No quiero esto

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Me quedo en la sala, estatica, mientras veo como su puerta se cierra. Voy a la cocinapor agua y me quedo sentada bajo la poca luz que entra de las ventanas. Escucho su puerta abrirse y me pongo de pie de inmediato. Lo veo vestido y con una pequeña maleta en mano. Mi corazón se acelera y el pánico me ciega.

-¿Qué vas a hacer?- me acerco a él pero me ignora y sigue su camino, lo veo tomar las llaves de su moto y me pongo en la puerta impidiendo el paso.

-Bailey dame permiso por favor.- pide sin mirarme y niego.- Bailey quitate por favor, no quiero hacer esto más grande.

-¿Y la solución es huir?- exploto contra él.

-¡¿Y tenerle miedo a la persona que te ama sí?!- grita y mi enojo se dispara.

-¡¿Tu crees que yo quiero esto Alex?!

-¡¿Entonces qué mierda quieres Bailey?!- su tono aumenta y luego frota su rostro exasperado. Da un paso atras para jorobarse y quedar a mi altura acercandose a mi rostro.- te di todo lo que tengo Bailey, todo es tuyo, estuve mucho tiempo en un centro de rehabilitación por ti, para estar mejor contigo, para darte una mejor vida, para que estes bien, para que nunca en tu vida pases lo que mi madre, lo deje todo por ti Bailey, ¿dime qué más quieres?

Sus ojos se cristalizan mientras retrocede. Me toma de los hombros y me quita de la puerta, la abre y me aferro a su espalda.

-No te vayas, por favor.

-No quiero esto Bailey, no quiero estar con alguien que me teme y vive preocupada por mi, por lo que hare o por lo que le hare, no quiero esto para ninguno de los dos, y no te voy a quitar nada, no soy capaz, por eso yo me voy.

Quita mis manos y lo intento tocar pero me detiene.

-Alex.

-Este soy yo Bailey, cambie todo lo que pude y seguire progresando, pero nunca voy a ser el hombre perfecto, y puede que jamas cumpla tus expectativas, porque al final soy un enfermo ¿no es así?, un enfermo que daría todo por ti.- bufa.- será mejor que todo esto espere Bailey, no quiero casarme con alguien que probablemente no quiere casarse conmigo, te daré tu espacio, y pido el mio para que pensemos las cosas.

Dicho esto sale de casa.

Voy a nuestra habitación y me tiro en la cama, me quedo en posición fetal mientras lloro sin poderme detener. No sé que esta mal conmigo, no sé porque siento esto, o porque me siento así. Te amo Alex, pero no mereces esto.

Me despierto con la cabeza punzando y la garganta adolorida. Busco desesperada a Alex y es ahí cuando lo recuerdo todo. No esta.

Llamo a su celular y soy mandada directo al buzón, le mando mensaje y estoy bloqueada, Alex realmente necesita un espacio de mi. Me tiro adormecida en la cama y miro mi anillo de compromiso.

*********

Una semana, ha pasado una semana sin Alex y sólo siento como una herida se hace cada vez más y más grande, y un vacío se vuelve gigante en mí.

Termino de ducharme y observo una fotografia que le tome a Alex mientras pintaba, mis ojos se llenan de lágrimas y no, yo tampoco quiero esto Alex, no quiero estar así.

Me visto rápido y salgo de casa a pesar de la poca luz que hay a las 7 de la tarde. Manejo sin rumbo alguno en espera de que algo se me ocurra, paso por gasolineras en esperanza de verlo recargar combustible, veo detras de los vidrios de cafés etc... pero no hay rastro de él. Voy al súper con la ilusión de verlo ahí recargando viveres y sin importar cuantas vueltas le de no está. Pido que lo voceen pero no aparece. Voy al centro de la ciudad y me recargo en el volante del auto, conteniendo el llanto observo el cielo oscuro sin absolutamete nada al parecer y lo recuerdo, recuerdo su lugar favorito. Conduzco a toda velocidad por la carretera mientras recuerdo la primera vez que estuvimos ahí, cuando tuve mi primera vez, con él, cuando me pidio matrimonio, recuerdo su amor por las cosas simples, aquelllo que no muchos notan, pero que esta ahí floreciendo sin ser visto, tal vez eso vio él en mi, algo que pocos pueden ver. Vio a una chica con esperanzas de superarse, de encontrarse y progresar, vio a una chica rendida, pero que buscaba volverse a levantar, vio el peor lado de mí y ahí estuvo, sin importar nada, vio cuan mal la pasaba y no quizo ser parte de ellos, busco superarse por mi, para estar mejor.

-Te amo Alex, te amo tanto.- musito entre sollozos mientras tomo con fuerza el volante, llego a aquel lugar y está su moto, me detengo de inmediato y me bajo corriendo. Miro para todos lados pero no le veo. Mis manos tiemblan, mi cuerpo suda frío, mi corazón late desesperado. Sigo buscandolo y dandole vuelta a todo arból que veo mientras me aluzo con la lampara de mi celular hasta que veo algo moverse debajo de un frondozo y gran árbol. Corro con todo mi alieto, y estoy a punto de gritar su nombre cuando veo a alguien levantarse de golpe y señalar el cielo, algo se asienta en todo mi ser y me siento pesada, no puedo respirar ni escuchar un solo ruido de la carretera. Sigo observando y veo como el cabello de esa persona, de ella, cae a sus espaldas. En esperanza de que no sea él grito su nombre.- ¡Alex!

De inmediato se pone de pie y mi mundo cae a mis pies, lo señalo con mi lampara y puedo distinguir un poco sus facciones, y las de ella. A como puedo salgo corriendo de ahí, las lagrimas no me dejan ver a donde voy, todo es tan borroso.

-¡Bailey!.- lo escucho gritar a lo lejos.

Me monto en mi auto y arranco desesperada a toda velocidad.

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora