Capitulo 12

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Sara barría enfurecida después del momento chocante que pasó con la prima de los Hiddleston.

Solo se le pasaba por su mente volver a su hogar y así acabar con todos estos momentos estresantes, pero siempre se le venían a la cabeza Noah, Millie y Meryl, que cuando llegó la habían tratado de la mejor manera, la habían respetado y lo mejor es que la habían tratado como una persona, no como una simple empleada.

Llegó la noche a la ciudad y Sara ya estaba en su habitación leyendo un libro "Romeo y Julieta" un precioso libro que no se cansaba de leer, una historia verdaderamente hermosa, una historia que lucha por el amor, pero con un triste final.

Cuando se canso de leer, eran las diez y media de la noche y no tenia sueño, la casa estaba en completo silencio y se aburría.

Se levantó de la cama poniéndose un suéter y salió de la habitación.

Salió de la casa y se fue a pasear al jardín, precisamente al lago.

El jardín de la casa estaba adornado por pequeños faroles que iluminaban el lugar, la muchacha se sentó en uno de los asientos que daba de frente, hasta ahora, al oscuro lago, se concentró para oír los grillos y las ranas, pero en esos sonidos también se escuchaba un pequeño sollozo.

La duda se instaló en ella, ¿quién podría estar llorando? No se imaginaba a ningún miembro de la familia a estas horas de la noche fuera de su cama, pero, ¿y si fuese algún desconocido que entró en la casa? De pronto, Sara comenzó a sentir miedo y un poco de curiosidad a la vez.

Dispuesta a descubrir de quien se trataba, se levantó de ese asiento y comenzó a caminar, dando pequeños pasos silenciosos.

Sara, observó por detrás de unos arbustos y logro ver a alguien.

Una ola de recorrió su cuerpo, pero no supo que sentía, lo vio a él, al mismo que la humillo en la mañana.

Sara recordó la muerte de su novia, quizás por eso lloraba. Sintió tristeza por él, jamás había visto a un hombre llorar y verlo ahora... Sara se logro dar cuenta de que él si tenia sentimientos y que estaba sufriendo en silencio.

Sentado en un banco, con sus manos en la cara, y sus codos pegados en sus rodillas, seguramente los recuerdos lo atormentaban, seguramente la extrañaba y le dolía su ausencia.

Como ya había visto mucho, decidió ir, pero al dar un paso, tropezó con un duende de adorno y lo rompió, ella solo se tapó la boca en señal de asombro y lo miro a él, quien estaba de pie mirándola, obviamente él sintió que ella lo estaba observand...

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Como ya había visto mucho, decidió ir, pero al dar un paso, tropezó con un duende de adorno y lo rompió, ella solo se tapó la boca en señal de asombro y lo miro a él, quien estaba de pie mirándola, obviamente él sintió que ella lo estaba observando, él tenia los ojos rojos, era obvio, ¿no?, estaba llorando, ella estaba parada inmóvil con una cara de espanto, como si hubiera visto al mismo demonio frente de ella.

   - ¿Qué haces aquí? – pregunto Tom - ¿me estabas espiando?

   -Yo... yo... - dijo tartamudeando Sara completamente nerviosa.

   -Tú, ¿Qué?

   -Yo, yo solo, estaba paseando por el jardín y... - explicaba – y... escuche...

   - ¡Cállate! – grito Tom en un tono seco - ¿Por qué no te vas a planchar o a cocinar o haces algo, que no sea espiar a los demás? – gruñó frío.

   - ¿Por qué eres así? – reprochó Sara.

   - ¿Así cómo? – pregunto Tom con confusión.

   -A la defensiva, alejas a la gente de ti, ¿Por qué lo haces? – mencionó Sara con mucha firmeza en su tono de voz.

Solo soy una empleadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora