Por una vida contigo

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-¿Segura que le dijiste bien la hora a tu mamá?.

-Por tercera vez te digo que si Alex- me doy los últimos retoques en mi maquillaje y me pongo los aretes para darme un vistazo en el espejo frente a mi.

-Perdón amor, estoy nervioso- sale del baño y se queda perplejo al verme. Lo examinó de pies a cabeza y el aire se me va al verlo enfundado en ese traje elegante, y ver su masculino rostro resaltar con el negro de su vestuario.

-¿Pasa algo?- se acerca a mi sin dejar de observarme.

-Pasa que te ves preciosa- me toma de la cintura y me acerca a él. Acaricia mi mejilla y cierro mis ojos ante su contacto.- ¿algún día mi corazón dejará de acelerarse al verte o tenerte cerca?

-Espero y no, porque no me gustaría ser la única que se siente así de entre los dos- me besa con amor y ternura, justo como sólo Alex puede hacerlo.- sabes... me da tristeza saber que muchos se van de este mundo sin amar, o ser amados, porque juro, que es el mejor sentimiento del mundo.

-Bueno, entonces soy afortunado porque me tocó amar y ser amado por una mujer maravillosa- besa mi mano y la sonrisa no se me quita del rostro.

-¿Nos vamos?- asiente sin dejar de observarme y juntos salimos del departamento para dirigirnos en su moto al restaurante. En cuanto llegamos mis manos se sienten sudorosas y yo nerviosa. Esta tal vez es una noticia que algunos esperaban  o que tal vez no. Sólo se que ya se tomó y que es la mejor decisión que he tomado en mi vida pues al fin me voy a poder casar con quien más amo.

-Todo va a salir bien- Alex besa mi mano y la acaricia brindándome tranquilidad. Asiento y juntos entramos al lugar ganandonos las miradas de algunos cuantos en el lugar.

Subimos a la terraza que Alex pidió fuese exclusiva para la familia y para nosotros, cosa que me recuerda a Jack, ¿el detalle? Es que Alex es la persona con la que me casaría una y mil veces más, y que esto es sólo para dar la noticia de una decisión que ya se tomó. Todos los ojos de los presentes caen en nosotros dos y las emociones son indescifrables en sus ojos y rostros.

-Madre, padre, y abuelos- Alex me toma de la cintira y me acerca a él.- ella es Bailey, él es Theo su hermano, y ella es Kate, su madre.

-Bailey- susurra Margareth.

-Mamá, Theo, ella es Hellen, la madre de Alex, él su padre, ella es Margareth, su abuela, y Osvaldo, su abuelo.

-¿Específicamente para qué estamos todos aquí reunidos?- cuestiona Margareth y trago grueso. Los ojos de Alex caen en mi y los observo con confianza y seguridad.- ustedes dos...

-No abuela, no hay bebé, pero si una gran noticia que darle a todos.

-Alex y yo nos vamos a casar- escupo emocionada y la conmoción sofoca el lugar.

-¡Aleluya!- su abuela entusiasmada se acerca a nosotros y nos abraza llena de entusiasmo.- Mi Alex al fin se casa con el amor de su vida.

-Felicidades hija- dice por su parte mi madre, con un tono que sólo grita "ya lo esperaba", y era más que obvio, luego de todo lo sucedido seria absurdo no continuar con lo ya iniciado.

-Pudiste haberlo dicho antes Alex- todos observamos a su padre quien no tiene expresión alguna en su rostro.

-Alfred- su abuela lo detiene y Alex se acerca a él.

-Digo, pude ayudarte a escoger el anillo- sonríe y todos soltamos el aire que nuestros pulmones retenían. Lo abraza con entusiasmo y me sorprende ver como Alex hace lo mismo mientras su madre los observa con lágrimas en los ojos.- tenemos mucho que hablar hijo, esto no va a ser tan fácil.

Se lo lleva un tanto lejos de todos mientras inician con su conversación y yo recibo felicitaciones de su madre quien me ve alegre, sin desprecio alguno, todo lo contrario a la vez que la vi en el café.

-No tiene mal gusto para los anillos mi Alex- escucho a su madre mientras observa el anillo junto con mi madre y Margareth. Theo está con Osvaldo y ambos me observan sonrientes. Todo se siente caluroso, como si al fin la familia estuviera junta.

La cena se resume en risas gracias a las historias de Margareth y de Osvaldo sobre las travesuras de Alex, y a estas se le suman algunas que mi madre cuenta. La mano de Alex está junto con la mía y las miradas de amor nunca se ausentaron.
Las horas pasan fugaces hasta que es hora de despedirnos.

-Llamame para ir a ver los vestidos, Margarteh, Hellen y yo te acompañaremos.

-Mamá...

-Y los salones también hay que visitarlos.

-Mamá...

-Y los centros de mesa, faltan tantas cosas.

-Mamá relajante- logró calmarla- aún falta mucho para la celebración, y no tendrás que preocuparte por nada, Alex va a contratar a un organizador de bodas que se encargará de todo.

-Me hubiera quedado mejor la boda a mi, pero lo respeto- la abrazo con fuerza.- te quiero mucho Bailey, y me cuesta asumir que ya no eres mi pequeña, sino toda una mujer que esta a punto de casarse con el amor de su vida.

-Bueno, creo que las cosas cambian mamá.

-Así lo veo.- ambas nos quedamos en silencio mientras nos observamos din creer como las cosas han cambiado.- ¿me visitarán verdad?

-Claro que si madre.

-Pues más te vale cucaracha, porque te extrañamos en casa- Theo se pone al lado de mi madre y lo abrazo con fuerza.

-Callate insecto- me rodea con sus brazos y me duele el recordar cuanto tiempo estuve sin él, sin mi pequeño hermano.

-Te quiero Bailey.

-Y yo a ti Theo- mi madre se suma al abrazo y agradezco tanto este momento. Tal vez no podamos ser sólo 3 de ahora en adelante, pues Alex está conmigo y es una de mis prioridades ahora, pero no niego que me quedo mucho por vivir al lado de estos dos.

-Nos vemos luego cariño- mi madre me da un dulce beso en la mejilla para luego dirigirse a su auto.

-Los amo- es lo último que digo para verlos partir. Siento a Alex a mi lado y veo que su familia, misma de la cual me despedí primero para darle privacidad a Alex, también se ha ido.

-¿Puedes creerlo?- niego en silencio.

-Crei que le caía mal a tu madre- iniciamos a caminar de la mano hacia la moto.

-Tiene una mirada muy despectiva, pero te quiere- le sonrío cuando estamos frente a frente.

-Mi madre te adora, y digo, como no hacerlo, si nos cambiaste ma vida.

-Mereces eso y más Bailey, tu y todos los que quieres merecen esto y más.- lo beso con pasión y amor mezclados para separarme un poco de él.

-Ambos merecemos las cosas buenas que nos suceden, en mi caso, tu eres un claro ejemplo...

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora