Cameron se retiro de la cocina hecha una fiera.
-Deberías de desinfectarte el rasguño que te hizo – dijo Tom, Sara toco aquella herida con su mano y le dolió.
-Tienes razón – respondió Sara – gracias por haber entrado... no se de donde saco tanta fuerza – dijo refiriéndose a Cameron.
-Se marchará, no le digas a nadie lo que acaba de pasar – pidió Tom – y si te preguntan porque se fue, di que tuvo una urgencia con su familia, nada más.
-No te preocupes, por mi nadie lo sabrá – articulo Sara.
-Bien... - dijo él retirándose de la cocina.
Se quedo sola, mojo un trozo de algodón en desinfectante y se limpio el rasguño, estuvo así hasta que Noah entro a la cocina.
-Hola Sara – saludó entrando, cuando la miro... - ¿Qué te ha pasado? – pregunto asombrado.
-No, nada – respondió tocándose la herida con la mano.
- ¿Cómo que nada? ¿Cómo te lo has hecho? – pregunto nuevamente.
-Es que... me encontré con un gato en el jardín, me encanto y lo tome en mis brazos, pero creo que yo no a él – dijo en un tono de decepción – y ya ves lo que me hizo.
-Que salvaje – reprocho Noah.
-Si mucho... bueno ¿querías algo? – pregunto Sara.
-Vine a comer algo y luego irme a la escuela, hoy llego tarde tengo muchos trabajos y me quedare en la biblioteca – informó Noah sacando una botella de leche del frigorífico.
- ¿Quieres que te prepare algo en especial? – pregunto.
-No gracias, solo tomaré leche con galletas – respondió Noah dándole un sorbo al vaso de leche que tenia en las manos – eh... vi a Cameron haciendo sus maletas... ¿se marcha? – preguntó comiendo una galleta.
-Si, se le presentaron algunas emergencias en su casa y tiene que volver.
-Ah, me alegro, ya era hora de que se fuera. Bueno, se me hace tarde – se despidió dándole un tierno beso en la frente a Sara.
Sara fue a la sala donde Millie se daba sus últimos retoques para irse a la escuela al igual que Noah.
- ¿Ya estás lista para ir a la escuela? – pregunto Sara ordenando la blusa de la pequeña.
-Si... - respondió la pequeña – Tom dijo que me llevaría él.
- ¿Estas lista Millie? – preguntó Tom quien venía bajando las escaleras.
-Si ya estoy – respondió ella poniéndose la mochila en los hombros – adiós Sara, te quiero – detalló y le beso la mejilla.
Tom y Millie salieron de la casa. La pequeña le dijo "te quiero", era la primera vez que se lo decía, una sonrisa se escapo de sus labios, definitivamente esa pequeña se estaba convirtiendo en algo fundamental en su vida como lo era su hermana. Su hermana. Se había olvidado por completo que su hermana estaba hospitalizada, corrió hacia el teléfono de la casa y llamo rápidamente al número del teléfono de su madre, marco hasta que escucho la dulce voz de ella.
-Sara, ¿eres tú? – pregunto su madre al otro lado de la línea.
-Si mamá soy yo, llamaba para saber cómo está mi hermana – menciono Sara.
-Hija nosotros ya estamos en casa, a tu hermana le dieron el alta y ya se encuentra bien – informo la mujer a través del teléfono.
-Que bien mamá – suspiro – trataré uno de estos días ir a casa a veros... cuando tenga un espacio libre – dijo desanimada – y para poner fecha a las rehabilitaciones de Mckenna – aclaro.
-Te estaremos esperando entonces Sara – dijo en un tono de decepción.
-Bueno mamá, te dejo, tengo muchas cosas que hacer y Meryl hoy no viene a trabajar, luego te llamo, te quiero – colgó el teléfono.
Ahora se sentía satisfecha, primero se fue Cameron de la casa y ahora su hermana ya estaba mejor, eso era realmente alentador para ella, como dicen, después de la tormenta sale el sol, y hoy estaba perfectamente soleado.
Su rumbo ahora era hacia el desván de la casa, un lugar al cual nunca había entrado y que ahora tenia que hacer un aseo general de aquel lugar, pedía por favor que no hubiera arañas, aquellos insectos no eran verdaderamente de su agrado, con tal de solo verlos le producía asco. Bajo las escaleras y abrió aquella puerta vieja con la llave que Meryl le dio, la puerta se abrió con un sonido típico de casas de terror, produjo un escalofrió en el cuerpo de Sara, al abrir las puertas dio con un cuarto completamente lleno de polvo, oscuro, y desordenado, encendió la luz del interruptor y este le dejo ver un cuarto lleno de reliquias, cajas con libros, muebles cubiertos por una sabana con una capa de polvo y muchas otras cosas interesantes, dio un suspiro, en realidad le tocaba una tarde muy pesada.
Después de un rato aquellos muebles ahora mostraban un brillo, limpiaba un mueble grande que se encontraba al fondo, hasta que una caja negra cayo en sus pies dejando ver una foto y regalos.
Se agacho para recoger aquellas pertenencias, aquellas fotos le llamo la atención.
Aquellas eran de Tom, y a su ex novia, en el fondo de la caja, encontró un collar de oro con un corazón, ese corazón se abría y mostraba una foto de la novia de Tom, realmente era muy guapa aquella mujer, pensó en sus adentros Sara, se veía completamente feliz junto a ella, es una lástima que haya muerto y él este sufriendo de esta forma.
- ¿Qué haces con esas cosas? -Sara se levantó rápidamente, al escuchar esa voz que casi le hace gritar del susto.
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Solo soy una empleada
RomanceSara Hyland una muchacha de veintidós años, humilde, de buen corazón. Ella decide trabajar en una casa de ricos, la casa de los "Hiddleston". Una familia que se deja llevar por la avaricia, las apariencias y la ambición. Jamás pensó que trabajar en...