La cena

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Bailey

Las cosas parecían ir peor, pues luego de lo pasado con Jack, se alejó de mi, hasta que descubrió que su fría de depresión y se convirtió en el reto de ambos, un reto que tenemos que pasar. Volví a darle una oportunidad a lo nuestro luego de varios meses, pues mientras más pasan los días, el rastro de Alex se va perdiendo más y más.

Sus abuelos me llamaron, para decirme que los fue a visitar, a explicarles lo sucedió y pedirles una disculpa, luego, se despidió de sus padres e intento perdonarles, pero era más que obvio que es una tarea complicada. Si, por poco mis impulsos de ir a verle me ganaban, pero al ver a Jack a mi lado, desvelandose por aquellas noches de insomnio que son culpa mía, y muchas más cosas que él hace por mi, me di cuenta que tal vez fue buena idea que Alex saliera de mi vida, y espero está vez sea la definitiva.

Escucho que alguien sube las escalera su estoy en la esperanza de que sea Jack, sin embargo los pasos cesan. Me acerco un poco a la puerta para escuchar y su voz hace eco en el pasillo.

-Ya lo tengo todo- parece hablar por telefono- claro que también la tengo, desde antes de venir aquí, tenía planeado hacerlo, pero todo se volvió un descontrol, y miranos, ahora somos tan felices juntos tanto que creo que el momento ha llegado, si, si, de acuerdo, aquí te vemos el Sábado, y recuerda llegar puntual, quiero que te vea ahí cuando lleguemos al lugar.

Escucho las llaves y de inmediato me tiro al sillón para disimular.

-Buenas noches precio...- me observa y yo lo recibo con una sonrisa apenada.- ¿qué pasa?.

-Nada- me levanto para darle un corto beso en los labios, estoy por correr a la cocina y servirle la cena pero me toma de la muñeca y me detiene para tirarme nuevamente y estamparme contra él.

-¿A dónde crees que vas preciosa?.

-A servirte la cena- se acerca a mis labios.

-¿No crees que esa puede esperar?- me separo un poco de él para averiguar si lo que está suponiendo es lo mismo que yo estoy suponiendo.- digo, tengo mucha hambre, pero te extrañe más que a la comida.

Enredo mis manos en su cuello y parandome de puntitas uno sus labios con los míos en un apasionado beso, que terminó en la cama, roce de piel con piel, y mucha acción.

-Extrañaba mucho esto- acaricia mi desnudo hombro y yo me acomodo para observarlo.

-Yo también.

-Ven, será mejor que vayamos a cenar- me toma de la muñeca y juntos salimos de la cama para dirigirnos a la cocina. Luego de cenar y de ducharnos juntos, al fin estámos en la cama, a punto de dormir.- Bailey.

-¿Dime?- susurro entre la oscuridad.

-Quiero decirte que te amo, y que me haces inmensamente feliz, muy pero muy feliz.

- Ya estás delirando Jack, creo que comiste muchas albóndigas.

-Hablo enserio Bailey, estoy tan enamorado de ti que para mi sería un placer vivir todos los días de mi vida junto contigo.

-Aún no sabemos si mañana seguiremos aquí.

-Pero si lo hacemos, quiero que sea contigo.- busco su rostro entre la oscuridad y luego de husmear un poco, encuentro sus labios para darle un cálido beso de buenas noches.

-Descansa gran soñador- dicho esto, ambos nos dormimos.

-Bailey por favor no me dejes- súplica Alex entre lágrimas.

-Alex ¿qué pasa?- intento tranquilizarlo pero es inútil.

-Bailey, por favor, quédate conmigo, como alguna vez de seguro, ambos los soñamos, pero jamás lo dijimos.

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora