¿Celos?

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-Buenos días a todos- lo escucho venir mientras el demás personas vuelve a sus trabajos y llenan la sala donde antes sólo estábamos Alex y yo. Alex me suelta de inmediato y ambos retrocedemos.

-Aquí estas, preciosa- Llega a mi Jack y me abraza entusiasmado mientras planta un beso en mi mejilla, yo sólo bajo mi mirada y sonrió tenuemente cuando Jack me observa.- ¿nos vamos?.

-Si yo...- observo a Alex desviar su vista hacia la ventana que está en la pared donde antes estaba acorralada.- iré por mis cosas.

-Esta bien- Jack observa a Alex como si él jamas estuviese aquí- y hola Alex.

-Hola- musita serio mientras lo observa con superioridad, como si supiese que Jack jamás me hará sentir lo que él, y mucho menos algo como lo de anoche.- que descances Bailey, nos vemos por la noche.

Hace una reverencia con la cabeza y le sonrió ampliamente cuando tira de sus labios para formar una sonrisa trayendo consigo un par de oyuelos precioso, mismos que me alteran el latido.

-Adiós Alex- le sonrió sin poder evitarlo y de inmediato Jack presiona su agarre en mi cintura, como si los celos lo carcomieran.

-Idiota- susurra Jack, lo suficientemente fuerte para escucharlo.

Me suelto de su agarre y voy por mis cosas a las afueras de la habitación de Alex, justo en la silla donde pase la noche. Podría haber ido a el cuarto de guardias donde estan las enfermeras y doctores descansando mientras "cumplen" con sus guardias, pero era imposible ocultar lo inestable que me encontraba, y la miradas o preguntas me pondrían peor, así que preferí quedarme ahí, sentada a las afueras de su habitación.

Tomo mis cosas y estoy por retirarme cuando veo a Alex pintar algo sobre un lienzo con la puerta de su habitación semi abierta, la inquietud de saber que es me gana y me muevo en un intento fallido de ver que es lo que pinta. ¿Pintará a una chica?, tal vez Alex cambio y ahora para el pintar a una persona es algo cotidiano y no exclusivo como antes solía ser.

-¿Se te perdió algo?- me sobresalto cuando lo veo frente a mi, con una sonrisa incrédula en su rostro, haciéndome sentir pequeña.

Trabaje tierra, por favor.

-No, sólo pasaba por mis cosas- me muestro mis pertenencias.

-Bueno, creo que estás no estaban adentro de mi habitacion- se recarga sobre el umbral con una ceja elevada y un brillo de diversión en sus ojos. Si, bueno, este es ese jodido momento en el que no sabes que responderá y lo único que quieres es hacerte bolita y rodar, cosa que no puedo hacer.- tu novio es muy inseguro, ¿he?.

Observa en una dirección y lo veo charlar con una de las enfermeras, creo que es la misma que ingresó con él en el comedor aquel día.

-Algo- vuelvo a ver a Alex.

-¿Por qué tu no eres celosa con él?.

-No lo se- me enojo de hombros- creo que no está en mi naturaleza serlo.

Suelta una seca carcajada mofandose de mi como si eso fuese imposible de creer. Se acerca a mi cuello y sólo puedo quedarme quieta.

-Ambos sabemos que lo de hace rato, tiene que ver con ese algo que supuestamente no está en tú naturaleza.

Me quedo boquiabierta cuando lo escucho decir esto, para verlo sonreirme victorioso y entrar a su habitación. Me doy la media vuelta aún atónita y camino hasta llegar a donde Jack.
¿Por qué Alex tendría razón respecto a mis celos?, no es que Jack no me importe, y tampoco es que Alex me importe lo suficiente para sentirme así cuando otras chicas se le acercan, ¿o si?.

Miro detalladamente a Jack quien parece estar muy cómodo hablando con aquella enfermera sin siquiera notar mi presencia, y no, a pesar de que ella parece tener otras intenciones, no siento celos, sin embargo los estragos en mi estómago inician a aparecer cuando recuerdo a Alex tomado de la mano con aquella chica.

-Mierda- todos me observan sorprendido y tapó mi boca apenada, lo dije y no lo pensé.- Te espero afuera, Jack.

Salgo del lugar apenada y suelto un largo suspiro cuando al fin estoy a las afueras del lugar. Fue una noche difícil, y confusa. Recuerdo el beso y llena de sensaciones, acaricio mis labios, se sintió tan bien, besar a Alex se sintió tan jodidsmente bien, es como si por muchos años este fuese uno de los motivos por los que iba a donde iba, como si de esa forma este momento se acercará cada vez, el momento en el que me vuelvo a sentir amada, por alguien a quien ame, por alguien a quien probable, y dolorosamente, tal vez sigo amando.

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora