Terapia intensiva

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Alex

Voy de un lado a otro en el consultorio del doctor mientras la presión y nervios me abundan. No sé cómo está Bailey, o si Jack llegó a casa, no se que es lo que necesita o si Jack me hizo algo.

Las preocupaciones me abundan cada vez más acelerando mi corazón y haciendo temblar mi cuerpo. No me siento bien dejando a Bailey sola con el enfermo de Jack. Vi los moratones en su cuerpo aquella vez, y se de lo que es capaz de hacer, más ahora que quiere amarrar a Baikey con el matrimonio. Pero si voy, puede que empeore todo y él le haga daño.

-Alex te estoy hablando- salgo de mi trance y observo al doctor frente a mi.

-Lo... Lo lamento tanto, estaba en otras cosas- observa mis manos echas puños y de inmediato las aflojo.

-Tomemos asiento Alex- hago lo que pide mientras lo observo ir a su lugar y verme con preocupación.- Alex, necesito que me cuentes lo que ha pasado estos días, a detalle.

No puedo, no podría decirle que e imaginado a Bailey muerta, como si otro yo en mi iniciará a dominar.

-Inicie a tener fantasias- estúpido. El doctor inicia a tomar nota y mis nervios se ponen de punta. Pero quiero evitar las mentiras que tarde o temprano serían descubiertas y su verdad con ellas- deseé muerta a una persona a quien amo, y la mataba yo mismo.

Se recarga en su respaldo mientras me examina aterrado

-Esto es muy riesgoso y delicado Alex, mucho, llegaste al punto que tanto quisimos evitar.

-Y lo se, luche por evitar esto, me aleje de aquella persona, pero mientras más lejos estoy de ella, peor se ponen las cosas, es como si ella fuese el veneno pero también la cura.

-¿Sabías qué estás en riesgo de ir a terapia intensiva verdad?

-Mierda- maldigo a lo bajo. Una vez entrando ahí, ya no hay salida ni retorno. Ahí van las personas sin remedio o solución, para buscar una manera cruel de enmendarlos, pero en realidad todo parece tratarse sólo de un experimento, donde nosotros somos las ratas del laboratorio, y al no poder recibir más terapias, somos tirados en un rincón hasta que nuestra vida culmina.

-Pero no quiero eso para ti Alex, así que te voy a ayudar, pero esto va a quedar entre nosotros dos, tus análisis señalan la falta se medicamento y el consumo de alcohol, cosa que te abre las puertas de aquel lugar- toma los análisis y los rompe en varios pedazos.- pero nadie tiene que saberlo, sin embargo pido algo a cambio.

-Lo escucho.

-Yo tomaré las riendas de ahora en adelante con respecto a ti, estarás en completo aislamiento, con desintoxicación de medicamentos, y después serás sometido a dosis muy fuertes de unos nuevos.

-No seré su rata de laboratorio.

-Confía en mi Alex, si te quisiera como rata de laboratorio te tendría ahí abajo, ¿cosa que no ha pasado cierto?.

-De acuerdo- aceptó sin titubear.

-Te lo advierto Alex, no será nada fácil, la desintoxicación será dura, y las dosis fuertes de medicamento causarán cambios en tu cuerpo, en ti, pero funcionará, luego de unos meses todas aquellas ideas serán sólo recuerdos, volverás a tus dosis regulares de medicamentos y puede que hasta bajas, pero primero necesitamos someter a tu cuerpo, hacer que te domines a ti mismo.

<<Hazlo por Bailey Alex, se lo prometiste>>

-Hagámoslo de una vez- dicho esto. El doctor inicia a caminar hacia el elevador y yo lo sigo. Pasamos por todos los pisos hasta llegar a terapia intensiva.- dijo que no sería su rata.

-Y no lo eres ni lo serás Alex, no eres el primer caso de este tipo al que me enfrentó, y no eres a la primer persona a la que ayudó, pero arriba no hay para aislamiento, sólo aquí abajo, aquí abajo podrás gritar sin ser callado si así lo quieres, sólo necesito que no te encierren en la idea de que eres uno más de los que están ahí adentro, tu a diferencia de ellos, saldrás.

-¿Por qué debo confiar en usted?.

-Porqué nadie arriesgaria su trabajo y credibilidad por un paciente.

Asiento y juntos entramos al lugar. No es aterrador pues la mayor parte del tiempo los pacientes están cedados o en quirófano recibiendo terapias. Sin embargo de inmediato se sienten las vibras que caracterizan a este lugar. Llegamos al cuarto donde seré aislado y se ve como una habitación normal, sólo que más simple. El doctor me entrega la bata y luego de ponermela, yo le entregó mi ropa.

-Te traeré alimento y me quedaré aquí cuanto pueda para estar al pendiente de tus cambios, Alex.

-De acuerdo- esta por cerrar la puerta cuando lo detengo- sólo una cosa más, si ella llama, por favor, dígale la verdad sin la parte del sufrimiento, sólo hable de la terapia y de la desintoxicación, pero no de sus riesgos.

-Así sera- sin más preguntas, cierra la puerta y me deja ahí dentro.

-Esto es y será por ella, y sólo por ella- digo para mis adentros.

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora