Capítulo 35

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Esa voz me transmitía seguridad, tranquilidad y melancolía como un recuerdo triste, una memoria borrosa.
Pero que aún se podía sentir la presencia de aquel recuerdo no tan lúcido...

Me giré y vi como Diego y Klaus peleaban con los veteranos de bar, pero mi oído seguía sin captar los sonidos... Todo era muy extraño, pensaba que me estaba volviendo loca, es una posibilidad. Dañe a mucha gente, tal vez la culpa recaía, esa idea no sonaba tan descabellada.
Aunque sentía que todo tenía que ver con esa voz...

-______.-volvió a decir la voz, parecía estar gritando o llamando mi atención pero de una manera suave. Dios...
Mis piernas parecieron tomar vida propia y comenzar a dirigirse fuera del bar para dejar solos a mis hermanos. Estando afuera sentí una presencia seguirme.
¡Estaba paranoica!

¡Maldita sea! ¡Yo conozco esa voz!
Cuando menos me di cuenta, ya estaba en el auto junto con Klaus y Diego, no sé que me sucedía, y no, no estaba bajo los efectos de alguna sustancia...

-No me digas que todo está bien porque te vi ahí, ¡llorando como un bebé!.-el sonido volvía a mi, un poco distorsionado pero volvía mi audición.
-¡Porque perdí a alguien!.-exclamó y luego se relajó.-perdí a alguien... A la única... la única persona que he amado más que a mi mismo.-Klaus jugó con sus manos.-Salud.-exclamó y se tomó una pastilla.
-Dave...-susurré.

Algo me dijo que volteara y vi a mi compañero saliendo de la tienda de donas, Hazel... O más bien, ex compañero, le prometí a Cinco que rompería el contrato por él.
¡Cinco! Él me ayudará a saber qué me está pasando o al menos eso espero.

Así que me transporté al lugar dónde lo había dejado, a la Academia.
Al parecer calculé mal, las probabilidades de que Cinco no estuviera tratando de matar gente inocente, ya que su habitación estaba repleta de ecuaciones como las que solía hacer cuando trabajaba en administración, oh eso... Me cambiaron porque estaba aburrida de estar arreglando el futuro en las oficinas, pedí más acción, me la dieron y pedí más poder, también me lo dieron.

-Bien, creo que tengo algo, Dolores.-habló mirando su pared, no se había dado cuenta de mi presencia aún.-Es débil, pero prometedor.-siguió analizando cuando Luther entró.
Yo me había sentado en la cama de Cinco así que primero me miró a mi para después ver toda la habitación algo confundido.

-¿Qué es todo esto?.-se dignó al fin Luther a preguntar.
-Probabilidades.-añadió algunos detalles más a las ecuaciones.
-¿Probabilidades de qué?.-se acercó más al lugar de Cinco.
-La muerte de quién salvaría al mundo. Lo he reducido a cuatro.-Cinco miró a Luther y fue cuando también se dio cuenta de que yo me encontraba ahí.
-¿Una de estas cuatro personas causa el apocalipsis?.-apuntó a los nombres.
-No Luther, su muerte podría prevenirlo.-hablé ahora yo y me levanté caminando hacia Dolores.

-No entiendo.-dijo Luther, rodé los ojos y miré a Dolores, si no fuera por mi, maniquí, no conocerías a este chico de aquí. Entrecerré los ojos.

-El tiempo es caprichoso, Luther. La más pequeña alteración de eventos puede llevar a resultados muy distintos en el continuo temporal. El efecto mariposa.-explicó un poco más cansado de que ninguno entendiera de lo que hablaba.
-Lo que debe hacer es encontrar a las personas con mayor probabilidad de tener impacto en la línea temporal, dónde sea que estén, y matarlos.-dije y me senté al lado de Dolores, Cinco asintió y se bajó de la cama para anotar algo en una libreta.

Supongo que es la que pertenece a Klaus. Esperen... ¡Es el libro de Vanya!
¿Qué demonios?

You're Not Better Than Me | Número 5 Y Tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora