Capitulo 8

4.2K 261 0
                                    

En la hora del almuerzo todos comieron tranquilamente, la señora Barbara y el señor Mike comieron fuera de la casa.

Sara estaba ya quitándose el delantal para ir a buscar a Millie a la escuela, le había prometido ir al parque y jugar con ella y lo cumpliría sí o sí.

Salió de la casa de los Hiddleston un poco apurada ya que se estaba haciendo tarde y llegaría tarde a la escuela a por Millie.

Cuando vio salir a la pequeña de la escuela, le entró una felicidad enorme, era como ver a su hermanita... pero caminando, a su hermanita le encantaría volver a caminar y ella iba a luchar y poner todo de si para que lo haga. La siguiente semana empezaba su rehabilitación y tenía que estar con ella apoyándola en todo.

   - ¿Estas cansada? – preguntó con extraña dulzura Sara, cogiendo la mochila de la pequeña.

   -Todavía tengo energías para ir al parque – dijo entusiasmada Millie.

   - ¿A si? Entonces, vamos – dijo Sara mientras corrían hacia el parque.

El parque estaba rodeado de niños jugando con sus padres, abuelos, tíos, primos, hermanos... Millie expresaba una gran emoción al ver el bello paisaje, su mirada brillaba e inmediatamente corrió hacia unos de los columpios donde se puso a columpiarse felizmente.

Sara recordó su infancia, era muy parecida a la de Millie solo que ella si tenía la preocupación de sus padres, solo que desde muy pequeña tuvo que hacer trabajos esforzados para ayudar a su madre y a su padre, para que no les faltara de nada en la casa y pudieran vivir tranquilos.

   - ¿Te ha gustado el parque? – pregunto Sara observando a la pequeña que se columpiaba más feliz que nunca.

   -Me ha encantado, lo memorizare bien en mi memoria para después dibujarlo – añadió Millie.

   -Es una buena idea, deberías de hacerme un dibujo a mí también, tengo ganas de tener un dibujo tuyo de recuerdo – propuso.

   -Cuando tenga tiempo te haré uno, te lo prometo – dijo la pequeña – y quería darte las gracias Sara por este bonito momento, por traerme, creo que nunca he venido a un parque y estar ahora aquí me hace feliz – agradeció Millie.

   -De nada preciosa, pero deberíamos irnos ya.

   -Tienes razón, vamos – dijo la pequeña levantándose del columpio.

Cuando llegaron a la casa, Millie corrió a su dormitorio ya que tenía tarea que hacer, mientras que Sara se fue a la oficina de la señora Barbara ya que le había llamado porque tenia que hablar con ella urgentemente.

Ella recorría los pasillos directo a la oficina, llamo suavemente y esta fue abierta por la señora Hiddleston.

   -Me dijeron que tenia que hablar conmigo, señora Barbara – mencionó Sara.

   -Si, mas bien es para pedirte un favor – afirmó la mujer sentándose en la silla de su escritorio.

   -Dígame.

   -Bueno, lo que ocurre es que, nos han dado una propuesta de trabajo fuera del país y nosotros hemos aceptado, y te queríamos pedir a ti como empleada ya de confianza, que si podrías quedarte tres meses viviendo en esta casa – dijo Barbara.

   - ¿Tres meses? – preguntó muy asombrada Sara.

   -A lo mejor son mas o menos, depende, queremos que te hagas cargo de los pequeños, especialmente de Millie que es más pequeña – pidió Barbara con una leve amabilidad en su rostro.

   -Yo obviamente podría quedarme, pero si usted me autoriza para ir a ver a mi familia e ir a las rehabilitaciones de mi hermana que empiezan la siguiente semana – pidió Sara.

   -No tengo ningún problema con eso, es más Tom podría ayudarte con los pequeños, entonces... ¿aceptas?

   -Si señora cuente conmigo – sonrió.

   -Hay una habitación aquí abajo, es amplia y cómoda, esa quedara para ti – añadió.

   -Está bien, si me disculpa tengo varias cosas que hacer – dijo Sara levantándose del asiento.

   -Claro.

Sara se retiro de la oficina, tendría mucho mas tiempo para estar con la pequeña, pero tres meses soportando a la prima y al mal humorado de Tom, eso no iba a resultar para nada fácil, llevarse bien con ellos era completamente imposible, y verle la cara todo el día, solo tenia que tener paciencia nada más, como dijo en un principio... "A palabras necias, oídos sordos".

Solo soy una empleadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora