Tenemos que hablar

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Alex

-Alex tranquilízate ¿quieres?.

-No, no me voy a tranquilizar, Bailey está ahí afuera, sin querer responder mis llamadas, ni siquiera lee mis mensajes, le vuelvo a marcar y me manda al buzón, ¿tu crees que me voy a poder calmar?

-Ella está bien Alex.

-¿Y si no?, ¿y si le sucedió algo?, necesito regresar Alfred.

-Alex...

-Ni siquiera Hans la ha visto, y eso que él debe cuidarla y encontrarla, no podría perdonarme si algo le pasa, voy a volver de inmediato, a la mierda la pintura y la galería.

-¡Lanver!, relájate.- observo a mi mánager y me siento en la orilla de la cama, exasperado, frustrado y desesperado, esperando un mensaje o una respuesta siquiera.- ella esta bien Alex, pero te necesito tranquilo, que nadie quiere la printura de un artista hecho un loco por que su chica no responde los mensajes.

Mi celular repica en mis manos y de inmediato lo desbloqueo para ver el mensaje.

De Hans:

Estoy afuera de la casa y no hay movimiento alguno.

Para Hans:

Dale tiempo, seguro está desayunando o en su habitación. Quedate ahí, me avisas si alguien sale o entra.

De Hans:

Está saliendo de casa, no hay nadie con ella, no tiene marca de daños ni mucho menos.

Para Hans:

Siguela con cautela.

-¿Y?....

-Ya apareció, siempre estuvo en casa, pero no se porque mierda no me responde.

-Algo muy malo tuviste que hacerle para que se pusiera así de brava, o de algo se entero- de inmediato los nervios llegan a mi e intento verme de lo más tranquilo. Un mal presentimiento se instala en mi y algo me dice que lo sabe, que Jack se lo dijo.

-Ire a ducharme- es lo último que digo para luego entrar al baño y pensar en como solucionarlo sin verme como un psicópata. Termino de ducharme y mi celular de inmediato suena. Descuelgo para esperar respuesta alguna del otro lado.

-Bailey sabe que estoy aquí, ya lo presiente.

-Te dije que fueras cauteloso y discreto.

-Lo intenté, pero ella me sintió cerca.

-Siguela, se altera muy rápido, acércate a ella y evitando que grite o llame la atención tómala y explícale que es lo que haces ahí, y de parte de quien vienes, mantente al tanto.

-Si señor- cuelgo la llamada y siento que todo cada vez empeora más, que todo se va a la mierda más y más.

-Alex, tenemos que irnos a la galería, de ya- escucho a Alfred del otro lado se la puerta y me arreglo en cuestión de minutos.

Bailey

-Shhhh, no digas nada Bailey, sólo escucha- asiento con las lagrimas de desesperación corriendo por mi rostro.- no planeo hacerte ningún daño, pero no podía entrar en tu casa, así que te seguí como me lo pidieron, todo sea para protegerte, y si, me mando el señor Lanver, yo se que esta no es la mejor forma, y lo lamento mucho, pero te alteraste y no sabia como detenerte sin que me metiera en problemas, voy a soltarte y quitar mi mano de tu boca, pero por favor no grites o te alteres, yo sólo sigo órdenes señorita, y cualquier duda con gusto se la resolvere, pero por favor confíe y no grite o salga corriendo.

Me suelta poco a poco e intento tranquilizarme. Mis piernas no responden y apenas puedo respirar de tan agitada que estoy.

-Maldito Alex- es lo primero que digo en cuanto puedo.

-Lo lamento tanto- vuelve a disculparse el hombre mientras se acerca con mis compras.

-¿Por qué Alex mandaría alguien a cuidarme?, ¿qué hizo para que yo necesite protección?- pregunto sin disfraz alguno que esconda mi molestia y sospecha.

-Nada señorita, debe entender que lo es todo para Alex, y según lo que yo sé, no le respondía sus llamadas ni mensajes, así que me mandó a seguirla con cautela y acercarme a usted si era necesario.

-¿Por cuánto tiempo?.

-Hasta que el señor Lanver me lo indiqué.

Tomo el carrito y continuo con mis compras intentando no alterarme y hacer una estupidez en contra de Alex por hacerme esto. Primero me miente y oculta sus planes, luego va y golpea a Jack, después vuelve a mentirme con sus mensajes, y ahora me manda a un jodido niñero que estuvo a punto de matarme de un susto.

Voy a la caja e intentando recuperarme aún, pago y tomo un taxi sin rastros alguno de aquel hombre.

Llegando a casa, dejo las compras en la mesa y sin apetito alguno las observo. Tomo mi teléfono en un impulso y lo llamo.

-Bailey, ¿qué carajo te sucede?, te estuve marcando y mandando mensajes, y sólo colgabas sin más, no sabes ni tienes idea de lo mal que estaba, faltaban sólo un par de minutos para volverme loco e ir de vuelta allá, enserio nunca me hagas esto Bailey, no tienes idea de lo mal que me pone.

-Tenemos que hablar Alex- es lo único que puedo decir luego de escucharlo.

-¿Está todo bien?- su tono de voz cambia y se escucha como traga nervioso.

-No Alex, creo que no te conozco siquiera.

-Bailey...- no lo dejo continuar cuando cuelgo. No quiero explicaciones telefónicas, no quiero más mentiras, no cuando le resulta sencillo mentirme por vía telefónica. Quiero ver cuán capaz es, y si me miente frente a frente, entonces sabré que esto se va a ir a la mierda y que sólo es cuestión de tiempo, tal vez poco tiempo.

Vuelvo a apagar el móvil y subo a mi habitación para intentar dormir, y recuperar lo que no dormí en toda la noche.

Me despierto poco a poco mientras soy consciente de donde estoy. Observo la hora en el reloj de pared y se que Alex no tarda en llegar, pues con esa llamada, seguro luego de la exhibición no se quedo a más y de inmediato se vino. La culpa no puede abundarme, no luego de tanta molestia en mi.

Bajo a la cocina y me preparo algo de cenar mientras espero la llegada de Alex. Termino de lavar mis trastes cuando la puerta se abre, me quedo estática y un escalofrío recorre todo mi cuerpo.

-Bailey, Bailey ya llegue amor- prende las luces de la sala y luego entra a la cocina. Me giro para enfrentarlo en el umbral de la puerta y sus hombros caen.- Bailey, estaba tan preocupado- dejo que me abrace y lucho contra mi misma para no hacerlo yo también. Se separa de mi para examinarme preocupado- ¿qué te sucede Bailey?

-Sucede que ya no creo conocerte Alex.

-¿Qué?

-¿Dónde estuviste Alex?, y se honesto por favor- su seño se cae y cierro mis ojos con fuerza en esperanza de escuchar la verdad.

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora