Ella

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ALEX
Siento los dedos de Bailey hacer un caminito por mi rostro y contengo mi sonrisa para evitar que deje de hacerlo. Siento como se detiene y la busco para luego jalas de ella hacia mi. La pego a mi cuerpo y siento su espalda tener contacto con mi torso. Se gira entre mis brazos para hundirse en mi cuello y quedarse así un largo tiempo. Beso la coronilla de su cabeza y luego pongo mi barbilla ahí para seguir aprovechando los momentos al lado de mi futura esposa.

Luego de desayunar ambos tuvimos que salir hacia el lugar donde se realizara muestra boda. Lo que Bailey no sabe, es que cuando era chico solía ir ahí para pintar cada estación del año, en el mismo lugar y desde el mismo ángulo, era como una fotografía en cada cambio de temporada, pero ahora será distinto pues mi nueva pintura no tendrá solo árboles y naturaleza abundando en su belleza, sino un altar.

Llegamos al lugar y sin poder ver a Bailey pues iríamos a cabañas distintas bajo del vehículo y dejo que los demás se acomoden mientras yo saco un lienzo e inició a pintar sin más.
Dejo que el pincel fluya y resbale por el lienzo, de un momento a otro dejo de escuchar sonido alguno y solo esta su risa, su voz, sus chillidos de emoción, sus gritos de exasperación, solo está ella, dejo de ver un simple lienzo y la veo ahí, caminando hacia mi mientras mi corazón pierde su ritmo, mientras mis manos tiemblan y sudan, mientras mi ser la reclama y reclama su tacto. Todo es diferente te desde que tu llegaste Bailey, y se que nada será igual pues cada día a tu lado siempre es y será distinto.

-Alex.- me sobresaltó cuando escucho su voz y dejo el pincel un momento, vuelvo a escuchar el sonido de los pájaros y el viento.- recuerdo haber visto esa pintura tantas veces, pero en distintos colores.

-Esta es diferente te a todas.

-Lo sé, y cada pintura que hagas a partir de ahora será diferente a la pasada y distitnuta a la próxima.- asiento en silencio mientras sigo observando como todo el lugar toma forma entre arcos de telas, mesas con una amplia hilera de flores en tonos verdes secos, rosa vieja, blanco y dorado, todo haciendo un contraste con el café y verde del lugar.- ¿podemos caminar un poco Alex?

Asiento y dejo las cosas por un momento para seguirle el paso. Nos alejamos de la cabañas a paso largo pero lento mientras veo como busca las palabras.

-Dilo, necesito terminar esa pintura y bañarme para salir, no tengo tiempo.

-Yo... lo siento Alex.

-Esta bien, solo escupelo.- se frena en seco y yo también me detengo para observarlo confundido.

-De verdad lo lamento, lamento ser yo el responsable de tu enfermedad, y de que tu vida se base en esto...

-No es tu culpa.- lo interrumpo.- es la naturaleza y es algo que no puedes cambiar, simplemente tenía que pasar, y si nada de eso hubiera sucedido ni tu ni yo estaríamos aquí parados teniendo esta conversación a punto de casarme.

-Tal vez... pero no puedo evitar sentirme responsable al verte tomar tus medicamentos, o buscar siempre en que entretenerte para evitar pensar tanto.

-Eso no es lo que me daña, tu sabes que fue lo que me lastimó.- baja su mirada y yo me acerco.- pudiste afrontar las cosas pero preferiste pagar con nosotros, como si tuviéramos la culpa.

-¿Y tu no hiciste eso con Bailey también?.- me quedo estático mientras mi piel se eriza.

-Me fui para no darle tanto sufrimiento, me fuinpara mejorar a tiempo, para que ella no tuviera que sufrir lo que yo sufrí con un padre drogado la mayoría del tiempo y una madre hebria, pero estoy aquí, enmendando el daño que le cause alejandola y alejandome, aprovechando cada día a su lado porque no se si el día de mañana tenga que irme otra vez, estoy aquí dando lo mejor de mi para que nada le haga falta, para verla feliz.- se queda sin palabras y yo igual.

-No fue tu culpa Alex, y por más que me cueste aceptarlo, lo siento, no debiste pagar el precio de algo que nunca va a ser tu culpa.

-Solo se mejor persona ahora, eso es todo lo que te pido, mi perdón ya lo tienes, desde hace mucho.

Sus ojos se cristalizan y yo vuelvo a donde antes estaba.
Termino de pintar el cuadro con la palabras de mi padre en la cabeza y el sentimiento en el pecho, para luego irme a bañar.
Estoy acomodando mi saco cuando escucho un tenue toque en la puerta y se quien es. A los segundos veo a mi abuelo asomar su cabeza con un pequeño detalle floral en manos mientras luce un elegante traje.

-¿Se puede?- pregunta ya estando adentro. Niego con una sonrisa mientras se acerca a mi.- ¿quién diría que el Alex moja camas y come crayolas estaría a minutos de casarse?

Suelto la carcajada y me giro para observarlo.

-Bueno, ni siquiera yo, y menos con una mujer como Bailey.

Suspira para luego poner el bouquet en el saco y acomodarlo.

-Haria la típica pregunta de si esta listo o seguro, pero nos han demostrado a pulso que esto es una de las muchas de cosas por las que han luchado tanto, así que solo te pediré que te cuides y las cuides mucho Alex, muchas cosas van a iniciar a cambiar de buena y mala manera y se que van apoderando con ellas, yo solo te pido, que poe favor, no dejes que esas situaciones o problemas arrebacen tus sentimientos por Bailey pues entonces estarías en contra de ella y no del problema, y ese es uno de los primeros pasos para perder a alguien.

Asiento mientras mi abuelo toca mi hombro y caigo en la realidad de que ya es hora. Que aquello que antes veía imposible esta a solo minutos de suceder, que el Alex que aborrecía la compañía esta a solo minutos de sellar su amor por su compañera. Sonrió de forma estupenda mientras observo el altar y a los invitados tomar asiento y tomar fotografías, reír y saludarse.

Luego de la plática con mi abuelo, escucho como entra mi madre, mi padre y abuela a saludar y tomarnos fotografías.

-Es la hora mi pequeño musica mi abuela con dulzura.

-Estoy nervioso.- confieso cuando los demás se han adelantado a la salida y me quedo solo con mi abuela yendo a su paso.

-Y es más que normal Alex, estás a punto de contraer matrimonio, no es algo fácil llegara a ello, y menos en un mundo donde el amor es superficial y relativo, sin embargo el amor entre tu y ella es tan real, tan latente, tan único, y es triste pero muchos ni siquiera llegan a amar, y tu estas a nada de ver entrar a una hermosa mujer con un vestido blanco yendo hacia ti.

Sonrió y me agachó para recibir un beso en la mejilla de su parte.

El preparador de bodas los inicia a acomodar a todos y deja primero a mi madre y a mi padre quienes toman su lugar, y después, estoy yo con mis abuelos en cada brazo, las puertas se abren y las miradas vienen hacia mi, al igual que los nervios y las ansias, me desconecto por completo del mundo hasta que siento a mi abuela tirar de mi para darme un beso en la mejilla, abrazo a mi abuelo y me quedo ahí, en el altar, hecho un nudo, esperándola.

Intento calmar mis nervios y creo tenerlos bajo control hasta que escucho murmullos y a las personas ponerse de pie. Mi corazón late con una fuerza desconocida, como nunca, mi cuerpo se siente débil pero tenso, veo a las madrinas hacer su entrada y cada segundo lo siento eterno, luego entra Theo quien me hace una extraña seña con su mano en símbolo de apoyo, hasta que por fin esta ella, esa chica que un día llegó con cajas en sus manos sin permitirme ver su rostro siquiera, esa chica que se ponía nerviosa al ver mi torso desnudo, esa chica que puso reglas para llevar un "orden", esa chica que me hizo soñar despierto y disfrutar de cada risa y viaje por más pequeño o corto que sea, esa chica que me dio fuerza incluso cuando no estaba a mi lado, esa chica que con solo ver sus ojos me lo dice todo, esa chica tan mágica, tan bella, mi mejor obra de arte, mi más grande anhelo y tesoro, ahí está, ella, luciendo tan hermosa con un vestido blanco el cual hace lucir mágico, ahí está, tirando de la comisura de sus labios mientras nos miramos y hacemos de todo nulo, solo estamos ella y yo, mi chica, mi talón de aquiles, mi esposa...

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora