Capitulo 39

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   - ¿De que querías hablar? – Tom cerro la puerta de su habitación, para poder concentrarse y poner toda su atención en aquella conversación.

   -Sobre tu comportamiento. Dijiste que podríamos ser amigos, y tu actitud hace un rato, no fue para nada agradable.

   - ¿Qué comportamiento Sara?, yo siempre soy así – respondió Tom con indiferencia, mientras se cruzaba de brazos.

   -No te hagas el tonto, sabes perfectamente de que comportamiento estoy hablando, Tom.

   - ¿A eso has venido?, ¿A criticar mi comportamiento? – pregunto el con cierto tono de ironía en la voz.

   -No, vine saber porque te fuiste tan... furioso de la habitación de Millie, ¿te enfadaste conmigo?

   - ¿Por qué debería de estar enfadado contigo?, no tengo nada en contra de ti, además, no eres nadie importante.

   -Ok... se perfectamente que no soy nadie importante – dijo ella dolida.

Suspiro profundamente y camino hacia la puerta.

Ya sabia perfectamente que hablar con Tom no sacaría nada bueno, sino todo lo contrario. Ya la estaba tratando de la misma manera grosera y fría, "no eres nadie importante".

Es que si seguía así la iba a poner completamente loca. Definitivamente nunca iban a ser amigos. No. Jamás.

¿Es que acaso se había molestado que ella le dijera sobre la cita que tenía con Sam? No. Seguramente esa era la respuesta, no podía molestarse por eso, pensaba Sara. Pero pensaba mal, por un lado, Tom si se había enfadado, pero ¿verdaderamente seria de celos?

   -Espera – dijo Tom antes de que ella pudiera tocar la manilla de la puerta, ¿ahora que quería? – Sara, espera – la agarro de su brazo – no quise decir eso...

   -Pero lo dijiste – critico ella, mientras se deshacía del agarre de él.

   -Pero no quise decirlo – se defendió – lo siento.

¿Se dan cuenta de lo bipolar que es? Ya a Sara no le estaba dando rabia si no risa, no podía ser tan cambiante, simplemente no podía.

   -No te preocupes – agacho la mirada – cualquier cosa que venga de ti ya no me sorprende.

   -Lo siento – fue lo único que le pudo decir.

La verdad, Tom, se encontraba arrepentido de haberle dicho eso a Sara, a veces hablar sin pensar era uno de sus peores defectos, de los mil defectos más que tenía.

Sus miradas se cruzaron y no pudieron apartar la mirada del otro. No, no podían, los dos querían hacer algo y ese algo lentamente y sin darse cuenta, lo estaban haciendo.

Sus rostros se estaban acercando, él la agarro de la cintura, pegando sus frentes sin dejar de mirar los ojos del otro. Tom la miraba de una forma tierna y sin poder esperar más, sus labios se unieron nuevamente.

Las manos de Sara se depositaron en el pecho de él, ahora había que esperar si llamarían esto otro "error".

No querían separase, no lo querían hacer, por un lado, los dos necesitaban eso beso, pero ¿estaría bien? Porque nuevamente ese beso hacia que ella sintiera esas pequeñas cosquillas.

Tom por otra parte, estaba disfrutando, pero también estaba confundido, ya no le importaba que ella solo fuese una simple empleada, había tenido la necesidad de besarla y eso era raro. Jamás había tenido la necesidad de besar a alguien, ¿y porque esa necesidad tenia que llamarse Sara?, ¿Qué era verdaderamente lo que estaba sintiendo por ella?, y ¿Por qué le molesto tanto que le dijera que iba a una cita con Sam? Si, reconocía que le molesto, pero ¿Por qué? Solo había un motivo y no quería pensar en eso, no, eso no pasaría jamás.

Enamorarse no estaba en sus planes, no podía enamorarse, no quería tampoco, Brie le dijo que buscara su felicidad, pero... no quería pensar que Sara seria esa felicidad, eran muy distintos.

Lentamente Tom fue dejando de besarla. Cuando sus labios se encontraron separados, él quiso nuevamente probar sus labios y sin perder más tiempo la beso.

Tenía que admitir que Sara tenia unos labios provocativos y ahora que estaban hinchados y con un tono rojizo, lo hacían mas provocativos y ansiaba probarlos.

Se separaron lentamente, ella por un lado no quería separarse por el simple hecho de que no sabia que decirle, no tenia palabras para expresarse y estaba completamente segura que este beso para ella no fue un error. Para ella no.

   -Lo siento – se disculpó él. ¿Por qué lo hacía?

   -No tienes por qué hacerlo – dijo ella – la verdad es que sentí que tenía que besarte – admitió ella.

   -Sara yo, no... - hablaba nervioso, ella lo interrumpió.

   -Se que esto es un error para ti, no tienes por qué decirlo, con solo mirarte a los ojos, puedo notarlo – expreso ella. El guardo silencio, no encontraba las palabras exactas para hablar, así que Sara al notar que él no decía nada absolutamente nada, decidió irse, pero antes lo miro a los ojos, abrió la puerta del dormitorio y se fue. Sin siquiera atreverse a mirar sobre su hombro.

 Sin siquiera atreverse a mirar sobre su hombro

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Solo soy una empleadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora