Preparativos

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-¿Tinto o verde?- observo los dos tonos frente a mi.

-Tinto- escojo como color para la mantenerla del lugar.

Observo a Jack mirar emocionado el tablero de la organizadora, donde se puede visualizar todo lo que se lleva escogido de la boda.

-Y bien señorita Bailey, ¿ya escogió su vestido?- trago grueso al recordar que aun no he ni siquiera visitado alguna tienda de vestidos.

-No, pero pronto lo haré.

-Pensé que ya tendrías el vestido Bailey- Se acerca a mi Jack con el seño fruncido.

-Quería esperar a que la decoración y lo demás estuviera ya cubierto, para saber el estilo de mi vestido.- miento, pues en realidad, a diferenciarse otras novias que se lanzan de inmediato a por su vestido, yo no me siento entusiasmada por este, cruelmente por nada de la boda, no se si es porque está siendo diseñada al gusto de Jack y la diseñadora, o que simplemente no estaba preparada para esto. Jack y la diseñadora inician a hablar sobre los cubiertos y harta de ese tema me pongo de pie y voy a la ventana mientras muerdo una de mis uñas e intento buscar una explicación a mi comportamiento. Puede que el haber tenido una dura niñez y tener que crecer tan rápido durante mi adolescencia me privara de pensar en estas cosas del compromiso, pues mi mente estaba en otro mundo, pero algo pisotea mi teoría y es que cuando estaba con Alex me imaginaba a su lado durante años, y el compromiso me entusiasmaba a pesar de haberlo pensado sólo una vez.

-¿Amor?- me giro para observarlo en la mesa con muchos cubiertos sobre esta- ¿está todo bien?.

-Si... sólo que estaba pensando en mi vestido y en como lucirá en el.

-Preciosa, es seguro que así luciras- me da un dulce beso en los labios mientras la organizadora nos observa con ternura.- ven, quiero que veamos los cubiertos.

Me lleva a la mesa y yo sólo veo cucharas y tenedores que cumplen con la misma función sin importar su color o diseño.

-¿Y bien?- pregunta la organizadora.

-Todos son cubiertos Jack- lo observo mientras me mira señudo y aparentemente ¿molesto?- digo, unos más hermosos que otros, no lo voy a negar, pero al final de la noche ¿quién se va a acordar de los cubiertos, o de la manteleria, tal vez en un par de semanas olviden como era mi vestido y tu costoso traje, y ni que decir del salón.

-¿Hablas enserio Bailey?.

-Jack, créeme que así nos hubiésemos casado en una pequeña capilla y tuviéramos una cena familiar cerca del lago, yo con un vestido no tan ostentoso, y tu con un traje lindo pero no tan costoso, yo sería igual de feliz que si me casara en el castillo de la reina Leonor de Aquitania.

-Será mejor que vuelva mañana, dejo los cubiertos aquí para que se pongan de acuerdo, con permiso- La organizadora se va y nos deja a mi y a Jack solos, en silencio.

-Quiero que está sea la mejor noche de muestras vidas Bailey, y a mi parecer, en un jardín cerca d e un lago no lo será.

-Jack, comprende que para mi lo material es lo de menos, yo ni siquiera quiero una boda así.

Se gira de inmediato para observarme con su pupila dilatada. Su mandíbula se tensa y trago grueso.

-Estoy ahí afuera trabajando con enfermos que sueñan con animales inexistente y demás, me desveló haciendo guardias o turnos completos para tener la boda de mis sueños- se acerca a mi y retrocedo poco a poco- como para que tu vengas y me digas que esto no es lo que quieres.

-Tu, tu, y más tu, durante toda la preparación sólo eres tú, ¿Alguna vez me preguntaste si el verde o el rojo eran colores que yo quería?, ¿en algún momento me preguntaste cuál era mi idea para esto?, ¿me permitirse hacer propuesta sobre el salón acaso?, no, no y no, todo esto es sólo tu y más tu, yo sólo tengo que acoplarme a tus ideales y a tus gustos, ¿pero dónde quedó yo?- empiezo a temblar del coraje mientras las lágrimas de prepotencia se asoman.- si esta es la boda de tus sueños, disculpame Jack, pero ni siquiera está cerca de ser la mía.

Me hago a un lado y voy hacia la puerta que da a la calle.

-Emily, perdón- se acerca a mi- de verdad me gano la emoción, es que no tienes idea de cuanto había deseado esto, a tu lado, y ver que hoy en día se hace realidad es algo inexplicable, hablemos de esto y veamos como podemos solucionarlo, por favor.

-¿Ahora si quieres hablar?, ¿enserio era necesario que te lo dijera para que lo notarás?- baja su mirada- que poco me conoces.

Estoy por salir cuando su voz me detiene.

-¡Estoy harto de tus temperamentos¡- brinco en mi propio lugar del susto y lo observo demasiado molesta- estoy tan harto de que todo sea malo para ti, y todo este mal, estoy cansado de esto Bailey.

-Si tan cansado estas, hubieras pensado mejor el pedir mi mano- me giro para observarlo mientras las lágrimas corren por mi rostro.- porque yo estoy pensando seriamente en mi respuesta.

-Bail...- cierro la puerta sin dejarlo terminar y me subo corriendo al auto, lo enciendo y lo veo venir pidiendo que baje los vidrios mediante señas, pero hago todo lo contrario. Salgo del estacionamiento que brinda "nuestra" pequeña y nueva casa, y salgo a velocidad de ese lugar, conduciendo sin rumbo, mientras las lágrimas corren por mi rostro.

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora