Amor incondicional

982 78 10
                                    

-Sera mejor que salgamos de aquí- el doctor me ayuda a levantarme pero lo alejo. Tomo la osadía necesaria y vuelvo a acercarme.

Alex esta sentado en el piso con la espalda sobre la pared, su cuerpo y ropa están sudadas, su cabello está mojado y su cuerpo tiembla de una manera impresionante. Levanta un poco su rostro y tengo que tragarme todos mis sollozos. Su rostro está cansado y sudado, esta pálido, y sus labios no tiene color, las ojeras bajo sus ojos lo hacen ver aún peor.

-¿Él puede verme susurró llena de dolor.

-No.

-¿Cuándo terminará todo esto?- sigo observando a Alex tomar con fuerza sus brazos.

-Dos meses, tal vez tres.

-¿Estará ahí dentro tres meses?- me giro para observar al doctor.

-Bailey, debes entender que esto no es algo fácil.

-No quiero verlo ahí tres jodidos meses.

-Ni yo, pero si es necesario y bueno para él, creo que sería necesario y justo, ¿no?.

-Salgamos de aquí- ruego sin poder ver más en lo que se ha convertido Alex. Sigo al doctor sin decir palabra alguna, sólo pensando en Alex, en lo pálido que está, en lo que debe estar sufriendo y todo por una vida a mi lado. A veces creo que no lo merezco, a veces creo que no te merezco Alex.

Cruzamos todas esas puertas y cuando estamos por ir al exterior, limpio mis lágrimas y subimos al elevador.

-¿Podré volver a verlo?- pregunto estando ya en el primer piso, fuera de terapia intensiva.

-No creo que sea lo mejor- me da la espalda para seguir caminando y lo detengo.

-¿Porqué?.

-Alex me pidió discreción, y así será, así que con su permiso.

Me quedo parada a mitad de la recepción sin saber a dónde ir o que hacer. No quiero dejar a Alex, quiero estar ahí para lo que de necesite, pero temo que Jack pueda hacerme algo. Titubeo un poco pero lo hago, llamo a mi madre. Suenan los 3 tonos y justo cuando pienso que nadie respondería, una voz masculina ya conocida suena del otro lado.

-¿Bailey?.

-¿Theo?.

-Si, soy yo- mi corazón se rompe al recordar la emoción en su rostro cuando lo volví a ver y cuando se enteró que me iba a casar. Un sollozo se escapa e intento tranquilizarme.- ¿esta bien?, ¿Bailey sigues ahí?, ¿estás llorando?.

-Pasame a mamá Theo, por favor- a los cortos segundos la voz de mi madre suena del otro lado.

-¿Bailey qué sucede?.

-Necesito verte mamá, viajaré a Chicago ahora mismo.

-Claro hija, te alistare una de las habitaciones...

-Mamá...

-Podemos ir por ti al aeropuerto, lo haremos mejor dicho, nos marcas cuando llegues y ¿Jack viene contigo? para preparar habitación para ambos, o espera, mejor juntos...

-¡Mamá detende!- ruego antes de que hable más.- tengo donde llegar tranquila.

-Lo de ir por ti no es negociable Bailey.

-Esta bien mamá, yo te marcó cuando llegué allá.

-¿Estás bien?- cuestiona y me rompo un poco más.

-Si, esta todo en orden, sólo quiero verte antes de que mi vida cambie radicalmente.

-Asi es el matrimonio Bailey.- no hablo del matrimonio madre.

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora