Alex
Me quedo estático mientras sus palabras rondan por mi cabeza y un malestar se instala en todo mi ser.
La prepotencia inicia a invadirme pero no camino ni un paso más, por alguna razón sólo la observo marcharse.
Tu no mereces esto Bailey, mereces alguien y algo mejor. Mereces a alguien que pueda manifestar sus sentimientos hacia ti,que te haga sentir tan bien que no sepas como manejarlo. Cosa que yo creo poderte dar.
Inicio a caminar bajo las calles frías del lugar cuando me topo con alguien quien aparentemente parece reconocerme.
-Alex- musita sin aliento.
-Daniela.
-Ahora veo porque Bailey está como esta- la observo señudo y de inmediato me doy cuenta que fue algo que no quiso decir.- digo.... ignora eso por favor.
-Lo haré- en realidad no. La observo parecer querer decir algo y cuando estoy por despedirme lo escupe.
-Le haré una fiesta a Bailey, hoy, y quiero que estés ahí.
- No creo que a Bailey le agrade la idea- recuerdo lo que hace unos minutos y algo vuelve a sentarse en mi estómago.
-Claro que le agradara Alex- saca un papelito con la dirección y me lo entrega.- ahí está el lugar donde será, y es a partir de las ocho, abra alcohol.
- No bebo.
-Entonces comida- me sonríe apenada y sólo asiento.- nos vemos ahí Alex, me dio gusto volver a verte.
-Hasta pronto Daniela- me pasa por un lado y guardó el pequeño papelito en mi bolsillo, convencido de que ir a esa fiesta, no es la mejor opción.
Bailey
Observo a Dani peinarme en silencio mientras recibo varios mensajes de feliz cumpleaños a mi teléfono.
Le doy un vistazo rápido a su rostro por medo de espejo y no veo nada más que preocupación, cosa que me indica que hizo algo y no quiere decirlo.
-¿Qué hiciste Daiela?- se soresalta y me observa perpleja.
-¿A qué te refieres?- rasca su nuca incomoda mientras intenta seguir peinándome pero sus manos se vuelven muy torpes.
-Estas muy extraña Daniela, ¿qué estas ocultando?.
-Nada Bailey, y no quiero más preguntas porque ya no hay más tiempo- peina rápido mis ondas y se pone de pie-pues usted señorita ya esta lista.
Me observo en el espejo y me sorprende el buen trabajo que Dani hizo en mi.
Un vestido rojo escarlata, entallado y hasta abajo de los muslos cubre mi cuerpo, unos maquillaje amado esta en mis ojos y un labial nude en mis labios, mi cabello tiene ondas naturales y mis pies resaltan con unos preciosos tacones negros de correa y plataforma.
-Gracias por todo esto Dani-la abrazo con fuerza recordando lo mucho que la extrañe y la falta que me ha hecho. Decir que estoy inestable es poco sin embargo el tener a Dani a mi lado me ayuda bastante. ¿Quién diría que la misma persona que hace años me derrumbo, la misma por la que tuve que construirme y cambiar mi vida, ahora es aquella que espero?- vamonos, quieres.
Me separa de ella y me examina.
-¿Estas bien?- no.
-Si- trago grueso- solo, estoy atareada con tanto cambio.
-Es por Jack.
-En este punto de mi vida desearía que fuese por él- sin más ánimos de preguntas, tomo mi cartera y salgo de el departamento. El coraje de no poder cambiarlas cosas se apodera de mi e intento respirar hondo, se que no esta bien guardarme las cosas e intentar evitar pensar en todo lo que en mi vida esta pasando, lo sé, pero hoy más que otros días, no tengo animo para hacerlo.
Luego de varios minutos de camino al fin llegamos a un club que se ve genial, sigo sin comprender como es que Daniela hace tantas cosas en solo horas.
Ambas bajamos del taxi y la observo agradecida buscando una explicación de como carajos logro rentar este lugar en solo horas.
-Tengo mis contactos- responde a mi pregunta sin siquiera hacerla. Le sonrió y después de arreglar nuestro cabello y vestido ambas entramos.
El olor a alcohol inunda el lugar, observo a varias enfermeras con las que hoy en día trabajo, junto con compañeros de la carrera a quienes me sorprende ver, pasó entre todos recibiendo muchas felicitaciones cosa que me hace sentir bien.
Mi mente viaja a Alex y no, está noche no estarás en mi mente Alex, no más.
Dani me ofrece un trago y sin pensarlo dos veces me lo tomo de golpe, sin saber lo que esto desataria.
Son dos, tres, cuadro, hasta cinco tragos y uno que otro shot, los suficientes para hacerme perder la preocupación de absolutamente todo.Sweet dreams inicia a sonar en todo el lugar y el éxtasis no tarda en hacer acto de presencia, tomo a Dani de la muñeca quien tampoco está del todo bien y juntas iniciamos a movernos al ritmo de la música, dejando que nuestro corazón se acelere y la sangre recorra nuestro cuerpo con más rapidez. Permitiendo que nuestro cuerpos se rosen y choquen contra otros, transmitiendo y recibiendo calor.
Sudor frío corre desde mi nuca hasta mi espalda, y desde mi frente hasta mi abdomen erizando todas mis vellocidades. Tomo mi cabello y lo elevó un poco para seguir bailando, observo a Daniela bailar con un hombre que ya tenía rato observandola, cosa que a ella le encanta. Yo continuó moviéndome sin importarme nada. Cierro mis ojos para disfrutar más de todo lo que está pasando cosa que me fascina. Vuelvo a abrirlos y todo cambia cuando alguien se cruza en mi vista; Alex. Le pierdo de vista y desesperada vuelvo a buscarle. Estoy por moverme entre las personas para verle pero unas fuertes manos toman de mi cadera y me inmovilizan, un penetrante olor a alcohol llega a mi nariz, me giro para enfrentar a aquella persona y el asco me abunda cuando veo a un desconocido tocarme, intento safarme de su agarre pero con tanto alcohol en mi sistema la fuerza es nula, busco desesperada y mareada la forma de soltarme de él cuando sin siquiera esperarlo alguien tira de él y lo hace caer al suelo, las personas se recorren para verlo caer y siento el alcohol perder su efecto en mi gracias a tanta adrenalina, levanto mi vista agitada y es ahí cuando su mirada y la mía se cruzan.
Sus ojos brillando de coraje, sus manos hechas puños, su mandíbula apretada, sus músculos tensos, su pecho sube y baja mientras brilla gracias al sudor y a las luces que le dan a la piel que ha dejado al descubierto gracias a dos o tres botones desabrochados de su camisa. Se ve tan sexy, tan apetecible, lleno de posesividad y preocupación.Se acerca a mi sin pensarlo dos veces y me toma de la cintura pegandome a él, todos a nuestro alrededor continúan con lo suyo luego de que ayudarán a ese hijo de perra a ponerse de pie.
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El suplicio de Bailey
Novela JuvenilLos reencuentros suelen ser felices y emotivos, sin embargo, en este mundo hay una persona, como muchas, a la cual esto no le ha quedado claro; Bailey Cooper. Y tristemente, este, volvió a ser su caso.