Noches en vela

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-Me cambiaron de habitación por los daños causados a la otra, y esta mejor, está tiene vista al jardín.

- No comprendo... tenía entendido que eras un paciente con excelencia, estabas por tener tus días libres al exterior.

-Y aún estiy en proceso de, simplemente fue un episodio de furia, no dura muchas horas.

-Uno que fue mi culpa- susurro a lo bajo observando sus manos vendadas.

-No, no, no fue tu culpa Bailey- se acerca a mi para tomar mi mentón y observarlo- hace días deje mis medicamentos y consigo mis calmantes los cuales me ayudan a evitar lo anteriormente pasado.

-¿Y por qué los dejaste?- me atrevo a preguntar mientras abro su puerta para verlo recargarse en el umbral de esta.

-Motivos ridículos en si- se enoje de hombros- iré a dormir okey, enfermera Copper.

-Bailey- lo corrijo.

-Me gusta, pero suena más interesante enfermera Copper.

-Ya vete a dormir- lo empujó suavemente y cuando creo que el sólo retrocedera, hace lo contrario y me toma de las manos para tirar de mi y pegarme a él, dejo mis manos quietas a las orillas de su cintura y Alex toma mi cuello y rostro mientras acaricia mi mejilla.

-Alex, me van a llamar la atención.

-Las cámaras no dan a esta habitación Bailey- dice cerca de mi rostro. Mi pecho inicia a subir y bajar mientras mi corazón bombea con fuerza.

-¿Cómo sabes eso?- subo mi mirada para encontrarme con la suya.

-Lo tengo todo fríamente calcula- ríe y lo observo sorprendida.

-¿Todo esto fue tu plan?- me separo de él- o sea que por tu plan estoy aquí.

-Podríamos decir que si, sabía que cuando una habitación es deteriorada cambian al paciente a una nueva, luego de varios días de investigación y observación me di cuenta que está es la única que las cámaras no logran captar a la perfección, sólo se ve un trozo de la puerta, y esto cuando está abierta, de ahí en más, nadie detrás de las pantallas tiene vista a esta habitación.

-¿Y yo por qué tengo que estar desvelandome aquí?.

-Por que soy un paciente con excelencia, y tu eres la nueva, saben que no te daré problemas y saben que tu accederas, cuando en el examen de sangre salió que llevaba tiempo sin tomar mis medicamentos, sabía que me mandarian a alguien a cuidarme, y sabía que serías tú, la nueva.

Lo fulmino con la mirada intentando ocultar mi sorpresa y admiración por haber pensado en todo.

-Debo admitir que es un buen plan.

-Lo se- se tira sobre su cama sin dejar de observarme, mientras yo sólo lo miro desde el umbral.

-Bueno, que descances Alex- se sienta sobre la orilla.

-Me tocan mis medicamentos- señala una aparente lista u horario pegado a la pared, la cual observo y si, le tocan sus medicamentos, la tomo para ir donde me los dan.

-¿Y ahora si los quieres tomar?- levanto mi ceja mientras lo observo.

-Bueno, con una enfermera como tu a mi lado, ¿quién, no?.

Quiero sonreír ante su evidente coqueteo pero sólo niego varias veces.

-Deja de coquetear con tus niñeras- me mofo y sólo me fulmina con la mirada.

Salgo de ahí victoriosa mientras cierro la puerta a mis espaldas. Voy a donde tienen que darme los medicamentos y me quedo ahí, esperando a que me los traigan.

-¿Eres nueva eh?- observo de quien proviene eso para encontrarme con una enfermera que parece de mi edad, y tiene la estatura casi como Alex.

- Si, lo soy, ¿y tú?.

-Aquí si, pero en realidad llevo ya más de tres años como enfermera de un hospital psiquiatra, sólo que hace días fui transferida, en realidad un pequeño intercambio.

- Que bien- es lo único que pueda decir.

-Aquí tiene señorita- recibo los medicamentos.

-Gracias- estoy por retirarme cuando la chica me iguala.

-Por cierto, soy Sofia- me giro para presentarme y debo decir que está chica es muy guapa, sin importar lo que lleve, aparentemente sus curvas son poco fáciles de ocultar, y ni digamos sus labios y finas facciones.

-Yo Bailey, Bailey Copper.

-Bueno Bailey Copper, ¿Qué labor tienes hoy?- inició a caminar junto con ella, saliendo de ese lugar.

-Sólo... cuidar a un paciente de buena conducta, ningún caso grave, sólo que aparentemente no ha querido tomar sus medicamentos y hace poco eso se vio afectado.

-La negación, así comienzan- la observa señuda- después vienen los forcejeos para hacerlos entrar en razón de que están perdiendo la cabeza, y después, terminan allá abajo.

-¿En intensiva?.

-Tristemente- no, Alex no puede ir a terapia intensiva, no y no, me niego.- Cuida mucho a tu paciente Bailey, y suerte, enserio espero y no sea uno más de intensiva.

-No lo será, puedes estar segura de ello- le sonrió amablemente para después verla doblar en el pasillo de mayores de edad.

Trago grueso y entró a la habitación de Alex para darle sus medicamentos, quien está acostado.

-Alex- me observa y se sienta sobre la orilla de la cama, me acerco y se los entrego- aquí estan.

-¿Podrías acercarme el vaso de agua por favor?- lo hago para después ver como las toma.

-Abre la boca- indicó para separarme de que se las a tragado, pero sólo lo veo agachar la cabeza, me acerco hacia el y me pongo de cuclillas frente a él para levantar su rostro.- Abre la boca Alex, no lo volveré a repetir.

-Si, mandona- lo hace y luego de examinar asesorarse de la se las ha tragado, vuelvo a dejarme caer sobre mis rodillas con él frente a mi.- ¿ya te había dicho que te ves bien de enfermera?.

-Deja de coquetear Alex, no llegarás a ningún lugar- toma mi rostro entre sus manos para conectar nuestras miradas.

-Repitelo- manda y mierda, es como si sus ojos se tratarán toda mi valentía.

-Deja de coquetear Alex, no vas a llegar a ninguna pa...- se acerca a mi rostro y pierdo el aliento. Estoy tan cerca de él que siento su aliento con olor a pasta dental, chocar contra mis labios.

-¿Cuan segura estas de ello Bailey?- roza su nariz con la mía haciendo que nuestros labios tengan un pequeño roce. Lo perdí, mi auto control se fue a la mierda, dejando sólo deseo, deseo de él, de sus labios.

-No lo sé- susurro, se despega un poco de mi para verme a los ojos y hacerme perder el poco aliento que me quedaba.

-¿Sabes qué es lo que más extrañé durante mi estancia en hospitales?- niego.

-¿Qué?.

-Esto- toma mi rostro y con su mano en mi mejilla y la otra en mi nuca, me pega a él lo suficientemente lento para darme tiempo de alejarme, pero no está vez.
Sus labios chocan contra los míos haciendo un beso lento lleno de deseo, de pasión, un beso que grita "quiero ser tuya". Sus húmedos labios se mueven con sincronía junto con los míos, tan típico de ambos, siento su lengua chocar contra la mía y sus dientes tomar mi labios, el beso deja de ser un beso lento y tranquilo, y se convierte en sólo lujuria, deseo y pasión.

El suplicio de BaileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora