Si no eres tu, no es nadie.

1K 84 12
                                    

Todo se detiene a mi alrededor. Deja de escucharse ruido en absoluto. Sólo soy yo y un pitido en mi odio.

Si, el dolor, por más increíble que se vea, puede llegar a ser más fuertes y hoy soy testigo de ello.

Mi mirada sólo está en él, en Alex, y en lo bien que se ve al lado de esa chica, riendo.

-Bailey- Dani me agita- Bailey ¿Estas bien?.

La observo perpleja y sólo asiento. La mirada de Alex se topa con la mía y su sonrisa se desvanece, pero sólo puedo verle unos segundos más, pues de inmediato despegó mi vista de la suya y corro, con Dani detrás de mi.

Ahora entiendo todo. Ahora comprendo porque me pidió lejanía. Ahora comprendo porque me trató así. Tristemente tuve que verlo con mis propios ojos.

-Bailey espera- escucho a Dani a mis espaldas pero con tanta adrenalina en mi sistema me es difícil detenerme- Bailey detente.

Al fin lo hago al borde del colapso. El oxígeno quema en cada respiración jadeante, mi cuerpo tiembla, mis músculos se tensan y contraen, mi estómago se aprieta, un nudo en mi garganta me obstruye la respiración haciendo de esto más difícil, y sin embargo no hay lágrimas, sólo confusión, furia y dolor en mi.

Desesperada inició a pasar mis manos por mi rostro y cabeza, cosa que de inmediato Daniela detiene.

-Bailey mirame- pide pero sólo puedo negar entre respiraciones- Bailey tranquilizate por favor.

La observo y su mirada sólo muestra preocupación, paz, pero mi atormenta es mayor en estos momentos.

-No puedo tranquilizarme Dani, no cuando le he dado tantos años de mi vida, tanto desgaste, tantas noches en vela, tanta atención y amor, tantas jodidos lágrimas, y tantos momentos a una persona que me abandonó, que me dejó rota, y luego vuelve como si nada pasará, pero si pasa, pasa que lo amo Dani, pasa que me volvió a romper, ¿y sólo para qué?, para terminar en un restaurante, riendo, con una chica, mientras yo estoy aquí, sin poder siquiera con mis pensamientos.

-Bailey...

-No Dani, no intentes arreglar nada, nada es de consuelo en estos momentos, sólo yo se como me siento, y tal vez como consolarme.- mi voz se quiebra y las lágrimas corren por mi rostro.- Sólo yo se cuantos putos años, cuantos momentos, los dedique en su nombre, y sólo yo se, lo que se siente saber, que no fueron ni soy nada para él.

-Deberiamos ir a casa.

-Adelantate, necesito estar sola- no la dejo hablar cuando limpio mis lágrimas con coraje y vuelvo a correr dejándola atrás.

ALEX

Marco una y otra vez a su celular, pero no responde. La desesperación inicia a carcomerme pues ni Bailey ni Dani contestan mis llamadas.

Yo vi su mirada, vi como la última pizca de fortaleza se desmoronó en ella.

A veces prefiero este daño, que hacerle aún más teniéndola conmigo. La amo, y es algo que me aterra, pues no conozco el límite de esto que siento por ella, y eso lo descubrí cuando la bese, cuando su cuerpo y el mío volvieron a conectarse y me sentí completo, todos mis problemas se hicieron nulos, sólo estaba ella en mi mente, y nadie más.
Pero si algo me han advertido, y mucho, es que al amar a alguien en mi condiciones es sólo una condena para esa persona. Un día puedo amarla, y en un episodio odiarla. Un día quiero besarla todo el tiempo y abrazarla, pero llega un mal momento y lo único que siento es repulsión, como si ella tuviese la culpa de todo. Y se hasta que grado puede llegar este descontrol, cosa que no quiero, no para ella. Pero tristemente me di cuenta tarde, lo note justo cuando ella volvía a ser parte de mi, y yo de ella.

Nadie me llena como Bailey, nadie me hace sentir pleno como ella lo sabe hacer. Y eso sólo me lleva a una conclusión, Bailey es aquello que amo, que anhelo tener, pero no puedo. Y al saber que es única, que es auténtica, y que nadie es ni será como ella, sólo puedo pensar en una cosa "que si no es Bailey no es nadie", no quiero pasar el resto de mis días al lado de una persona sólo porque me hace sentir un poco de lo que Bailey despierta en mi. Y si alejarme y alejarla es la solución  que así sea.

-Tengo que irme- es lo único que le digo a Sofía antes de retirarme.

Me monto en mi auto y pasó mis manos por mi cabeza desesperado. Le doy un golpe al volante lleno de furia. Esto es mi culpa, que Bailey este así es mi puta culpa.

Arranco el auto y emprendió mi búsqueda.

La llamada de Daniela entra y de inmediato respondo.

-Eres una mierda Alex, juro que nunca en mi vida había odiado a alguien como te odio a ti...

-¿Dónde está Bailey?- es lo único que preguntó.

-No lo sé Alex, después de que te vio con alguien mas, se fue corriendo.

-¿Por qué mierda no la seguiste?.- cuestionó molesto.

-Mira imbécil, si alguien aquí tubo la culpa fuiste tu.

-Iré a buscarla- cuelgo la llamada y aceleró lleno de coraje.

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora