El viaje

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-Por favor dime que no es un sueño y que eres real- ruego entre lagrimas mientras tiemblo. Mi corazón late con fuerza y aumenta con cada uno de mis pasos para llegar a él. Estoy frente a su colonia característica me abunda, levanto mi mano poco a poco hasta tocar su mejilla y sentir su calor. Él solo me observa con amor y dudas.- estás... estas vivo Alex.

Me abraza con fuerza y sólo puedo derrumbarse en sus brazos mientras siento como la vida parece llegar a mi de nuevo.

-¿Qué sucede?- me intenta separar de él para observarme pero no puedo soltarlo, solo lloro y lo abrazo con fuerza.

-Di... dijeron que habías caído en paro Alex, dijeron que estabas muerto- acuna mi rostro entre sus manos e intenta limpiar mis lágrimas. Mi ser se llena de su calor y olor. No puedo creer que esta aquí, frente a mi, luciendo tan jodidamente bien.

-Maldito Alex- Dani también lo abraza, ambas la pasamos tan mal buscando respuestas a preguntas que no las tenían.

-¿Qué esta sucediendo?- pregunta el gran hombre frente a mi. Mi Alex.

-Alex- me separó para que su abuela lo abrace y luego de varios saludos familiares, notó que aún no esta del todo bien con sus padres pero lo intenta.

-No entiendo nada, Alex estaba muerto- susurra Dani cuando estamos separadas del resto y observamos la calurosa escena. Alex sonríe ante los apapachos de abuela y yo solo puedo derretirme en las miradas de amor y sonrisas que me lanza. Pero es ahí cuando caigo en cuenta de lo que Jack acaba de hacer.

-Nos mintieron Dani- mis ojos viajan a ella- Jack nos mintió, y seguro es por su maldita obsesión a estar juntos, por eso él no quería que me marchara, porque seguro sabía que estaba bien y que estaba dado de alta, maldito imbecil.

Lo busco con la mirada y es más que obvio; se fue. Voy camino a la salida llena de coraje y euforia cuando Alex me detiene.

-Hey- lo observo- ¿a dónde vas bonita?

-Alguien mintió sobre tu muerte Alex, y yo no voy a permitir que ese imbecil se vaya.

-¿Jack?- asiento y sus auras se opacan mientras aprieta su mandíbula con coraje.- vamonos.

-Bailey no- escucho a Dani pero no puedo decir nada al respecto, quiero a ese imbecil lejos de mi, pero no sin antes cobrarme las que me debe.

Me toma de la muñeca y salimos a pesar de las preguntas de su abuela y las miradas confundidas de todos sobre nosotros. En cuanto estamos afuera observo una ya conocida motocicleta, y encima de esta, unas preciosas flores.

-Aun sigue andando.- lo miro sorprendida.

-Y así será por mucho tiempo- me observa con amor- por cierto, estas flores son para ti, te busqué en Los Angeles y no estabas más, así que supuse que estarías acá, en Chicago, tenía planeado llegar con mi abuela y luego ir a buscarte al departamento o con tu madre, o a donde sea que pudieras estar, y darte este detalle.

Me entrega las flores pero de inmediato ambos recordamos a donde íbamos y nos montamos en la motocicleta. Viajamos a gran velocidad, cruzando calles y acelerando en semáforos con luz amarilla. La adrenalina me inunda y me tomo fuerte de Alex sintiendo su jodido calor. Estoy perdida sin este hombre, estoy perdida sin ti Alex y hoy más que nunca lo sé.

Llegamos a casa de mi madre y nos adentramos de inmediato, intento ir adelante pero Alex me pone detrás de él y se que lo hace para protegerme.

-Madre mia Alex, estás vivo- escucho a mi madre decir en un hilo de voz.

-Madre ¿y Jack?.

-Tomo sus cosas y se marcho- apenas dice mientras continúa observando a Alex, quien no dice ni hace nada.

-Ese hijo de mierda me las va a pagar- intento salir de ahí pero Alex me toma de la cintura y me detiene.- ¿qué haces Alex?, tenemos que alcanzar a ese imbecil.

-Hey...

-Él dijo que estabas muerto para hacer que regrese a sus brazos.

-Bailey...

-No Alex, esto no se puede quedar así.

-Bonita- al fin me calló mientras mi corazón late con fuerza ante esa palabra, ante él y el efecto que tiene y siempre tendrá en mi. Lo observo y todo coraje o malestar se hace nulo.- déjalo ir, ¿quieres?.

-Pero...

-Ahora estoy aquí, contigo, ¿eso es lo importante no?, y no dejaré que se te acerque Bailey, lo prometo- asiento mientras besa mi mano y la lagrimas vuelven a mi, me abalanzó en sus brazos y lo abrazó sin ganas de soltarlo nunca más.

-Estaba perdida sin ti Alex, no podía siquiera pensar en el día siguiente con tu ausencia, porque realmente sentía que no habría día siguiente.- me abraza más fuerte.- te extrañé tanto, como no tienes idea.

-Yo también te extrañé, juro que solo pensaba en ti, pero venos, al fin estamos juntos, justo como lo prometí.

-Maldito hombre- nos separamos poco a poco hasta que nuestras miradas se atan, observo sus labios y él los míos, ambos con tanto deseo. Me acerco poco a poco a sus labios hasta que estos están a solo milímetros.- te amo tanto Alex, que duele y aterra.

-Y yo a ti Bonita, yo a ti- tira de mi y me pega a él, a sus labios. Sellandonos en un cálido beso, que grita más que un ate extraño, más que un te amo y un te necesito.

-No estoy entendiendo nada- recuerdo a mi madre y ambos la observamos.

-Alex nunca murió, todo fue una mentira de Jack para que seguro volviera con él.

-¿Entonces nunca te fuiste Alex?.- interfiere Theo.

-No como Jack les hizo creer, me sometí a una terapia intensiva para mejorar ante todo, y por fin estar con Bailey y darle lo que merece.

-Ahora entiendo porque Bailey te ama tanto- ambos miramos a mi madre sorprendidos.- Vamos Bailey, yo con un hombre como Alex sería tan feliz.

-Mamá- reprocha un celoso Theo.

-Es una suposición cariño, tu eres el único hombre importante en mi vida- lo abraza y me alegro tanto el ver a mi familia unida, y todo gracias a Alex.

-Bueno, si no les molesta, me voy a robar a Bailey un rato- me observa con deseo y yo a él.

-Cuidala mucho Alex, por favor hazlo- pide mi madre demasiado seria y por alguna extraña razón se siente bien verla preocupada por mi, tal vez porque nunca me toco verla así.

-Prometo que lo haré- me sonríe y me derrito ante sus olluelos.- pero ahora, tengo que aprovechar el mayor tiempo posible a su lado.

-Con cuidado- es lo último que escucho de mi madre antes de salir.

-¿A dónde vamos Alex?- cuestiono mientras me pongo el casco.

-A un sitio- se monta en su motocicleta y estoy por hacer lo mismo cuando recuerdo que dejamos a Dani.

-Tenemos que ir por Daniela al café.

-Tranquila, yo sé volver sola- la observo venir hacia nosotros. Nos observa y entiende que estamos por ir a no se dónde.- cuidala bien Alex.

-Asi será señora mandona- ambos ríen y es como si Alex jamás se hubiese ido.

Me montó en la motocicleta y tomándome fuerte de la cintura de Alex, arranca. Luego de varios minutos de viaje el aire fresco de la carretera golpea contra mi rostro y alborota mi cabello. Aprieto fuerte mis piernas contra las de Alex y poco a poco me suelto. Levanto mis manos y suelto un grito de emoción.

-Esa es mi chica- lo escucho decir. Mi mirada viaja a él por medio del espejo retrovisor y no puedo evitar sonrojarme.

-¡Te amo Alex!- lo grito a los 4 vientos justo como siempre he deseado y él solo niega sonriente- te amo y siempre te amaré.

-¡Te amo Bailey Copper!- grita y sólo puedo sonreír como estupida mientras deseo que este momento, que Alex y lo nuestro sea eterno.

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora