Largemonos de aquí

932 81 14
                                    

Me tranquilizo y pienso bien en mis palabras antes de ir donde Alex.

Me acerco poco a poco para verlo intentar conciliar el sueño. Me acerco a él, y me siento en el piso, a un lado del sofá. Tiene sus ojos cerrados, pero se bien que no está dormido por el movimiento que se ve debajo de sus párpados.

-No estoy defendiendo a Jack, ni siquiera estoy cerca de hacerlo, y te agradezco tanto por todo lo que haces por mi- comienzo sin observarlo.- pero tengo tanto miedo de perderte Alex, que no quiero siquiera imaginarte en situaciones de riesgo, y me molesta tanto que parezca que no entendes eso, yo sé que no estuvo bien lo que hizo Jack, y me da coraje de sólo imaginarme su rostro, pero no puedes ir por la vida arriesgandote a que te hagan algo Alex, a veces sólo hay que dejar ir, y sé que es difícil, y más en tu caso, cuando atentaron contra tu vida, pero te diste cuenta, y estas aquí, con vida, conmigo, no veo la necesidad de abrir otro capítulo con alguien con quien se supone ya estaba cerrado. Y perdón por desconfiar de ti, y dudar de tu fuerza para superar las adversidades, y de la terapia, y de todo, simplemente, estaba asustada y alterada, y no Alex, no te temo, pero si temo tanto perderte.- un nudo cierra mi garganta y tengo que tomarme un momento para tragarlo.- espere gran parte de mi vida para tenerte, mientras llenaba el vacío con personas que eran incapaces de hacerlo, pues solo tu puedes llenar aquel espacio, un espacio que es tuyo, un espacio que te pertenece a ti y sólo a ti, pero yo no sabia lo que hacía, creía querer a Jack, pero realmente solo buscába sentirme menos vacía, y si, somos una mierda para comunicarnos, y nuestra honestidad titubea, pero esto es el comienzo Alex, es como si todo volviera a empezar, ahora tendré que conocer tus nuevas mañas, y gustos, ahora tendré que conocer a un nuevo Alex, y tu a una nueva Bailey.

-Hola Bailey- me giro para observarlo sonreírme y ofrecerme su mano.- mucho gusto, mi nombre es Alex Lanver, pero dime sólo Alex.

Rio a lo bajo mientras seco mis lágrimas.

-Es un gusto Alex, a mi dime sólo Bailey- estrechó mi mano con la suya y me jala hacia él. Me observa con amor en sus ojos y un perdón evidente en estos.

-No volveré a meterme en situaciones de riesgo amor, y agradezco tanto tu valentía para venir y hablar conmigo, y pedir perdón, cosa que también te debo, porque no debí mentirte, pero tampoco quería preocuparte, y parece ser que hice todo lo contrario.- acuna mi rostro entre sus manos para hacer que lo observe.- nunca haría algo que te hiriera bonita, te amo tanto, que me aterra, me aterra ver como soy capaz de cualquier cosa sólo por ti, porque si soy honesto, cuando lo golpeaba sólo pensaba en el daño que te hizo, en como te trato, en tus moretes, realmente me olvide de mi, y sólo pensé en ti Bailey, y como se lo dije a él, no se de lo que soy capaz de hacer por ti, por verte bien, por verte feliz, me aterra esto que siento Bailey, porque me haces sentirme un bobo con solo verte, y me tienes a tus merced sin necesidad de palabra alguna.

-Te perdono Alex, pero no hagas eso por favor, no te vuelvas a arriesgar así- lo beso.- y yo también tengo terror de como me haces sentir, me tuviste más de cuatro años en deseo de verte, en espera de una señal tuya, y cuando ma tuve, entendí que no eres un capricho, sino algo real, algo que me hace sentirme viva sin siquiera mirarme, o hablarme, tengo con recordarte, con escuchar tu nombre para sentirme real, y créeme, también soy capaz de todo por verte bien Alex, cueste lo que cueste.

-Largemonos de aquí Bailey, luego de la boda, vámonos, seamos sólo tú y yo, en un lugar donde nadie nos conoce, donde nuestra historia es nueva y no contada por otros, donde podemos dar borrón y cuenta nueva sin alguien que nos recuerde el asco que anteriormente hicimos de nuestra vida.

-Contigo a donde sea- lo beso sonriente y dispuesta a salir de aquí. Amo a mi madre, a Theo y a Dani, pero que me vaya no significa que dejare de visitarlos, sin embargo esta es mi vida ahora, al lado de alguien que quiere también cambiar la suya.

-Por ahora vamos a la habitación a dormir- asiento y estoy por ponerme de pie cuando Alex pasa su mano por mis piernas y me carga. Tomo su almohada y recargo mi cabeza en su pecho mientras escucho como su corazón late acelerado, deseando que nunca deje de hacerlo, deseando que ese latido sea eterno. Me deja sobre la cama y va del otro lado para acostarse frente a mi. Me acerco a el y lo observo sin ganas de dejar de hacerlo. Tira un poco más de mi y me acoge bajo su cuello mientras me abraza.- te amo Bailey, y por favor, que no se repita esto de dormir molestos.

-Tambien te amo Alex- suspiro.- y que así sea.

Dicho esto, es como si la paz volviera a ambos, hasta el punto de sentirnos plenos. Escucho como sus respiraciones se vuelven más relajadas y me relajo yo igual, hasta quedar dormida entre sus brazos.

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora