Capítulo 39

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La carretera estaba sola, muda, lo único que se podía sentir era la tensión de las miradas desafiantes que intercambiabamos, pero todo eso dejó de ser cuando una música a lo lejos se percibió.
¿Qué mierda?

El camión de helados se iba acercando cada vez más, yo solo miraba confundida todo al igual que los otros tres sicarios.
-¿Es ella?.-preguntó Luther mirándonos.
-¿Qué demonios hace él aquí?.-suspiró Cinco un poco molesto cuando Klaus pasó saludando frente a nosotros.

-¡Wheeee!.-escuché una voz emocionada, ¿Klaus iba celebrando?.
No se escuchaba como Klaus pero... Esa voz es familiar es la misma voz que me susurró el nombre de Dave.

-¡Es una trampa!.-gritó Cha Cha y comenzó a disparar al igual que Hazel. Vi una bala acercarse pero esta se detuvo, el cielo se volvió más claro de repente y todo se veía congelado...
La Encargada estaba aquí.

Yo me hallaba detrás del maletero de nuestro auto para protegerme, me moví unos pasos cortos hacia adelante, al parecer Cinco también podía hacerlo, tomé su hombro y él se exaltó cuando hice contacto pero se relajó al instante cuando me vió.

-Es un buen truco, ¿no?.-preguntó una voz femenina. La Encargada se quitó el pequeño velo que cubría su cara y las gafas negras dejando ver su rostro.-Hola, Cinco. Hola, Jolene.-sonrió levemente.
-No tienes que usar mi nombre clave ahora.-me acerqué a Cinco y ella asintió a mi petición.

-Se ven bien, considerando todo.-la miré, ¿Tenía que ser amable?.
-Es bueno verte de nuevo.-dijo Cinco.
-Se siente como si nos conocimos ayer.-se acercó un poco más a Cinco y yo rodé los ojos.-Claro, eras un poco más viejo entonces.-hizo un ademán con la mano libre.-Felicidades. En la regresión de edad, por cierto. Muy inteligente, nos despistó.-lo alagó y por un segundo creí que alardearía pero fue todo lo contrario.

-Bueno, me gustaría tomar crédito, sólo calculé mal las proyecciones de la dilatación del tiempo y... Bueno, ya sabes. Aquí estoy.-suspiró mientras extendía sus brazos.
-Sabes que tus esfuerzos son en vano.-La Encargada hizo una mueca al decirlo.-así que porque no me dices lo que realmente quieres.-cruzó sus brazos detrás de su espalda sosteniendo el maletín.

-Quiero que le pongas un alto.-exclamé llamando la atención de las dos personas frente a mi.
-Te das cuenta que lo que pides es imposible, hasta para mi. Lo que debe ser, debe ser. Es nuestra razón de ser.-sonrió, ya me estaba cansando de sus discursos.

Rápidamente metí la mano en el bolsillo de Número Cinco y apunté el arma de fuego hacia ella.

-¿Si? ¿Qué hay de la supervivencia como razón?.-hablé y le mantuve una mirada firme.
-Sólo seré reemplazada.-levantó sus hombros.-no soy nada más que una pieza en una máquina.-dijo alargando las palabras.-esta fantasía que han alimentado sobre usar a su familia para detener el apocalipsis.-se estaba acercando mucho.-es sólo eso, una fantasía.-movió su mano una vez de un lado a otro lentamente.-debo decir, estamos bastante impresionandos con tu iniciativa, tú... Determinación.-apretó el puño dirigiéndose a Cinco, mi mano iba perdiendo agarre sobre el arma.-Es verdaderamente, algo notable. Por lo que queremos ofrecerte una nueva posición en La Comisión.-al terminar esa oración me quedé pasmada.

No, Cinco...

You're Not Better Than Me | Número 5 Y Tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora