meses, cuando termino, ya no podía más, sus ojos pesaban al igual que su cuerpo, agarro su pijama, se lo puso y se acostó para quedarse profundamente dormida.

El otro día se despertó por la alarma de su teléfono, quien la hizo sobresaltarse de la cama, se estiro haciendo sonar un poco sus huesos, se levantó, se ducho, lavo sus dientes y se cambió de ropa.

Cuando ya estaba lista, bajó con sus maletas a la sala, donde estaban sus padres junto con su hermana tomando el desayuno.

   -Sara, ¿vas a desayunar? – pregunto su madre.

   -No mamá gracias, no tengo mucha hambre, además no tengo tiempo – dijo Sara acomodándose el cabello – nos vemos pronto ¿de acuerdo? – besó a cada uno de ellos.

   - ¿Cómo te vas? – pregunto su padre.

   -Tomaré un taxi – dijo tomando sus maletas y saliendo por la puerta – os echaré de menos, os llamaré y tu pequeña... - la apunto con su dedo – pórtate bien, te llamaré – la pequeña solo sonrió y asintió.

Solo soy una empleadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora