No me hagas mas daño Alex, te lo ruego.

1.1K 87 12
                                    

Voy de una calle a otra, me detengo a preguntar a toda persona con la que me cruzo, pero todos niegan verla, es como si Bailey hubiese desaparecido.

Continuó con mi búsqueda y me preocupa saber que las horas parecen transcurrir cada vez más rápido sin piedad alguna.

Mi prepotencia me hace apretar el volante infinidad de veces, tensiones mi mandíbula y acelerar sin pensar en nadie más que en ella.

Todo parece empeorar, Bailey no ha regresado a casa y ya es más de medio día, Daniela ya aviso a las autoridades de su desaparición pero no pueden hacer nada hasta haber pasado las 24 horas de desaparecida. Las llamadas al celular de Bailey son inútiles, pues cuando salieron de casa, salió sin él.

Mis manos tiemblan sin control, todo mi cuerpo lo hace, mi vista cada vez se ciega más y todo en consecuencia del coraje. Hoy la ciudad parece ser inmensa, interminable.

Entró a los restaurantes, a los cafés, y algunos bares, pero no está.

La tarde no parece querer durar mucho y pronto inicia a caer. Mi cuello está tenso, mi espalda duele, mis brazos y piernas no pueden más.

Me detengo enfrente de un bar intentando respirar y no empeorar mi estado, no después de tantos calmantes que me he tomado y ninguno parece hacer efecto. Me recargo en el volante mientras lo presionó con fuerza, para luego levantar mi vista y ver a alguien verdaderamente en estado de ebriedad, salir de aquel bar frente a mi.

Alguien sale detrás de ella y parece querer tocarla, pero aquella aparente chica lo aleja una y otra vez. Sin poder ignorar esto, salgo a ver que sucede sin embargo mi curiosidad y osadía se convierte en furia y coraje cuando veo que aquella chica es Bailey. Corro hasta llegar a ella y sin pensarlo dos veces me abalanzo contra el tipo. Lo tengo debajo de mi, con mis puños estamlandose contra su rostro.

-Alex, Alex detenete lo vas a matar- balbucea Bailey. Intenta tirar de mi, pero su fuerza es nula. El coraje me nubla la vista y lo único que puedo ver y escuchar son mis puños estampandose contra la cara del idiota debajo de mi, quien ya está inconciente. Bailey vuelve a jalarme pero sólo escucho un grito de su parte.- ¡Alex!.

Me detengo agitado, con mis puños caliente y ensangrentados, mi músculos tiemblan y mi cuerpo pide más. Sin embargo cuando observo a Bailey en el piso, la única necesidad que en mi habita, es el ayudarla.
Me tiro en el piso a su lado e intento hacer que reaccione.

-Bailey- la agitó intentando despertarla. El temor y la preocupación se apoderan de la situación.- Bailey por favor despierta.

Siento su respiración y el pánico se va. Sólo se desmayó por el golpe que seguro se dio al caer cuando intento tirar de mi.

Un hombre quien parece ser conocido del que está en el piso, y quien seguro vio toda la escena, recoge al hombre inconsciente.

Tomo a Bailey entre mis brazos y la llevo al auto. La posicionó en el asiento del copiloto para después montarme de mi lado. Me detengo a observar sus hinchados ojos, y su cansado rostro, y sólo puedo pensar en una cosa; esto es mi culpa.

Dejando a un lado esos pensamientos, recuerdo a aquel hombre y como trataba a Bailey, dándome preocupación por si le hizo algo.

Temeroso, me atrevo a tocar los brazos de Bailey e iniciar a revisar estos. Hago a un lado su cabello y reviso su cuello. Levanto un poco su camisa y veo otra marca en su cintura, y otra en uno de sus brazos y muñeca, como si aquel hombre la tuviese acorralada desde ya hace rato ahí dentro. Intento respirar una y otra vez para neutralizar el coraje que esto me causa pero me detengo cuando escucho un par de pujidos de su parte.

-¿Bailey?- la llamo para ver si despierta e inició a moverme un poco.- Bailey.

-¿Quién eres?- logró escuchar de su boca. Sus ojos están cerrados y prefiero que no los abra.

-Soy Alex- respondo con honestidad.

-¿El mismo Alex que me destrozo?- escupe con dolor, tanto que llega a mi.

-Bailey puedo explicarlo- abre sus ojos para verme con coraje y tristeza en sus ojos. Se ven apagados, sombríos.

-No quiero más explicaciones Alex- masculla con dificultad. Sus ojos se cristalizan, su seño se funde, su labio tiembla y su voz se ahoga.- Sólo quiero, que no me hagas mas daño Alex, te lo ruego.

Y todo en mi se desmorona. Escucharla decir esto con tanta tristeza y dolor, sólo me desmorona. Ella renunció a mi, y eso es evidente. Ambos sabemos que le hago daño, y el que me pida que lo deje de hacer sólo significa una cosa; que me aleje.

-Sólo escuchame, por favor- mi vista se inicia a nublar por las lágrimas.

-No quiero, no cuando se el poder de tu palabra en mi Alex, yo sólo quiero despertarme un día y sentirme bien, y que tu no seas la causa de esto.

-¿Y tú crees que yo quiero estar así?- la observo- ¿Tú crees que yo quiero amarte y no poder tenerte porque se el riesgo?, ¿crees que quiero estar así, y no poder darte todo lo que quieres y mereces?.

-¡Lo que quiero es a ti!- ambos nos quedamos callados, sólo observandonos, reconociendo que esto es mutuo.- pero tu pareces no darte cuenta.

-Te amo tanto, pero tanto Bailey, que juro que cada día que despierto, eres el único jodido motivo por el que sigo en esa clínica, y no en las calles agravando mi enfermedad, eres mi motivo para todo, así yo sepa que nunca seré alguien estable, intente hacerte sentir estable a ti. Te amo tanto, que si hacerte daño es consecuencia de esto, entonces prefiero amarte de lejos, sin importar que alguien más pueda estar contigo, mientras yo sepa que te hace feliz.

-Solo alejate de Alex, por favor- pide entre lágrimas y sólo me queda asentir y callarme, guardando todo para mi, nuevamente.

Él ambiente del auto se siente tenso, yo no la observo más que de reojo cuando limpia sus lágrimas, y ella no me observa a mi para nada. Luego de varios minutos detengo el auto afuera del edificio donde está su departamento.

Salgo del auto para abrir la puerta de Bailey antes de que ella lo haga, y sin contradicción alguna, me deja ayudarla a salir y a caminar hacia su departamento.

-¿Bailey?- escucho una voz a mis espaldas, ambos volteamos para toparnos con Jack.- mierda, Bailey nos tenías muy preocupados.

Viene hacia ella y la abraza con mucho alivio. La suelto para dejarla en sus brazos y cuando ella no hace el mínimo intento de volverme a tomar, comprendo que es con él con quien quiere estar.

-Cuidarla mucho Jack, se dio un golpe y trae algunas marcas de alguien que la intento tocar en el bar donde estaba.

-Muchas gracias Alex, yo la revisare.

-Claro- observo a Bailey quien me da la espalda y se que soy la última persona de quien querría despedirse. Sin embargo, yo sólo hago, pues no se si después de lo que quiero hacer, vuelva a verla- cuidate mucho Bailey, espero y tengas éxito en todo, adiós.

Dicho esto, le doy la espalda y con todo el cuerpo temblando y la lágrimas en los ojos, me momento en mi auto y arrancó.

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora