Dormir todo el día, esa fue mi rutina literalmente. No tuve llamadas de Jack, ni mucho menos visitas, se que él no va a retractarse, y yo tampoco.
Observo la hora y agradezco tanto que hoy sea mi día de descanso. Me pongo de pie y me dispongo a recoger un poco mi casa, cenar y bañarme para ver una película mientras vuelve a mi el sueño y el cansancio, esto de no dormir durante las noches es más complicado de lo que suena.
El sueño inicia a llegar y dejo a un lado mi teléfono para disponerme a dormir.
Mi teléfono suena y molesta lo tomo.
-¿Bueno?.
-Estoy afuera Bailey, abreme- observo el número y es Dani.
¡Dani está afuera!.
Me levanto de inmediato y corro a la puerta para abrir y si, verla ahí.
-¡Estas aquí!- grito y la abrazo con fuerza.- te amo tanto.
-Yo a ti, pulga- las lagrimas inician a formarse en mis ojos y me separo de ella para intentar retenerlas. Observo a Daniela como si esto fuese un sueño, sin poder creer que esta aquí frente a mi.- Feliz cumpleaños.
-¿Enserio viajaste desde Holanda hasta acá sólo por mi cumpleaños?.
-Jamas me perderia un cumpleaños tuyo- musita con la voz ahogada y ambas asistimos como las chillones que somos.
-Pasa- tomo una de sus maletas- yo te ayudo con esto.
-Gracias Bailey.
Llevo todas sus maletas a él cuarto donde estará ellas mientras se queda observando el departamento.
-¿Quieres cenar?, ¿tienes hambre?.
-Estoy bien Bailey- me sonríe para después tirarse sobre el sofá, cansada.- Es mejor que vayamos a descansar, porque mañana será un gran día.
Me pasa por un lado y la sigo. Yo se que Dani no necesita tener amigos en el lugar donde está para hacer una fiesta grandiosa, extraño lo sé.
-¿Enserio es lo que haremos hoy?, ¿dormir?- la observo extrañada quitarse los zapatos y aretes sentada en la orilla de la cama.
-Se que hoy es tu día de descanso, seré un desorden, pero trabajar de noche es una tortura y tu cara me lo dice.- la fulmino con la mirada y ella ríe- te extrañe mucho Bailey.
-Yo a ti- confieso con un nudo en mi garganta.- descansa, te quiero.
-Y yo a ti señorita- le sonrió y cierro la puerta para luego ir a mi cuarto sin poder creer que mi mejor amiga este aquí.
Agradezco tanto que Dani entendiera la situación pues en cuanto toque la cama quedé rendida.
Alex
Observo la poca ropa que meteré en la maleta y entre estás está lo último que llevaba puesto cuando me fui de donde Bailey. Meto las prendas a la maleta, y antes de salir tomo el regalo de Bailey.
-Estoy listo- observo al doctor.
-Muy bien Alex, recuerda que si algo pasa tienes que llamar a...
-Bailey, lo sé, ella será mi enfermera.
-Así es- asiente.
-Gracias- asiento un par de veces sin saber que más decir.
-Ve con cuidado Alex, disfruta de tu estancia al exterior.
-Lo hare- me doy la media vuelta para salir del lugar pero me detengo- y doctor.
-¿Dime?.
-Por favor no le diga nada a Bailey, yo le daré la sorpresa.
-Alex...
-Será a lujo de detalles, tranquilo.
-De acuerdo, de todos modos, le mandaremosañ un email pues también es responsabilidad de nosotros.
-Lo comprendo.
Dicho esto, salgo del lugar. Y voy a donde me instalaron cosa que se me dificulta pues es la primera vez que estoy por las calles de esta ciudad.
Llegando al departamento que me toca, dejo mi maleta y de inmediato salgo de ahí en dirección a un supermercado que vi cuando venía hacia acá.
Compro una tarta de limón y belas para despues ir a donde ella. Las fechas suelen ser algo irrelebantes para mi, nunca suelo recordar fechas como estas, sin emabargo, Bailey es la exepcion pues si algo e recordado mas alla de su rostro y voz, es su cumpleaños.
Agradezco tanto vivir cerca de con ella y poder ir caminando de mi instalación a la suya.
Debo decir que si extrañé todo esto de salir, sin embargo, desde que Bailey volvió, todos mis planes peligrosamente se tornaron alrededor de ella, y si, el tomar mis días libres en su cumpleaños, es uno de estos. Si hay alguien en este mundo por quién hago cosas que nunca haré con nadie más es Bailey.
Llegó al edificio y veo salir a alguien conocida, ¿Daniela?. Ella continúa sin darse cuenta de mi presencia y yo me dispongo a subir hasta el tercer piso, mismo donde está el departamento de Bailey.
Me paro frente a la puerta y sin más preámbulos tocó está. Se que es muy temprano para despertarla, sin embargo tenía que llegar antes que ese email. Tocó un par de veces más hasta que la escucho.
- Ya voy- su voz suena adormilada y se que la desperté. Abre la puerta y mis pupilas se lagean cuando veo su rostro hinchado, su cabello alborotado y su cuerpo cubierto de una curiosa pijama típica de ella, es como si la viera despertar por primera vez, como aquel primer día que durmió en mi departamento, cambiando todo a mi alrededor. Sus ojos avellana se abren en sorpresa y el color sube a sus mejillas. Se esconde detrás de la puerta dejando sólo su cabeza a la vista, como si no me hubiese percatado de su extraña pijama o su apariencia.- Alex

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El suplicio de Bailey
Teen FictionLos reencuentros suelen ser felices y emotivos, sin embargo, en este mundo hay una persona, como muchas, a la cual esto no le ha quedado claro; Bailey Cooper. Y tristemente, este, volvió a ser su caso.